EL TIRANO AGUIRRE****
EL TIRANO AGUIRRE
Lope de Aguirre, apodado el Loco pinto, el Tirano o el Peregrino fue un explorador español y conquistador de Sudamérica que protagonizó un episodio de cruentos asesinatos selectivos para erigirse en líder de una expedición en la búsqueda de El Dorado y, a su vez, acaudilló una rebelión contra la monarquía española, circunstancia por la que fue asesinado en Barquisimeto, en territorio de la actual Venezuela.
Según algunas fuentes, Aguirre nació entre 1511 y 1515 en el Valle de Araoz del Señorío de Oñate, entonces perteneciente al Reino de Castilla. Araoz pertenece actualmente al municipio de Oñate, en la provincia de Guipúzcoa (País Vasco). Según el cronista del siglo XVI Ibargüen-Cachopín, Lope de Aguirre había nacido en el valle de Aramayona, Álava.
Guerras civiles del Perú
Cuando Francisco Pizarro volvió de Perú con las noticias de los fabulosos tesoros, Aguirre, entonces de 21 años, se encontraba en Sevilla. Las noticias de las grandes cantidades de oro lo animaron a alistarse en una expedición de 250 hombres, bajo el mando de Rodrigo Buran. Llegó a Perú hacia 1536 o 1537, y pronto fue conocido por su violencia, crueldad y tendencias sediciosas.
En 1551, Lope de Aguirre volvió a su Potosí (entonces parte de Perú). El juez Francisco de Esquivel lo arrestó, acusándolo de haber infringido las leyes de protección de los indios. El juez no tuvo en cuenta las razones de Aguirre y su defensa, que argumentaba que era hidalgo de buena familia, y fue sentenciado a ser azotado públicamente. Con su orgullo herido, Aguirre esperó hasta el final del mandato del juez. Temeroso de la venganza de Aguirre, el juez se escondía y cambiaba de residencia constantemente. Finalmente, Aguirre consumó su venganza en la biblioteca de la mansión del magistrado en Cuzco. Aguirre fue condenado a muerte por este asesinato; sin embargo, huye y logra refugiarse en Tucumán. Fue perdonado en 1554 por Alonso de Alvarado, que reclutaba tropas para combatir al encomendero rebelde Francisco Hernández Girón. Participó en la batalla de Chuquinga resultando gravemente herido en el pie derecho, lo que le provocó una cojera permanente, y sus manos resultaron quemadas al disparar un arcabuz defectuoso.
El viaje de los marañones a la conquista de El Dorado
En 1560, poco antes de ser relevado en el cargo, el virrey Andrés Hurtado de Mendoza organizó una expedición para la conquista del mítico El Dorado en el territorio de los omaguas. Pensaba que era la forma de alejar del Perú a los numerosos soldados y mercenarios, que pobres y/o resentidos tras las recién acabadas guerras civiles, pudieran causar nuevamente problemas o alterar el orden ahora vigente. Suponía el virrey que las expectativas de pronta riqueza animarían a muchos de ellos a alistarse en la empresa.
Al mando del veterano Pedro de Ursúa, el 26 de septiembre de 1560 partieron los expedicionarios navegando por el río Marañón (por ello adoptaron el sobrenombre de marañones). Eran algo más de 300 españoles, algunas decenas de esclavos negros y unos 500 sirvientes indios, embarcados en dos bergantines, dos barcazas chatas y unas cuantas balsas y canoas. Entre ellos figuraban Lope de Aguirre y su joven hija mestiza, llamada Elvira.
Un año más tarde Aguirre participó en el derrocamiento y asesinato de Ursúa, y poco después de su sucesor, Fernando de Guzmán, al que posteriormente sucedería Aguirre. Aguirre y sus hombres alcanzaron el océano Atlántico (probablemente por el río Orinoco) causando estragos entre las poblaciones nativas a su paso. El 23 de marzo de 1561, Aguirre instó a 186 capitanes y soldados a firmar una declaración de guerra al Imperio español que le proclamaba príncipe del Perú, Tierra Firme y Chile. Le mandó una carta a Felipe II explicándole sus planes de libertad y autogobierno firmada con el sobrenombre de el traidor.
En julio de 1561 tomó la isla de Margarita, donde hizo saber a sus habitantes que portaba un cuantioso tesoro de los incas y aquellos, incluyendo el gobernador don Juan Villadrando, codiciosos, cayeron en el engaño. Aguirre hizo presos al gobernador y a miembros del Cabildo.
Después se apoderó a sangre y fuego de La Asunción y pueblos vecinos. Enteradas las autoridades de tierra firme, enviaron a Francisco Fajardo a combatirlo. Antes de abandonar Margarita mató a garrote al gobernador y a 50 vecinos. Escribió una nueva carta al rey español insultándolo; esta vez firmó como El Peregrino y el Príncipe de la Libertad.
El 29 de agosto de 1561, abandonó la isla de Margarita con rumbo a Borburata en tierra firme, donde su abierta rebelión contra la monarquía española cambió de curso. Borburata fue víctima también del saqueo de Aguirre y sus “marañones”. En su intento de tomar Venezuela ocupó Nueva Valencia del Rey provocando la huida de los vecinos llenos de pánico a los montes mientras que otros se refugiaron en las islas del lago Tacarigua.
El conquistador Juan Rodríguez Suárez le sale al encuentro con cuatro soldados más para emboscarlos y terminar con los insurrectos, pero los indios que le seguían los pasos los cercan y después de tres días de lucha, daban muerte a Rodríguez Suárez y a sus acompañantes. Atravesando la serranía de Nirgua, Aguirre cayó sobre Barquisimeto. Alertadas por Pedro Alonso Galeas, un desertor de la expedición, tropas españolas acantonadas en Mérida, Trujillo y El Tocuyo bajo el mando del maestre de campo Diego García de Paredes y Hernando Cerrada Marín se dirigen a Barquisimeto para detenerlo y ajusticiarlo. Aguirre desesperadamente llegó a matar a puñaladas a su propia hija, Elvira, hecho que justificó diciendo: "Porque alguien a quien quiero tanto no debería llegar a acostarse con personas ruines". También asesinó a varios de sus seguidores que intentaron capturarlo.
Finalmente, el 26 de octubre de 1561 dos de los marañones le apuntaron con sus arcabuces; uno de ellos disparó, pero solo consiguió rozarlo, causando la mofa de Aguirre. El otro marañón sí acertó, matándolo en el acto. Saltó luego sobre él un soldado, llamado Custodio Hernández, y por orden de García de Paredes, le cortó la cabeza, y sacándola de los cabellos, que los tenía largos, se fue con ella a ofrecerla al maestre de campo, pretendiendo ganar indulgencias con él.
Su cuerpo fue descuartizado y sus restos fueron comidos por los perros con la excepción de su cabeza, que fue enjaulada y expuesta como escarmiento en El Tocuyo, sus manos mutiladas fueron llevadas a Trujillo y Valencia. En un juicio de residencia post mortem realizado en El Tocuyo fue declarado culpable del delito de lesa majestad . En Mérida y El Tocuyo varios de sus marañones fueron llevados a juicio, declarados culpables de los crímenes cometidos y sentenciados a muerte por descuartizamiento. www.wikipedia.org
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