MANUEL POBLETE-

                                                         MANUEL POBLETE
                    Por: José Gregorio Marcano

La mamá de la actriz Eva Blanco decía que Manuel Poblete era el hombre más educado del mundo. Esta apreciación tuvo su origen en un incidente ocurrido cuando ambos coincidieron en un “porpuesto”, nombre familiar con el que se designa a los vehículos de transporte público de pasajeros en Venezuela. 

Ella, nunca le dijo al actor quién era su hija, pero fue testigo de su comportamiento inusual —incluso para aquella época— al momento de bajar del carro y cerrar la puerta. Apenas el chofer iniciaba la arrancada cuando Poblete alzó moderadamente la voz para decir: «Señor... deténgase por favor que se lleva usted;mi dedo» Efectivamente, este se había quedado atrapado en la puerta.

El comentario sobre lo ocurrido llegó al estudio donde se grababa la telenovela en la cual estaba participando en ese momento y Orlando Urdaneta, quien además de ser su compadre, compartía con él en la producción dramática, le preguntó la veracidad de lo acontecido, pues conocía su carácter explosivo. La respuesta fue muy sencilla: «Pensé rápidamente que si gritaba la puteada que me hacía gritar, el chofer creería que me había dado mal el vuelto y arrancaría como un peo, con mi mano atrapada arrastrándome por 
toda la avenida Urdaneta»

Esta anécdota retrata magistralmente a quien fuera uno de los más reconocidos 

profesionales de la actuación en nuestro país. Manuel Poblete nació en Chile en 1927 y llegó a Venezuela en 1958, al caer la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Aquí, su primer trabajo fue como maestro en el Ministerio de Educación, donde estuvo un corto tiempo hasta que lo abandonó para trabajar en el teatro, su verdadera vocación. Una vez establecido en el medio artístico local, incursionó en la radio, la televisión y el cine, donde desarrolló una brillante y fructífera carrera hasta su fallecimiento.

Con un físico muy particular, lejos de la apostura de los galanes de la época, sin embargo logró ubicarse en roles de importancia. Destacó por su versatilidad actoral, tanto en el drama como en la comedia, siempre sacando el máximo provecho a los roles que le encomendaban. Durante las décadas de los 60 y 70 se convirtió en un reconocido actor de carácter y en protagonista de importantes producciones teatrales y televisivas.

En las tablas mantuvo una cercana relación con autores de la talla de José Ignacio Cabrujas, Isaac Chocrón y Román Chalbaud, la llamada “Santísima Trinidad” del teatro venezolano. Aun son recordados sus trabajos en las obras de Cabrujas El extraño viaje de Simón El Malo y Los insurgentes, esta última estrenada en la temporada 1962 en Caracas.

Poblete fue referencia para muchos principiantes en el mundo de la actuación, entre ellos la primera actriz Francis Rueda. En una entrevista con E.A. Moreno- Uribe  recordó su primera experiencia con el teatro y cómo esta determinó su vocación:

«Me carteaba con el actor Manuel Poblete; él hacia teatro y televisión y luego se convirtió en mi padre adoptivo. A él agradezco el haberme llevado al teatro por primera vez, en el viejo Ateneo de Caracas, donde presentaban Los incendiarios, de Mark Frisch. Él actuaba y por cierto estaba en el reparto Gilberto Pinto, que pocos años después sería mi profesor de actuación en la Escuela Superior de Artes Escénicas Juana Sujo, y quien, muchos años después, sería mi compañero de vida. Ese día fue grandioso para mí; le dije a Manuel que ese espectáculo me había deslumbrado y cómo ese contacto directo con el público era único. Poco tiempo después ya estaba sentada en los bancos de mi entrañable Escuela, dirigida en ese entonces por Porfirio Rodríguez, en los altos del Teatro Nacional. Se abrió para mí un mundo maravilloso del conocimiento».

En julio de 1971, el chileno se presentó en el Teatro de Bellas Artes, en Maracaibo, con la comedia Don Mendo 71, de Miguel Otero Silva, dirigida por Carlos Giménez y acompañado por Asdrúbal Plaza, Eva Blanco, Carmen Messuti y Esther Meléndez. En noviembre de 1973 regresaría a este mismo teatro con la obra para adultos Hablemos a calzón quitao, de Guillermo Gentile, con Lucio Bueno y Gastón Tussett, bajo la dirección de Gerald Huillier.

Otra triunfante intervención teatral en la década de los 70 fue Los chicos de la banda, estrenada en Caracas en el Teatro Las Palmas, con la producción de Conchita Obach, la dirección del español Jaime Azpilicueta, Ibrahim Guerra en la escenografía y un elenco que incluía a Javier Vidal, Luis Abreu, Rodolfo Drago, Luis Rengifo, Ernesto Aura, Aníbal Grunn y a Yanis Chimaras, quien debutó en el teatro como "el regalo vivo".

