SANTA SOFÍA, VIRGEN Y MÁRTIR.
Desde la fecha de su dedicación en el año 360 y hasta 1453 sirvió como la catedral católica bizantina de rito oriental de Constantinopla, excepto en el paréntesis entre 1204 y 1261 en que fue reconvertida en catedral católica de rito latino, fundado por los cruzados.
Tras la Conquista de Constantinopla por el Imperio otomano, el edificio fue transformado en mezquita, manteniendo esta función desde el 29 de mayo de 1453 hasta 1931, fecha en que fue secularizado.
El 1 de febrero de 1935 fue inaugurado como museo Santa Madre Sofía o Hagia Sophia (del griego: Άγια Σοφία, «Santa Sabiduría»; en latín: Sancta Sophia o Sancta Sapientia; en turco: Ayasofya) es una antigua basílica patriarcal ortodoxa, posteriormente reconvertida en mezquita y actualmente en museo, en la ciudad de Estambul, Turquía.
Tras la Conquista de Constantinopla por el Imperio otomano, el edificio fue transformado en mezquita, manteniendo esta función desde el 29 de mayo de 1453 hasta 1931, fecha en que fue secularizado.
El 1 de febrero de 1935 fue inaugurado como museo Santa Madre Sofía o Hagia Sophia (del griego: Άγια Σοφία, «Santa Sabiduría»; en latín: Sancta Sophia o Sancta Sapientia; en turco: Ayasofya) es una antigua basílica patriarcal ortodoxa, posteriormente reconvertida en mezquita y actualmente en museo, en la ciudad de Estambul, Turquía.
Sophia es en realidad la transcripción fonética al latín de la palabra griega "sabiduría" —el nombre completo en griego es Ναός τῆς Ἁγίας τοῦ Θεοῦ Σοφίας: «Iglesia de la Santa Sabiduría de Dios»
El templo estaba dedicado a la Divina Sabiduría; una imagen tomada del Libro de la Sabiduría del Antiguo Testamento y que hace referencia a la personificación de la sabiduría de Dios o segunda persona de la Santísima Trinidad. Su fiesta se celebra el 25 de diciembre, el aniversario de la encarnación del Verbo o Logo en Cristo.
Famosa por su enorme cúpula, está considerada como el epítome de la arquitectura bizantina, y se dice de ella que «cambió la historia de la arquitectura». Fue la catedral con mayor superficie del mundo durante casi mil años, hasta que se completó la obra de la Catedral de Sevilla en 1520.
El edificio actual fue reconstruido entre 532 y 537 para ser usado como iglesia, por orden del emperador bizantino Justiniano I, siendo la tercera iglesia de la Santa Sabiduría edificada en ese mismo emplazamiento. El diseño es obra del arquitecto y físico jonio Isidoro de Mileto y del matemático y arquitecto lidio Antemio de Tralles.
El edificio actual fue reconstruido entre 532 y 537 para ser usado como iglesia, por orden del emperador bizantino Justiniano I, siendo la tercera iglesia de la Santa Sabiduría edificada en ese mismo emplazamiento. El diseño es obra del arquitecto y físico jonio Isidoro de Mileto y del matemático y arquitecto lidio Antemio de Tralles.
La iglesia contiene una gran colección de reliquias de santos, y contó con un iconostasio de plata de 15 metros. Fue la sede del Patriarca de Constantinopla y el punto focal religioso de la Iglesia ortodoxa oriental por casi mil años. En esta iglesia el Cardenal Humberto excomulgó a Miguel I Cerulario en 1054; acto que comúnmente se considera como el comienzo del Gran Cisma.
En 1453 Constantinopla fue conquistada por los turcos otomanos, bajo las órdenes del sultán Mehmed II, quien posteriormente decidió que el templo se convirtiera en mezquita Las campanas, el altar, el iconostasio y los vasos de sacrificio fueron retirados, y muchos de los mosaicos fueron enlucidos. Durante el dominio otomano se le añadieron detalles arquitectónicos islámicos, como el mihrab, el minbar y cuatro minare-tes. El edificio se mantuvo como mezquita hasta 1931, fecha en que fue cerrado al público por el gobierno de Turquía hasta 1935, fecha de su re-apertura, como museo.
Mezquita principal de Estambul durante casi 500 años, Santa Sofía sirvió como modelo para muchas otras mezquitas otomanas, como la del Sultán Ahmed —también conocida como la Mezquita Azul de Estambul—, la Mezquita Sehzade, la Mezquita de Solimán, la Mezquita Rüstem Pasha y la Mezquita Kiliç Ali Pasha.
