CARLOS I DE INGLATERRA***
CARLOS I DE INGLATERRA
Carlos I de Inglaterra y de Escocia fue rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, desde el 27 de marzo de 1625 hasta su ejecución en 1649. (en inglés, Charles I of England and Scotland; nació en Dunfermline, Escocia, el 19 de noviembre del año 1600 - fallece en el Palacio de Whitehall, Londres, el 30 de enero del año de 1649.
Carlos Estuardo nació en el palacio de Dunfermline, el 19 de noviembre de 1600, siendo el segundo hijo varón de los nueve vástagos de Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra y Ana de Dinamarca. Fue un niño subdesarrollado que todavía no podía caminar o hablar a la edad de tres años. Carlos no estaba tan bien visto como su hermano mayor, Enrique Federico, Príncipe de Gales.
Cuando Enrique murió de tifus en 1612, Carlos se convirtió en el heredero del trono y fue nombrado duque de Cornualles. Su hermana Isabel se casó en 1613 con Federico V, elector palatino, lo que dejaba a Carlos virtualmente como único hijo.
El nuevo Príncipe de Gales se vio notablemente influido por el favoritismo de su padre, George Villiers, I duque de Buckingham, el cual lo llevó a una expedición a España en 1623 para buscar una alianza con este país mediante un eventual matrimonio con la hija menor del rey español Felipe III, la infanta María Ana. El enlace nunca se celebró debido a que la corona española exigía la conversión del príncipe de Gales al catolicismo. Cuando volvieron a Inglaterra, tanto Carlos como el duque de Buckingham exigieron al rey Jacobo que declarara la guerra contra España.
Con el estímulo de sus consejeros protestantes, Jacobo convocó al Parlamento para solicitar subsidios para la guerra. Jacobo también solicitó que el Parlamento sancionara la unión entre el príncipe de Gales y la princesa Enriqueta María de Francia, a la que Carlos había conocido en París en su camino de regreso a Inglaterra. Era una buena unión, puesto que ella era la hija del anterior rey francés Enrique IV y la hermana del rey actual Luis XIII. El Parlamento aceptó la unión, pero mostró una actitud muy crítica debido a la tentativa anterior de arreglar una alianza matrimonial con España.
Reinado de Carlos I
El rey Jacobo I muere el 27 de marzo de 1625, subiendo entonces Carlos al trono como Carlos I; el 1° de mayo se casó por poderes con Enriqueta María de Francia, que aún estaba en París. Su primer Parlamento, inaugurado por él en mayo, se opuso a su matrimonio con la princesa francesa, una católica, porque temían que Carlos levantara las restricciones a los católicos y minara el establecimiento oficial del protestantismo. Aunque él convino con el Parlamento que no relajaría las restricciones referente a los católicos, había prometido hacer exactamente eso en un tratado secreto con su cuñado, el rey Luis XIII de Francia. La ceremonia formal, con ambos presentes, se llevó a cabo en la iglesia de Santa Agustina, en Canterbury, el 13 de junio de 1625. El 2 de febrero de 1626, Carlos fue coronado en la abadía de Westminster, pero sin su esposa a su lado, para evitar la controversia.
De este matrimonio nacieron nueve hijos:
- Carlos Jacobo
- Carlos
- María
- Jacobo
- Isabel
- Ana
- Catalina
- Enrique
- Enriqueta Ana
Política exterior: guerra contra España y Francia
La preocupación principal de Carlos durante el inicio de su reinado fue la política exterior. Federico V, Elector Palatino, marido de su hermana Isabel, había perdido sus tierras hereditarias en el Palatinado a manos del emperador Fernando II de Habsburgo, comenzando la llamada Guerra de los Treinta Años,.
El primer parlamento de Carlos fue disuelto en agosto de 1625. El rey había presionado para la guerra con España, pero el ataque naval contra Cádiz terminó en una estrepitosa derrota para Carlos, causándole el descrédito ante sus súbditos.
Las tentativas de Carlos de privar a miembros del Parlamento de sus oficinas y libertades sin el debido proceso conforme a la ley enfurecieron a muchos miembros de ese cuerpo, al igual que los sucesivos impuestos creados sin su consentimiento. Culparon al duque de Buckingham, mientras tanto, del desastre en Cádiz. La Cámara de los Comunes intentó acusarlo de alta traición, y amenazó con retrasar todos los votos en el asunto de los impuestos hasta que la Cámara de los Lores lo encontrara culpable.
