GENERAL FRANCISCO DE PAULA SANTANDER.

Guayaquil, 29 de abril de 1823


A S. E. EL GENERAL F. DE P. SANTANDER

Mi querido general:


No puede Vd. figurarse el sentimiento que tengo de recibir correos de Bogotá. Tres correos ha que no sé nada de allá, porque otros tantos no he recibido. No sé a qué atribuir este retraso, o más bien esta interceptación. 
Entiendo que por Pasto no hay novedad ninguna; porque de Popayán escriben regularmente y ahora mismo me dice Demarquet que tiene carta del 6 de marzo de esa capital, aunque de fecha tan atrasada.

De 21 de febrero es el último correo que tenemos y el de 6 de febrero vino después, de suerte que los dos de marzo estarán dando vueltas por San Buenaventura y Barbacoas, si es que no se han perdido. Esto me tiene desesperado, porque mi determinación está pendiente de los sucesos del Norte.

Ha venido una nueva misión del Perú para instarme a que vaya a tomar el mando de aquellas tropas. El general en jefe Martínez y el general Santa Cruz que manda la división del Perú, me instan con igual vehemencia. No sé qué responder porque me tienen detenido la resolución del congreso y las operaciones de Morales. Todos dicen que si no voy al Perú se pierden el país y 15.000 hombres de las cuatro naciones americanas por falta de una cabeza que los mande todos, porque entre iguales nadie quiere obedecer. Lo que me lisonjea el mando de un ejército semejante, debe Vd. imaginarlo; pero, he llegado al punto en que ni aun la salud de la patria, ni la gloria misma, me hacen la menor impresión, si se opone a la letra de mi deber. 


El Norte puede necesitar de mi, y el congreso no me ha permitido salir de Colombia; estas dos circunstancias me retienen en la inacción. Puede ser que todo se pierda por esta misma inacción; mas yo no puedo, en conciencia, confirmar la vida de don Quijote en salvar desvalidos contra la voluntad de la ley, bastantes actos de esta naturaleza he tenido en mi vida; bastante me han criticado por haber hecho el bien a pesar de mi deber. Espero dentro de quince días la respuesta del congreso, y si me permite marchar al Perú, iré al instante. Mientras tanto vendrá aviso del general Sucre, y mientras tanto puede haber caído Lima en poder del ejército, si Canterac se acerca, como se dice, con su ejército.

 Este lance no lo podré evitar si sucede en todo este mes, o a principios del que viene, y en el resto de mayo no es posible que Canterac dé batalla en Lima, porque seremos superiores para entonces. Se dice que Chile manda 3.000 hombres; que Lima tiene 7.000 y nosotros mandaremos 6.000. Ya están navegando 4.600 hombres, fuera de oficiales, y la semana que viene marchará el resto con "Bogotá" que está en marcha para este puerto. A Vd. le parecerá que todo esto es mucho; pues sepa Vd. que el enemigo no tiene menos, muy bien mandados, y muchos más recursos, posiciones, caballos etc.

Ya dije a Vd. que había mandado al general Sucre con instrucciones para que dilatase el éxito de la campaña, si puede lograrse esta ventaja. Con este fin se pueden conseguir también otras muchas cosas de la mayor importancia. Daremos tiempo a los acontecimientos políticos: al Norte para desembarazarse de Morales, y a Vd. para que me mande reclutas de climas calientes porque los de estos países se mueren todos, sin excepción de uno. Guayaquil es el punto más importante del Sur, y para su defensa necesita 3 ó 4.000 hombres buenos. Aquí hay hombres, pero lo más enemigos del servicio que se puede concebir. Digo lo mismo de los quiteños. El otro día hubo un horrible escándalo en Quito porque se pretendió tomar unos pocos hombres para "Bogotá": el resultado fue que murieron más de 15 ó 16 personas, siendo el general Salom el que dirigía la acción. 

¡Qué pueblo! Otro día fue poco menos, aunque con menos muertos, o sin ninguno. Los que vienen de Quito dicen que desde aquella ciudad a ésta no se encuentra un viviente, de miedo de la miserable leva que se ha mandado hacer. Así es que, se incomode o no se incomode Vd., si no vienen hombres de Venezuela y del Magdalena no formamos ejército aquí. Podré mandar a Lima toda la población que coja, pero no poner un solo cuerpo capaz de defender el Sur, porque Vd. sabe muy bien que los reclutas no sirven en sus países.


En este instante he recibido un nuevo correo del Perú, aunque no mienta nada, da, sin embargo, una idea de lo mismo que he dicho a Vd. siempre; y le mando a Vd. estas comunicaciones para que se instruya de su contenido. Todos los que me escriben son jefes del ejército, los más son generales, el ministro de guerra, jefe del estado mayor etc.; como tengo muchas otras de estas comunicaciones se las mando a Vd. originales.
Aseguro a Vd. que después de leer estas súplicas no sé cómo me detengo un minuto en esta ciudad. Por una parte, el interés público, y por otra, mi gloria, todo me llama allí. En fin, la tentación es grande, y quizás no podré resistir a ella, a menos que Dios no me tenga de su mano. Es tan fuerte el motivo que me llama al Perú que no sé cómo podré contenerme a mí mismo. Dentro de seis u ocho días, cuando se vaya a "Bogotá" sabré lo que habré de hacer, y en el próximo correo lo diré.


El general Salom está nombrado para jefe superior del Sur, aunque no quiere ser nada. El auditor es el intendente interino de Quito como la ley lo señala; el coronel Aguirre es comandante general de aquella provincia; así todo estará ordenado del mejor modo posible.


