ARMANDO REVERÓN- PINTOR.


Armando Reverón
El Grande 

Armando Reverón nació en Caracas el 10 de mayo de 1889. Hizo primeras letras en Valencia y en 1908 entró a la Academia de Bellas Artes de Caracas, de la cual egresó en 1911 para dirigirse a España. 

Allí estudió en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y en la Academia San Fernando, Madrid. En 1914 pasó seis meses en el norte de Francia y en París, donde tomó contacto con la pintura impresionista.

Regresó a Caracas en 1915, para intervenir informalmente en las actividades del Círculo de Bellas Artes, del cual se le considera un representante. En 1919 conoció a Nicolás Ferdinandov, pintor ruso de paso por Venezuela, quien tuvo notable influencia sobre él. Aconsejado por Ferdinandov, Reverón se estableció en Macuto, donde en 1923 comenzó a construir El Castillete, su morada y taller para el resto de su vida.

Falleció en mayo de 1954. De su obra se realizaron exposiciones individuales en la Academia de Bellas Artes en 1911 y 1920 y en la UCV, 1921 (con Brandt, Monsanto y el propio Ferdinandov, organizador del evento); Taller Libre de Arte, 1949; Centro Venezolano Americano, 1951; MBA (retrospectiva), 1955. 

Póstumamente se le han consagrado retrospectivas en el MACC, 1979 y 1989; GAN, 1989 y Museo Reina Sofía, Madrid, 1991. Obtuvo Premio Distinción Sobresaliente en el Concurso de Fin de Año de la Academia de Bellas Artes, 1911; Premio John Boulton en el Salón Oficial de Arte Venezolano, 1948. En 1953 recibió el Premio Oficial de Pintura del mismo Salón.

Realizó sus primeros estudios en el Colegio de los Padres Salesianos en Caracas. Su tío-abuelo materno, Ricardo Montilla, quien había estudiado en Nueva York, lo instruye en dibujo del natural y despierta en él su vocación artística, mostrando desde niño afición por la pintura. En 1896 es trasladado a Valencia tras el fracaso del matrimonio de sus padres, el pequeño Armando es enviado al hogar de los Rodríguez-Zucca, quienes se ocuparon de su primera educación.

Bajo el cuidado de los Rodríguez-Zucca, Reverón establece una estrecha relación con Josefina, hija de la pareja, a quien aprecia como a una verdadera hermana. Las paredes de la casa eran algunos de los primeros lienzos de Reverón, donde éste intentaba retratar a la sirvienta de la familia, Juanita Carrizales. Los Rodríguez–Zucca le contaban a doña Dolores sobre el temperamento «triste, irascible y melancólico» de su hijo Armando. Entre los 12 y 13 años, sufre de tifus, lo que para creencia de muchos lo afectaría psiquicamente por el resto de su vida.

Vida en Valencia

En Valencia conoce el estudio de Juan Antonio Michelena, padre de Arturo Michelena y da sus primeros pasos en el dibujo. A los 18 años ejecuta pinturas de temas religiosos y naturalezas muertas. En 1908 se inscribe en la Academia de Bellas Artes, donde tiene como profesores a Antonio Herrera Toro, Emilio Mauri y Pedro Zerpa, y por compañeros a Manuel Cabré, Rafael Monasterios y Antonio Edmundo Monsanto, entre otros.

Su rendimiento le valió la recomendación de sus profesores para obtener, al finalizar el curso de 1911, una pensión de estudios en Europa. Este mismo año, viaja a España y se dirige a Barcelona, donde ingresa a la Escuela de Artes y Oficios. En 1910 pinta su primer autorretrato en el que posa con cierta apariencia de bohemio. En 1912, hace un breve retorno a Caracas; de nuevo en España, entra a la Academia de San Fernando en Madrid.

De acuerdo con algunos estudiosos de su vida y obra, la capital española dejó una profunda huella en su espíritu; siendo cautivado además por el universo de Francisco Goya. Más tarde, recordará su paso por el taller de José Moreno Carbonero, pintor un tanto extravagante, maestro de Salvador Dalí.

En 1916, Reverón pinta al aire libre sus primeros paisajes resueltos dentro de una tonalidad azul. Poco después se traslada a La Guaira donde vive de dar clases privadas de dibujo y pintura. En el carnaval de 1918 conoce a Juanita Ríos, quien sería su modelo y esposa.