Las protestas de la Cámara de los Lores habían forzado a Carlos I a liberar a los condes de Bristol y Arundel, y con estos dos pares en el centro de la atención, parecía más que probable que se diera una mayoría parlamentaria contra el duque de Buckingham. En venganza y como una muestra de desafío contra el Parlamento, en junio de 1626, Carlos ordenó su disolución.
Todo aquel que rechazara apoyar al Tesoro con los préstamos, era encarcelado por el rey sin titubear, de acuerdo a sus prerrogativas reales, ordenanzas totalmente en desacuerdo con las cortes de leyes comunes y descalificadas por la mayoría de los juristas de ese tiempo, aunque no estuvieron explícitamente -pero si de hecho- bajo el cargo de crimen. El caso más notorio fue el conocido como el caso de los "Cinco caballeros" o "caso de la cizaña", en donde el nuevo Lord Jefe de Justicia, sir Nicolás Hyde, sostuvo que estaba permitido que el rey pidiera la detención de individuos sin ningún tipo de acusación y sin ofrecerles la posibilidad de fijar una fianza.
Las guerras de Carlos contra Francia habían estado menoscabando considerablemente sus arcas. Encontrándose en la necesidad acuciante de fondos para continuar la guerra, Carlos convocó al tercer Parlamento de su reinado en marzo de 1628. Inmediatamente, en vez de tratar los problemas financieros de Carlos, la Cámara de los Comunes procedió a considerar el abuso de poder del rey durante los años precedentes.
El duque de Buckingham, entretanto, planeó otro ataque contra La Rochelle, en Francia, pero un oficial naval, John Felton, lo asesinó el 23 de agosto. Carlos y sus cortesanos intentaron que Felton fuese torturado en la rueda antes de ser ejecutado, pero esto fue descartado unánimemente por los jueces. En su lugar, Felton fue colgado por el delito.
Once años de tiranía: absolutismo en el trono INGLÉS
En enero de 1629, Carlos abrió la segunda sesión del Parlamento que había ordenado temporalmente clausurar en junio de 1628. Esperaba que, tras el asesinato del duque de Buckingham, el Parlamento finalmente cooperara con él y le concediera otros subsidios. Las controversias con el Parlamento inglés se recrudecían para el rey.
Carlos resolvió no ser forzado a confiar en el Parlamento para la ayuda monetaria adicional. Inmediatamente, firmó sendas paces con Francia y España. Los once años siguientes, durante los cuales Carlos gobernó sin un Parlamento, son conocidos como los Once años de Tiranía o Ley personal. Los historiadores que desean ser imparciales se refieren simplemente a este período como su gobierno personal.
Entretanto, Carlos I todavía tuvo que adquirir fondos para mantener sus arcas y solucionar el déficit monetario. Recurrió entonces a un olvidado estatuto feudal decretado en 1278, requiriendo a cualquier persona que ganara el 40% o más cada año al presente desde la coronación del rey, para formar parte del ejército real como caballero. El impuesto de buque exigido en la tercera ordenanza de Carlos I, publicada en 1636, fue duramente debatida por la antigua prohibición de recoger el impuesto de buque durante tiempo de paz. Este impuesto había sido aplicado durante las invasiones danesas y por él obligaba a los pueblos costeros a entregar barcos para defender el territorio. Carlos I decidió aplicar nuevamente el antiguo gravamen, pero esta vez extensivo a todo el territorio. Un noble llamado John Hampden, se negó a pagarlo, pero fue sometido a proceso y condenado a la confiscación de sus bienes (1637). El pueblo siguió atentamente el juicio y la sentencia final despertó nuevos odios contra la Corona, que violaba sin miramientos la Carta Magna y la Declaración de Derechos.
Los primeros años de la Tiranía de los Once Años fueron marcados por la paz (garantizada por lo que esencialmente era un estado-policía) en Inglaterra. Muchos se opusieron a los varios impuestos de Carlos y la política religiosa de Laud, pero permanecieron bajo el control del régimen. Cuando, sin embargo, Carlos procuró imponer sus políticas religiosas en Escocia, tuvo que enfrentarse a numerosas dificultades.
...El rey pidió el uso de un libro nuevo de oraciones bajo el modelo del inglés Libro de Oración Común, que, aunque fue apoyado por los obispos escoceses, fue rechazado por muchos escoceses presbiterianos, que vieron el libro nuevo como un vehículo para introducir el Anglicanismo en Escocia. Cuando la Asamblea General de la Iglesia de Escocia suprimió el gobierno episcopalista (es decir, gobierno de la iglesia por los obispos) en 1638, sustituyéndola por el gobierno presbiteriano (es decir, gobierno de los ancianos y de los diáconos), Carlos trató de desbaratar lo que vio como rebelión contra su autoridad.