Todos los días tenemos noticias del emperador Iturbide y de sus malos sucesos en Veracruz. La "Gaceta de Guayaquil" dará a Vd. una idea de las actas insurreccionales de los generales de Iturbide. Me parece que estas actas son decisivas de la suerte de aquel Imperio. Este es el caso de decir: pecó contra principios liberales y así ha sucumbido, como decía Bonaparte de sí mismo.

¡Qué lección, amigo, a los que mandan en el día! El que no está con la libertad puede contar con las cadenas del infortunio y con la desaprobación universal. El abate De Pradt dice muy bien, que antes era muy cómodo mandar y que ahora no hay mejor empleo que el de ciudadano; que los oficios de reyes, ministros, sacerdotes etc. son unos oficios que no valen nada, porque ahora se sigue a la inflexible razón y no al belicoso despotismo.
Yo hago mi confesión general todos los días, o más bien examen de conciencia, y a la verdad tiemblo de mis pecados hechos contra mí voluntad, hechos en favor de la causa, y por culpa de los godos. ¿Quién sabe si algún día me castigarán con alguna penitencia grave por mi mal entendido patriotismo? 

Amigo, la cosa está mala; ya no se puede mandar, sino por el amor del prójimo y con una profunda humildad. Los ciudadanos están muy cosquillosos, y no quieren nada de arquitectura gótica, ni razón de estado, ni circunstancias; lo que desean es la arquitectura constitucional, la geometría legal, la simetría más exacta y escrupulosa; nada que hiera la vista ni al oído ni a sentido alguno. Para ponernos a cubierto pídale Vd. a su santidad el congreso, un boleto para poder pecar contra las fórmulas liberales, con remisión de culpa y pena, porque si no, no habremos conseguido nada después de haber salvado la patria, como hicieron Iturbide, O’Higgins y San Martín, porque los justísimos ciudadanos no quieren asistir a los combates, ni dar con que pagar a los matadores, por no faltar a las leyes del decálogo, y a las santas de la filantropía, pero luego que se haya ganado el combate vienen a distribuirse los despojos, pero condenando en toda forma a los sacrificadores, porque es muy bueno y muy sano condenar y coger.

Ahora mismo he tenido parte de que el bergantín "Belgrano", pirata, está sobre las costas de Esmeraldas y del Chocó, con varias presas. Mucho temo que dos buques que fueron a buscar armas y tropas en estas costas y al Istmo de Panamá no los haya cogido, pues mucho retardan en su vuelta. Estoy esperando nuestros buques de guerra que vendrán de un momento a otro para mandar perseguir el bergantín pirata. Será bien doloroso que nosotros perdamos 2.000 fusiles y 300 hombres que deben venir de Panamá y del Chocó, o más bien de Tumaco, porque allí están levantándose todos los días, y siendo hombres de tierra caliente son muy útiles, aunque muy lejos de su país que es donde sirven de algo.

De Chile parece que va todo bien, y que hay muy buenas disposiciones a favor del Perú. De Mosquera no sé más que su llegada a Buenos Aires. Espero pronto su regreso, porque hay tiempo para que venga; ha sido muy útil su estada en Buenos Aires a tiempo de la desgracia de Moquegua, porque él habrá tomado mucho empeño en auxiliar al Perú, aunque infructuosamente, porque el estado paralítico de Buenos Aires no da esperanza de nada por ahora. 

En aquel país no se piensa más que en Montevideo y en divisiones intestinas. Creo que Montevideo se entregará ahora a Buenos Aires por las disputas entre el Brasil y Portugal. Lo que hará un buen efecto para nosotros, porque podrán auxiliar al Perú.

Si no fuera porque estoy al corriente de los negocios públicos de América y Europa, por las prontas y frecuentes noticias que me vienen de una y otra parte, estaría desconsolado al no saber nada de Bogotá, pero el Istmo me suple mucho en estas circunstancias con sus noticias. No dudo un momento que si la guerra se rompe con España, cualquier partido se compone con nosotros, directamente o por interposición de los ingleses. Esta idea me tiene muy confortado. Porque yo siempre tengo una idea confortativa de paz y reconocimiento, como Vd. lo sabe, y aun se ha reído a mi costa de mi pazomanía.

Nada sé del congreso, ni aun de oídas; entiendo que se haya instalado, porque no hay correspondencia ninguna de este mundo con ese. Los senadores, que Vd. tanto me ha encargado, no irán, porque estos señores no quieren ser soberanos ni legisladores, y dicen como Bamba, que prefieren la muerte al trono. No se puede vencer esta moderación, amigo; hace caer las armas de las manos; y no se puede negar que somos los más moderados de todos los hombres. No queremos mandar ni ser mandados. Los unos no quieren la libertad central, porque es una libertad muy fuerte, y la querrían moderada por la federación, y los otros no quieren dar leyes por no sujetarse a tan dura pena y al fausto de una representación augusta.

¿Sabe Vd. que no sé nada de Venezuela hace muchos años? tenga Vd. la bondad de decirle a Briceño que me escriba de mi familia y amigos, si sabe algo, y que les mande a éstos mismos noticias de mí. Por este canal mando una orden para mi hermana Maria Antonia. Entréguesela Vd. a Briceño.

Soy de Vd. de todo corazón su afmo. amigo.


SIMÓN BOLÍVAR










“FONOTECA JOSÉ GUILLERMO CARRILLO”
INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA INDUSTRIAL DR. "RODOLFO LOERO ARISMENDI"
CARACAS • VENEZUELA


UNIVERSIDAD INTERAMERICANA
(UNICA)
SANTO DOMINGO • REPÚBLICA DOMINICANA
FONOTECA VIRTUAL
FUNDACION INTERNACIONAL JOSE GUILLERMO CARRILLO 


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