Primera Iglesia
Interior de Santa Sofía con los elementos islámicos bajo las pechinas.
La primera iglesia se conoció como Μεγάλη Ἐκκλησία —Megálē Ekklēsíā, «Iglesia Grande»— o Magna Ecclesia en latín, debido a que sus dimensiones eran mayores de las iglesias contemporáneas de la ciudad. Fue inaugurada el 15 de febrero del 360 —durante el reinado de Constancio II— por el obispo Arriano Eudoxio de Antioquía, fue construida junto a la zona donde se estaba desarrollando el palacio imperial. La cercana Iglesia de Santa Irene —«Santa Paz»— fue terminada antes y sirvió como catedral hasta que se terminó la iglesia de Santa Sofía. Ambas fueron conjuntamente las principales iglesias del Imperio bizantino...
Sócrates de Constantinopla (440) en un escrito afirmó, que la iglesia fue construida por Constancio II, que estaba trabajando en ella en el 346. Una historia posterior al siglo VII o VIII, afirma que el edificio fue construido por Constantino el Grande. Zonaras reconcilió las dos opiniones, afirmando que Constancio reparó el edificio consagrado por Eusebio de Nicomedia después de que este se derrumbara. Dado que Eusebio fue obispo de Constantinopla de 339 a 341 y que la muerte de Constantino ocurrió en 337, parece posible que la primera iglesia fuera erigida por este último. El edificio fue construido como una basílica latina tradicional con columnas, galerías y un techo de madera, y estaba precedida por un atrio. Se afirmaba que era uno de los monumentos más destacados del mundo en esa época.
El Patriarca de Constantinopla, Juan Crisóstomo, entró en conflicto con la Emperatriz Elia Eudoxia, esposa del emperador Arcadio, y fue enviado al exilio el 20 de junio de 404. Durante los disturbios que se produjeron tras este hecho, la iglesia fue quemada y derrumbada en gran parte, y en la actualidad no se conserva nada de este primer edificio.
Segunda Iglesia
El emperador Teodosio II ordenó la construcción de una segunda iglesia, que inauguró el 10 de octubre de 415. Esta basílica, con techo de madera, fue construida por el arquitecto Rufinus. Sin embargo, durante los disturbios de Niká se desató un incendio que quemó y derrumbó este segundo edificio, entre el 13 y el 14 de enero de 532.
Aún sobreviven algunos bloques de mármol de esta segunda iglesia. Entre ellos unos relieves que muestran doce corderos, representando a los doce apóstoles, y que originalmente formaban parte de una monumental puerta de entrada. En la actualidad estos bloques se encuentran en una excavación junto a la entrada del museo. Las piezas fueron descubiertas por A. M. Schneider en 1935, bajo el patio oeste, pero posteriormente las excavaciones fueron detenidas por temor a que afectaran a la estabilidad del edificio actual.
Tercera Iglesia (construcción actual)
El 23 de febrero de 532, tan sólo unas semanas después de la destrucción de la segunda basílica, el emperador Justiniano I decidió construir una tercera basílica completamente diferente, más grande y más majestuosa que sus predecesoras.
Justiniano eligió al físico Isidoro de Mileto y al matemático Antemio de Tralles como arquitectos, aunque Antemio murió durante el primer año de la empresa. Existe la teoría de que se empleó a Herón de Alejandría para hacer frente a los desafíos que presentaba la construcción de una cúpula expansiva sobre un espacio tan grande.
El historiador bizantino Procopio de Cesarea describió la construcción del templo en su obra Sobre los edificios —latín: De aedificiis; griego:Peri ktismatōn—. Se emplearon más de diez mil personas para la construcción., y el emperador hizo traer material procedente de todo el imperio, como las columnas helenísticas del Templo de Artemisa en Éfeso, grandes piedras de las canteras de pórfido de Egipto, mármol verde de Tesalia, piedra negra de la región del Bósforo y piedra amarilla de Siria.
Esta nueva iglesia fue reconocida por los contemporáneos como una gran obra de arquitectura. El emperador, junto con el patriarca Eutiquio, inauguró con mucha pompa la nueva basílica el 27 de diciembre de 537. Los mosaicos dentro de la iglesia se completaron bajo el reinado del emperador Justino II (565-578). Santa Sofía fue la sede del patriarca ortodoxo de Constantinopla y el escenario principal de las ceremonias imperiales bizantinas, como las coronaciones. La basílica también ofrecía asilo a los malhechores.
