RAFAEL CALDERA*****

                                                       RAFAEL CALDERA



 Rafael Antonio Caldera Rodríguez: nace en San Felipe, el  24 de enero de 1916- fallece en Caracas, el 24 de diciembre de 2009. 

 Fue un juristaeducadoracadémicoestadista y político venezolano. Líder e ideólogo de la Democracia Cristiana,​ perteneciente a la «segunda gran generación» de esta corriente a nivel mundial.​ Principal impulsor y firmante del Pacto de Puntofijo que dio inicio a la experiencia democrática en 1958.​ Fue presidente de la República en 1969-1974 1994-1999, ha sido el segundo civil que por más tiempo ha gobernado en Venezuela, siendo superado sólo por Nicolás Maduro, actual presidente.

 Redactor de la Ley del Trabajo (1936) y de su reforma en 1989; de la Constitución de 1961 y de su proyecto de reforma en 1992, fue también Presidente de la Unión Interparlamentaria (1979-1982). Profesor honorario y doctor Honoris Causa de más de cuarenta universidades en el mundo, de sus libros se destacan Andrés Bello (1935), Derecho del Trabajo (1939), Moldes para la Fragua (1962), Especificidad de la Democracia Cristiana (1972), Reflexiones de La Rábida (1976) y Los causahabientes, de Carabobo a Puntofijo (1999). Católico practicante, contrajo matrimonio con Alicia Pietri Montemayor (desde 1941 hasta su muerte), de cuya unión nacieron seis hijos: Mireya, Rafael Tomás, Juan José, Alicia Helena, Cecilia y Andrés.​

 Rafael Caldera nació el 24 de enero de 1916 en San Felipe, Yaracuy. Fue el segundo hijo de Rafael Caldera Izaguirre, abogado, y Rosa Sofía Rodríguez Rivero, oriundos de esa ciudad. Al morir su madre, el 2 de mayo de 1918, fue criado por su tía materna María Eva, casada con Tomás Liscano Giménez, quien llegó a ser académico, parlamentario y magistrado.​ Sus hermanas, Rosa Elena y Lola, fueron acogidas por otro tío materno, Plácido Rodríguez.

 Caldera realiza los estudios de primaria entre San Felipe en el Colegio Montesinos y Padre Delgado y Caracas en el Colegio San Ignacio de Loyola, para culminar en este último los estudios de bachillerato. Años después, contará como anécdota que su primer discurso lo pronunció a los nueve años en la plaza Bolívar de San Felipe.​ Educado por los jesuitas, entre los cuales destaca el padre Manuel Aguirre Elorriaga, S.J., fundador del Centro Gumilla y de la Revista SIC, se convierte en el secretario general de la Juventud Católica Venezolana.

 En 1933 asiste junto a Jesús Pérez Machado y Alfonso Vidal al Congreso de Estudiantes Universitarios Católicos en Roma, el cual influirá en su participación futura en la política y en el cual conocerá figuras como la de Eduardo Frei Montalva​ y otros fundadores de los movimientos demócrata-cristianos en sus respectivos países.​

 Graduado de bachiller a los quince años de edad con sobresalientes calificaciones, debe, sin embargo, esperar al año siguiente para comenzar los estudios de Derecho en la Universidad Central de Venezuela, que en esa época comenzaban cada dos años. Allí conoce a Caracciolo Parra León, su profesor en Principios Generales del Derecho, quien lo orienta al estudio de la figura de Andrés Bello y a escribir una biografía sobre el sabio a los diecinueve años, que resulta premiada por la Academia Venezolana de la Lengua en 1935.

 Al respecto, el catedrático chileno Iván Jaksic, en su biografía sobre Andrés Bello, afirma que el libro de Caldera «mantiene aún su vigencia y frescor, y amerita su puesto como la monografía más importante sobre Bello del Siglo XX»

 A los veinte años es designado subdirector de la recién creada Oficina Nacional del Trabajo y participa activamente en la redacción de la Ley del Trabajo, que tendría vigencia por más de cincuenta años (1936-1990). En 1937 es designado como el primer corresponsal de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) en Venezuela.