Caída y ejecución de Carlos
La Cámara de los Comunes -sin el asentimiento del soberano o de la Cámara de los Lores- convoca un acto parlamentario que creaba una corte para el juicio de Carlos. El juicio del rey (bajo los cargos de alta traición y de "otros altos crímenes") comenzó el 2 de enero, pues Carlos había rechazado elevar una súplica, alegando que ninguna corte tenía jurisdicción sobre un monarca. Creía que su propia autoridad para gobernar le había sido dada por Dios cuando lo coronaron y fue ungido. La corte se proponía declarar que No hay hombre sobre la Ley. Durante una semana, pidieron tres veces a Carlos que solicitara la súplica, pero él lo rechazó en todas las ocasiones.
Carlos fue decapitado el 30 de enero de 1649. Era práctica común que el verdugo levantara la cabeza del ajusticiado y la mostrara a la muchedumbre con las palabras: "¡Miren la cabeza de un traidor!"; aunque la cabeza de Carlos fue exhibida, no se usaron estas palabras. En un gesto sin precedentes, uno de los líderes revolucionarios, Oliver Cromwell, permitió que la cabeza del rey fuera cosida a su cuerpo para que de esta forma su familia pudiera rendirle sus respetos. Enterraron a Carlos en privado la noche del 07 de febrero de 1649, en la cámara acorazada de Enrique VIII en la capilla de St. George, en el castillo de Windsor. El hijo del rey, el futuro Carlos II, planeó más adelante un mausoleo real, pero este nunca llegó a realizarse.
Una conocida anécdota de su decapitación dice: Cuando fue llevado a decapitar, por tradición se le concedió un último deseo, a lo que él pidió llevar dos camisetas. Iba a ser decapitado una mañana de enero fría lo que justificó su petición "Es que allí fuera estarán todos mis enemigos y no quiero que me vean temblando ni siquiera de frío".
El reinado de Carlos I fue tumultuoso debido a la lucha de poderes que sostuvo con el Parlamento. Carlos era un abogado acérrimo del derecho divino de los reyes a gobernar. De buena presencia, impresionaba como un verdadero caballero. Hablaba con propiedad, gustaba de la música y de la pintura. Sin embargo, era pedante, desconfiado y muy mentiroso. Muchos en Inglaterra, por lo tanto, temieron que procurara obtener el poder absoluto. Hubo una amplia oposición a muchas de sus acciones, especialmente la creación de impuestos sin el consentimiento del Parlamento. Esta fue una de las muchas manifestaciones del descontento popular contra una monarquía absoluta que pretendió llevar Carlos I.
En su política religiosa, Carlos creyó en una versión sacramental de la Iglesia de Inglaterra, llamada Iglesia alta, con una teología basada en el Arminianismo, una creencia compartida por su consejero político principal, el arzobispo de Canterbury, William Laud. Laud fue designado arzobispo por Carlos en 1633 y comenzó una serie de reformas en la Iglesia para hacerla más ceremonial, comenzando con el reemplazo de las tablas de madera de la comunión por los altares de piedra.
Esto era abiertamente hostil a las tendencias reformistas de muchos de sus súbditos ingleses y escoceses. Su política era contraria a la teología calvinista, e insistió en que la liturgia de la Iglesia de Inglaterra fuera celebrada con todas las ceremonias y vestiduras nombradas por el llamado Libro de Oración Común. Muchos de sus súbditos pensaron que con estos cambios el Anglicanismo se acercaba demasiado al catolicismo. Sin embargo, Carlos I es la única persona que ha sido canonizada por la Iglesia de Inglaterra, desde la Restauración inglesa.
Los últimos años del reinado de Carlos I estuvieron marcados por la Guerra Civil Inglesa; se vio enfrentado a las fuerzas del Parlamento (que se le opuso tenazmente en sus tentativas de aumentar su poder) y a los puritanos (quienes eran contrarios a su política religiosa). La guerra terminó con la derrota de Carlos, que fue enjuiciado, condenado y ejecutado posteriormente bajo el cargo de alta traición.
La monarquía fue abolida, y se estableció la República. Con el tiempo, este régimen devino cada vez más dependiente del ejército y se convirtió en una dictadura militar, dirigida por Oliver Cromwell. Varios factores tanto políticos como socioeconómicos condujeron a su colapso final, una vez fallecido Cromwell. wikipedia.org/ enciclopedia UNIVERSITAS.
El hijo de Carlos, Carlos II, restauró la monarquía en 1660.
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