En 726, el emperador León el Isáurico publicó una serie de edictos contra la veneración de imágenes y ordenó al ejército destruir todos los iconos —inaugurando el período de la iconoclasia bizantina—. En ese momento, todas las imágenes y estatuas religiosas se retiraron de la iglesia de Santa Sofía. Después de un breve respiro durante el mandato de la emperatriz Irene (797-802), los iconoclastas reaparecieron. El emperador Teófilo (829-842), fuertemente influenciado por el arte islámico, prohibió las imágenes religiosas e instaló una puerta de bronce de dos hojas con su monograma en la entrada sur de la iglesia.
Los terremotos de agosto de 553 y del 14 de diciembre de 557 causaron grietas en la cúpula principal y en la media cúpula oriental. La cúpula principal se derrumbó por completo durante un posterior terremoto el 7 de mayo de 558 que también destruyó el ambón, el altar y el copón. El accidente se debió principalmente al exceso de carga de la cúpula y al enorme empuje horizontal que transmitía a los soportes, al tener un diseño demasiado plano. Esto causó la deformación de los pilares que sostenían la cúpula. El emperador ordenó la restauración inmediata, la cual se encomendó a Isidoro el Joven, sobrino de Isidoro de Mileto, que utilizó materiales más ligeros y elevó la cúpula, dando a la construcción su altura interior actual de 55,6 metros (182 pies).
Por otra parte, Isidoro cambió también el tipo de bóveda, erigiendo una cúpula nervada con pechinas, cuyo diámetro se encontraba entre 32,7 y 33,5 metros. Esta reconstrucción, que dio a la iglesia su actual forma característica del siglo VI, se completó en el año 562. El poeta bizantino Pablo Silenciario compuso un poema épico, conocido como Ekphrasis, para la dedicación de la basílica presidida por el Patriarca Eutiquio el 23 de diciembre de 562.
Los terremotos de agosto de 553 y del 14 de diciembre de 557 causaron grietas en la cúpula principal y en la media cúpula oriental. La cúpula principal se derrumbó por completo durante un posterior terremoto el 7 de mayo de 558 que también destruyó el ambón, el altar y el copón. El accidente se debió principalmente al exceso de carga de la cúpula y al enorme empuje horizontal que transmitía a los soportes, al tener un diseño demasiado plano. Esto causó la deformación de los pilares que sostenían la cúpula. El emperador ordenó la restauración inmediata, la cual se encomendó a Isidoro el Joven, sobrino de Isidoro de Mileto, que utilizó materiales más ligeros y elevó la cúpula, dando a la construcción su altura interior actual de 55,6 metros (182 pies).
Por otra parte, Isidoro cambió también el tipo de bóveda, erigiendo una cúpula nervada con pechinas, cuyo diámetro se encontraba entre 32,7 y 33,5 metros. Esta reconstrucción, que dio a la iglesia su actual forma característica del siglo VI, se completó en el año 562. El poeta bizantino Pablo Silenciario compuso un poema épico, conocido como Ekphrasis, para la dedicación de la basílica presidida por el Patriarca Eutiquio el 23 de diciembre de 562.
La basílica volvería a sufrir daños: primero por un gran incendio en el 859, y de nuevo por un terremoto, el 8 de enero de 869, que colapsó media cúpula. El emperador Basilio I ordenó las reparaciones. Un siglo después, el 25 de octubre de 989, un nuevo gran terremoto arruinó la cúpula, y fue el emperador bizantino Basilio II quien encargó su reparación al arquitecto armenio Trdat, creador de las grandes iglesias de Ani y Argina. Sus principales reparaciones afectaron al arco occidental y a una parte de la cúpula. La magnitud de los daños requirió seis años de reparación y reconstrucción, hasta que la iglesia fue reabierta el 13 de mayo de 994.
En su libro De caerimoniis aulae Byzantinae, el emperador Constantino VII (913 a 919) escribió un relato detallado de las ceremonias que llevaron a cabo el emperador y el patriarca en la iglesia de Santa Sofía.
Tras la toma de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada la iglesia fue saqueada y profanada por los cristianos latinos. El suceso fue descrito por el historiador bizantino Nicetas Choniates. Muchas supuestas reliquias de la iglesia —como una piedra de la tumba de Jesús, la leche de la Virgen María, la mortaja de Jesús y los huesos de varios santos— fueron enviadas a las iglesias de occidente, y actualmente se encuentran en varios museos. Durante la ocupación latina de Constantinopla (1204-1261) la iglesia se convirtió en una catedral católica. En ella, fue coronado emperador Balduino I de Constantinopla, en una ceremonia que siguió de cerca las prácticas bizantinas, el 16 de mayo de 1204.
Excelente dato histórico.Gracias por ello. Me estoy informando su cultura.
ResponderEliminarMe encanta esta historia de santa sofia primera ves que se de ella,
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