 Se gradúa de abogado y doctor en Ciencias Políticas con las máximas calificaciones​ y presenta como tesis su libro Derecho del Trabajo (1939).

 En 1943, ingresa como profesor de Sociología Jurídica en la Universidad Central de Venezuela, para luego hacerlo como profesor de Derecho del Trabajo y, en ambas materias también en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), hasta 1968, cuando es electo Presidente de la República.

 En 1951 le es conferido el título de Catedrático Honorario de la Universidad Mayor de San Marcos, Lima, Perú.

 En 1958, profesor honorario de la Universidad de Los Andes y de la Universidad del Zulia y, a partir de allí, profesorados y doctorados honorarios de un número mayor de cuarenta instituciones universitarias en el mundo, entre ellos: la Universidad de Lovaina, en Bélgica (1979); Perugia (1973) y Sassari (1992), en Italia; Deusto (1980)​ y La Laguna (1976), en España; Hebrea de Jerusalén (1981), en Israel; Católica de Washington (1980), Católica de Puerto Rico (1991), Connecticut (1986), Notre Dame (1964), Nebraska (1981) y Florida (1979), en los Estados Unidos; Universidad del Pueblo (1993), China; y La Sorbona (1998), en Francia. En 1996 ingresó como «académico de honor» a la Real Academia Europea de Doctores, con el discurso «El Derecho en el siglo XXI».

 Entre las distinciones de las universidades latinoamericanas y venezolanas, destaca la de su alma mater, la Universidad Central de Venezuela, que lo galardonó por unanimidad como profesor honorario en 1976, a pesar de las críticas que se le hicieron por haber allanado esta casa de estudios durante su primera presidencia (1969-1971).

 En 1953 se incorpora a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, ocupando el «sillón 2»​ de su padre adoptivo, Tomás Liscano, con un discurso que tituló: «Idea de una sociología venezolana», 

 En 1961 es presidente del comité organizador del VI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología.​ En el llamado «Congreso de Caracas», Caldera propone tomar en consideración a los partidos políticos en el debate sobre el cambio social latinoamericano. Fue presidente de esta asociación en el periodo 1961-1963. ​El 29 de noviembre de 1967, se incorpora a la Academia de la Lengua, ocupando el sillón que dejara José Manuel Núñez Ponte, con el discurso: «El lenguaje como vínculo social y la integración latinoamericana», que contestó el poeta Fernando Paz Castillo.​ Fue presidente de la Asociación Venezolana de Sociología, del Instituto Venezolano de Derecho del Trabajo y director de la «Comisión Editora de las Obras Completas de Andrés Bello».

                           Vida política: parte II

 Forma parte de la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), liderada por la Generación del 28 –bastante mayor en edad que este– pero termina separándose, con un grupo de estudiantes, por la posición que la federación adopta frente a la libertad de educación y, particularmente, a la educación católica, al pedir la expulsión de los jesuitas y de las otras órdenes religiosas del país, y funda la Unión Nacional Estudiantil (UNE), ​ que viene a constituir el movimiento socialcristiano venezolano (1936).​ Caldera la definirá como una organización que se «mueve hacia un ideal inconfundible: el de una patria auténticamente libre, en una recta democracia…».​

 También crea y dirige el semanario UNE.​ En 1937 es detenido, junto a sus compañeros de la UNE, por haber irrumpido en la sede del semanario Fantoches, dirigido por el periodista y humorista Leoncio Martínez, con el propósito de reclamar las burlas que la publicación hacía frecuentemente sobre ellos, por este motivo renuncia al cargo de subdirector de la Oficina Nacional del Trabajo. Caldera, años después, cuenta cómo quedó superado este incidente: «Si alguna referencia personal puedo hacer para que se vea que aquel asunto quedó definitivamente terminado es la de que me honra la amistad de la viuda de Leoncio Martínez y la de que en 1958 tuve la satisfacción de ser entrevistado, con una introducción muy elogiosa, por Manuel Martínez, quien había sido el más estrecho colaborador de su tío en Fantoches».​

 Ya egresado de la universidad, funda un movimiento electoral llamado Acción Nacional para participar en los comicios municipales, que luego se transforma en el Partido Acción Nacional (1941-45), siendo elegido diputado al Congreso por el estado Yaracuy (1941-44). Allí, como el diputado más joven, participa en los debates sobre el Tratado de Límites con Colombia y la Reforma del Código Civil. En 1945 es designado procurador general de la Nación por la Junta Revolucionaria de Gobierno que derrocara al presidente Isaías Medina Angarita y la cual encabeza Rómulo Betancourt.

