PEDRO MARÌA MORANTES***
PEDRO MARÌA MORANTES
Escribe:Oscar Rodríguez Ortiz
Abogado. Escritor y libelista político, conocido bajo el seudónimo de Pío Gil. Huérfano y pobre, inició sus estudios de primaria en San Cristóbal y los de bachillerato en Mérida, sufragándolos con su trabajo.
En la Universidad de Los Andes de Mérida cursa 3 años de la carrera de derecho (1884-1887). Se destaca como animador de grupos y publicaciones y como poeta y prosista de tendencia romántica. En 1887, se traslada a Caracas donde culmina sus estudios con el titulo de abogado (1890).
Venezuela vive en ese momento una intensa reacción contra el poder y la figura de Antonio Guzmán Blanco. Morantes, de carácter retraído, estudia, lee y toma nota de los acontecimientos sin participar en la vida política activa o en los frecuentes alzamientos militares. Regresa a San Cristóbal para dedicarse, sin éxito económico, al ejercicio de la abogacía, a la docencia y a los negocios. A la vez, escribe poemas y artículos en publicaciones como El Tribuno de Mérida, El Eco de Occidente, pero su deseo y meta es, viajar a Europa.
En 1903 vuelve a Caracas, ocupa brevemente un cargo en la Cancillería y es designado Juez de primera instancia en lo civil del Distrito Federal. Desde esta posición, entra en contacto con la sociedad que adula y tolera al mandatario, el presidente Cipriano Castro. En sus libretas va registrando en secreto un expediente de la situación del país, dando forma a denuncias imposibles de divulgar.
Finalmente, en 1908, logra emprender el anhelado viaje a Europa, dando comienzo a un largo período de destierro, voluntario y definitivo. Por casualidad, en el mismo barco que lo transporta al Viejo Mundo, viaja Cipriano Castro quien iba a Alemania a curarse de una afección renal. Morantes aprovecha la ocasión para observar de cerca el personaje y tomar notas que formarán su Diario íntimo, publicado en 1965.
Al llegar a su destino, Morantes recorre Europa llevando consigo sus manuscritos. En España y Francia consigue impresores para sus denuncias contra la corrupción, vicios y males de Venezuela y su gobernante. Ignorando sus actividades, el Gobierno venezolano lo designa cónsul en Amsterdam, pero la publicación de sus primeros libelos acarrea su pronta destitución, apenas se identifica el verdadero nombre detrás del seudónimo de Pío Gil.
El Cabito, novela que tiene como personaje principal a Cipriano Castro, así como el resto de su obra, publicada entre 1909 y 1917, es introducida clandestinamente en Venezuela. Morantes dice «...en voz alta lo que todo el mundo dice en voz baja...».
Es autor de una literatura política agresiva y aunque no participa en invasiones militares ni en luchas políticas, su posición panfletaria le impide volver a su país. En 1917 da a conocer su poema Lira anárquica, en el que, a la manera de José Asunción Silva, invita al tiranicidio.
El curso de la Primera Guerra Mundial, vista desde Europa, introduce cambios en su pensamiento. En sus últimos escritos reflexiona acerca de las razones y consecuencias de esa matanza. Pese a la buena acogida de sus escritos, particularmente El Cabito, buena parte de su obra, permaneció inédita por muchos años.
A la muerte de Juan Vicente Gómez en 1935, los veteranos de la lucha contra su gobierno intentaron hacer un homenaje a la figura moral de Pedro María Morantes.
En 1939 la Cámara del Senado aprobó la repatriación de sus restos y la publicación de sus obras inéditas. Una muestra de sus escritos sobre la Primera Guerra Mundial fue publicada en 1940 en la Revista Nacional de Cultura. Luego, en 1962 y 1965, se editaron sus diarios íntimos y sus cartas.
Pero fue sólo en 1975 cuando sus restos fueron trasladados a Venezuela, siendo sepultados, en 1977, en el mausoleo de héroes de San Cristóbal. En 1978 el cineasta Daniel Oropeza realizó una versión fílmica de El Cabito.
Autor: Oscar Rodríguez Ortiz
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