En el cine participó en Cuentos para mayores (1963), de Román Chalbaud, película dividida en tres capítulos, en la cual protagonizó el segmento La historia del hombre bravo. También tuvo papeles secundarios en La imagen (Carbonell, 1973), en la que compartía créditos con Napoleón Bravo, María Lourdes Devonish, Fernando Gómez y Trino Mora; Canción mansa para un pueblo bravo (Carrer, 1976), con Orlando Urdaneta; Compañero Augusto (Cordido, 1976) y 300.000 héroes o el porvenir de un guardia (Carbonell, 1976).

Paralelamente Manuel Poblete desarrollaba una activa carrera en la televisión, desde Historia de tres hermanas, la primera telenovela de una hora, transmitida semanalmente a las 8:00 de la noche por RCTV en 1964, en la que hacía pareja con Eva Blanco. Destacó además en roles de personajes secundarios, especialmente los villanos, a los cuales siempre imprimió peculiares características, una de ellas los matices que aportaba a su voz, los cuales daban una refinada maldad a sus parlamentos.

Según el periodista Raúl Vallejo, «...tenía la particularidad de ser un contrapeso excelente. Marcaba las actuaciones que determinarían buena parte del suspenso en la trama: villano o severo e inflexible señor de respetable posición...»


En RCTV logró destacadas intervenciones en Corazón de Madre (1969), Bárbara La Usurpadora (todas en 1971), Sacrificio de Mujer y La Doña (ambas en 1972). Posteriormente se mudaría a Venevisión, donde participó en las novelas La Zulianita(1977), junto a Lupita Ferrer y José Bardina, en uno de sus acostumbrados roles de villano; Laura y Virginia (1977), con Mary Soliani, Alejandra Pinedo y Eduardo Serrano; y en Rosángela (1979), junto a Irán Eory y Bardina.

En 1980, el diario Panorama reseñó el viaje del actor a Estados Unidos de Norteamérica para someterse a un tratamiento que lo aliviara del peligro que representaba una vieja afección cardiaca. Para la fecha trabajaba en el rol de abogado en la telenovela Emilia y en la obra teatral El hombre que hacía click. Debido a sus constantes dolencias tuvo que abandonar ambas producciones y se vio obligado a internarse en un hospital norteamericano por un tiempo prolongado. No obstante, pudo recuperarse y retornar a su oficio.

Al año siguiente, caracterizó a Don Teófilo, el dueño de la hacienda donde se desarrollaba parte de la trama de Catatumbo, serie dramática protagonizada por Elluz Peraza y Luis Abreu para Venezolana de Televisión. Posteriormente regresaría a Venevisión para una actuación en la telenovela La Bruja (1982), junto a Flor Núñez, el brasileño Rubens de Falco y el boricua Daniel Lugo.

El lunes 13 de junio de 1983 Manuel Poblete no se presentó a las grabaciones pautadas para la telenovela Nacho, continuación de la muy exitosa Ligia Elena y en la que tenía el papel de Arraigada, un reportero poco escrupuloso
En virtud de que no respondía a las llamadas telefónicas, enviaron un mensajero hasta su casa, «pues se temía que pudiera estar enfermo. Tampoco se contactó al artista, por lo que le dejaron un mensaje debajo de la puerta».


Ya el martes su ausencia era notoria, pues ni había aparecido ni llamado telefónicamente. El director Carlos Omobono y la actriz Martha Carbillo se trasladaron entonces a su residencia. Omobono, quien era muy amigo del actor, contaba con una copia de la llave del apartamento, pues este le había dado un duplicado debido a que frecuentemente perdía los llaveros.


Al entrar lo encontraron muerto. Aparentemente había fallecido mientras se disponía a darse una ducha, víctima de un infarto. Fuentes extraoficiales dieron como fecha del deceso el martes en la mañana. Tenía 56 años.


Para el momento de su fallecimiento, Poblete había grabado varios capítulos que sumaban 22 días de trabajo, por lo cual todo este material debió ser regrabado, ya que su personaje tenía un gran peso en la trama. Merece ser recordado principalmente como un profesional reconocido por su excelencia actoral y su profesionalismo permanente. Algo a lo que muchos aspiran, pero muy pocos pueden alcanzar. Entrevista realizada por el periodista José Gregorio Marcano.

              ¡HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!

 Fuente: diario El Nacional, 16/06/1983



















Comentarios

  1. Este texto es de mi autoría, no de El Nacional, tal como se puede constatar en el enlace que le indico: http://mundoparnasiano.blogspot.com/search/label/Manuel%20Poblete. De hecho, la anécdota de entrada me la refirió la actriz Marisela Berti, quien fue la intermediaria con el actor Orlando Urdaneta. Me parece de mal gusto copiar y presentar la información sin citar a su autor original. Agradezco hacer la corrección pertinente. José Marcno

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