 El 13 de enero de 1946 funda el Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI).​ En el acto de instalación, Caldera dice en su discurso «Queremos reforma social, la queremos; una reforma profunda, sentida y practicada por todos. Queremos paz social, esa paz que significa solidaridad, conciencia nacional, comprensión, ya que en pleito constante, infecundo, no haríamos sino acabar los pocos recursos humanos que nos quedan. Predicamos la necesidad de compactarnos, precisamente para que podamos resolver problemas que ya otros pueblos de América Latina resolvieron hace más de cincuenta años, y que nosotros, en este perpetuo tirarnos de las greñas, no hemos querido ni sabido resolver»29​ Cuatro meses después de la fundación de COPEI, renuncia al cargo de procurador General de la Nación en una concentración en San Cristóbal, estado Táchira, el 13 de abril de 1946, ante los ataques de que era objeto su nuevo partido político por militantes del gobierno.16.

 Es electo representante por el Distrito Federal a la Asamblea Nacional Constituyente (1946-47), que preside el poeta Andrés Eloy Blanco y, como principal dirigente de la oposición, solicita en su primera intervención la trasmisión radial de los debates, lo que constituye un hecho novedoso que se transforma en un acontecimiento en el país: «Para que el pueblo venezolano, cuya es esta Asamblea que está obrando en su representación, se encuentre penetrado hondamente de lo que aquí venimos a tratar, al señor Presidente de la Asamblea Constituyente, que ha sido conmigo, desde este mismo hemiciclo, diputado de oposición, le pido que ordene administrativamente que se radio-difundan las sesiones de esta Asamblea Constituyente para que el pueblo las escuche».​ De su participación en esa Constituyente y su relación con Andrés Eloy Blanco, escribe un artículo a la muerte de este en el que lo llama «El amortiguador de la Constituyente».​

 A los treinta y un años, es candidato presidencial por primera vez en las elecciones en las que se anunciaba como imbatible al famoso novelista Rómulo Gallegos,​ quien había sido su examinador en el bachillerato. Ganará Gallegos (871 752 votos), y Caldera obtendrá el segundo lugar (262 204 votos), pero a mucha distancia del primero. Derrocado el escritor por un golpe militar, a Venezuela la preside una Junta Militar, de la cual el coronel Carlos Delgado Chalbaud es la cabeza hasta su asesinato en 1950. Luego la jefatura la asume un civil, Germán Suárez Flamerich, bajo la tutela de los coroneles Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. Caldera realiza una acción de resistencia cívica al régimen, en la que pide el cierre del campo de concentración de Guasina, así como el cese de las detenciones ilegales.​ Es electo representante a la Constituyente de 1952, convocada por el oficialismo, a la cual no asiste en señal de protesta por la expulsión de los miembros de Unión Republicana Democrática y del Partido Comunista de Venezuela.

 El 15 de septiembre de ese año, en la clausura de la VI Convención Nacional de COPEI, explica: «le ponemos al Gobierno un dilema para él angustioso, pero que siempre dará que ganar a Venezuela: o le abre cauce de verdad a la expresión de la voluntad popular y rectifica…o nos persigue, nos encarcela, nos atropella y, entonces, la conciencia general se levantará más enérgica, más unánime, para repudiar al Gobierno».​ Es encarcelado varias veces;​ le es suspendido un programa en Televisa, llamado Aula de Conferencias TV; y es expulsado de la Universidad Central de Venezuela. El  03 de agosto de 1955, agentes de la Seguridad Nacional, dirigida por Pedro Estrada, lanzan una bomba desde la calle al dormitorio de la casa de Caldera, poniendo en peligro la vida de uno de sus pequeños hijos.​ El 20 de agosto de 1957, es encarcelado, aislado, al ser el probable candidato unitario a las elecciones presidenciales que debían realizarse en diciembre de ese año y que Pérez Jiménez transforma en plebiscito.​

 Sale en enero de 1958 al exilio por pocos días, a la ciudad de Nueva York, donde es recibido por Rómulo Betancourt y Jóvito Villalba, quienes son, junto a Caldera, los líderes de la nueva democracia ante la caída el régimen de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, y habrán de suscribir, junto a sus partidos, el Pacto de Puntofijo, llamado así por los periodistas, al tomar el nombre de la casa de Caldera, donde se firmó, la Quinta Puntofijo de Caldera,​ ubicada en la Avenida Francisco Solano López del sector Las Delicias de Sabana Grande.​ Caldera es uno de los principales propiciadores y garantes del pacto. Entre mediados de 1958 y 1961 ofrece una serie de charlas televisadas en el programa «Actualidad Política» de Radio Caracas Televisión, en los cuales aborda los temas de la unidad nacional y las candidaturas presidenciales.​ Por este programa recibe en febrero de 1959 el premio «Guaicaipuro de Oro», otorgado por el Círculo de Cronistas de Radio y TV.

 Al no haberse logrado el consenso para un candidato unitario, su partido lo presenta por segunda vez como candidato presidencial en las elecciones de 1958, que gana Rómulo Betancourt (1  284 092 votos), seguido por Wolfgang Larrazábal (903 479 votos), y ocupando él un tercer lugar (396 293 votos).​ Caldera va en las listas al congreso y es electo diputado por el Distrito Federal y presidente de la cámara. En esta condición, copreside con Raúl Leoni, la «Comisión redactora de la Constitución de 1961», en cuya redacción se le atribuye un papel fundamental.​

Como secretario general de COPEI (1948-1969) participa en la coalición llamada popularmente como la «guanábana»nota 7​ en apoyo al gobierno del presidente Betancourt, en el cual son Ministros de Fomento, Justicia y Agricultura y Cría, los socialcristianos, Lorenzo Fernández, Godofredo González y Hugo Pérez La Salvia; Andrés Aguilar, Miguel Ángel Landáez y Ezequiel Monsalve CasadoVíctor Giménez Landínez y Miguel Rodríguez Viso. Por tercera vez es candidato presidencial por su partido en las elecciones de 1963, las cuales gana el candidato de Acción Democrática, Raúl Leoni (957 574 votos), ocupando Caldera el segundo lugar (589 177 votos).​ Durante estos años Caldera es electo presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) (1964-1968), y luego presidente de la Unión Mundial Demócrata Cristiana (1967-1968). Asimismo es uno de los artífices del inicio de actividades de la Fundación Konrad Adenauer en América Latina.​ 

  Como ideólogo demócrata-cristiano, Caldera formula la tesis de la «Justicia Social Internacional», según la cual:

la idea de justicia social ha de trasladarse al campo de las relaciones entre los pueblos; y que el sistema de los viejos tratados de comercio entre un país y otro, que suponen una igualdad aritmética («yo le garantizo a usted mercado para sus productos primarios, pero, en la medida equivalente, usted me garantiza mercado para mis productos manufactureros»), tiene que ser abandonado para establecer reglas diferenciales que impongan como obligación –no como acción meramente voluntaria o filantrópica– a los países más ricos, más poderosos o más desarrollados, mayores compromisos a favor de los pueblos más débiles, más pobres o más atrasados.

 En el periodo presidencial de Leoni, su partido abandona la coalición gubernamental con una línea denominada «autonomía de acción» y como principal dirigente de la oposición es candidato presidencial por cuarta vez, logrando ser electo Presidente de la República (1 083 712 votos) por una pequeña diferencia sobre su principal contendor, Gonzalo Barrios (1 050 806 votos) de AD...


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