También en La Guaira, se encuentra al pintor de origen ruso Nicolás Ferdinandov, a quien había conocido en Caracas el año anterior. Durante este tiempo Reverón visita con frecuencia el rancho de pescadores que el pintor ruso ocupaba en Punta de Mulatos. Siguiendo los consejos de Ferdinandov, Reverón decide instalarse en el litoral, iniciando con esto una nueva etapa en su vida y en su obra. Para 1921, vive en un rancho de la playa, en el sector de Las Quince Letras. Poco tiempo después se muda y comienza a construir, un poco al sur, El Castillete que le serviría de morada para el resto de su vida.

Durante los primeros años de su retorno a Venezuela, Reverón se movió en el ambiente del Círculo de Bellas Artes, fundado en 1912 por oposición a la ranciedad de la Academia. Repartió su tiempo entre Caracas y ya ciertos lugares del litoral, como La Guaira. La lejana Europa siguió contando, y mucho, para él. Fueron pintores procedentes de Europa, como el ruso Nicolás Ferdinandov y el rumano Samys Mutzner, o formados en ella, como el venezolano-francés Emilio o Emile Boggio, quienes orientaron sus pasos. Los dos últimos eran post-impresionistas, devotos del plein air.

Mutzner pasó tres años en Venezuela, principalmente en la Isla de Margarita; pintó también en La Guaira. Boggio, mucho mayor que el resto de sus compañeros, estuvo tan sólo en su patria durante parte de 1919; fallecería al año siguiente, en Auvers-sur-Oise. Ferdinandov, por último, era un ilustrador simbolista de cierto talento, formado en el clima muy «Ballets Russes» de Bakst y de Alexandre Benois.

A la hora de retirarse definitivamente, en 1920, del mundanal ruido, de enfrentarse, en compañía de su modelo y musa Juanita, a la soledad de Macuto, a Reverón le ayudó el ejemplo de quien había sido su compañero de tantas excursiones por el litoral, y de quien, a los cenáculos caraqueños había preferido La Guaira, la Isla de Margarita o Curazao, donde fallecería en 1954.

Cambios artísticos y creación del Castillete

Reverón construyó varios ranchos en el terreno que compró en Macuto; el principal era su taller, las paredes eran de tablas; el techo de paja. Alrededor de la cintura se colocaba una gran bolsa guardaba trozos de madera que le servían de pincel.

La decisión de mudarse, coincidió también con un cambio de conducta y por supuesto, una transformación de sus conceptos artísticos. En este período, al adoptar hábitos primitivos y desvinculado de la ciudad, Reverón pudo desarrollar una percepción más profunda de la naturaleza y esto lo llevó a emplear un método de pintar, así como a adoptar procedimientos y materiales que se adecuaban a su afán de representar la atmósfera del paisaje bajo efectos del deslumbramiento producido por la luz directa del Sol. Además, creó valores cromáticos e ideó nuevos soportes, utilizando elementos autóctonos.

Entró así a lo que el crítico Alfredo Boulton llamó su «Época Blanca», ubicada aproximadamente entre 1924 y 1932. En 1933, se le hizo un primer reconocimiento, al realizarse una exposición de su obra en el Ateneo de Caracas, que luego fue presentada en la galería Katia Granoff de París, Francia.

A comienzos de 1940, inició su «Período Sepia», al que correspondería un conjunto de lienzos pintados en el litoral y en puerto de La Guaira y en donde los tonos marrones del soporte de coleto constituyen el valor cromático dominante de la composición; paisajes de mar y tierra donde destacan las marinas del playón, a los que siguió un período depresivo tras sufrir el artista una crisis psicótica que obligó a su reclusión en el sanatorio «San Jorge», de «José María Finol». Ya recuperado, no volvió a pintar como antes.

A partir de este momento, se refugió en un universo mágico que, en torno a objetos y muñecas creados por él, dio origen a la última y delirante etapa expresionista de su obra; etapa figurativa caracterizada por el empleo de materiales tales como tizas, creyones y por una fantasía teatral que se tornaba más y más incontrolable pero que, a través de un dibujo que aspiraba a la corrección académica, buscaba restituir el equilibrio emocional de Reverón.

Períodos de Reverón
Período Azul

Lo inicia en 1920. Su obra va estar caracterizada por una inmersión en una atmósfera sensual y misteriosa, está dominada por el azul profundo de su paleta y una factura espesa. Se trata de paisajes, retratos de Juanita y majas: El bosque de la Manguita, Juanita, La Cueva. A partir de entonces se definen las dos líneas temáticas que cultivará hasta la muerte: el paisaje (pintado al aire libre) y el sexo. El momento decisivo de su carrera se produce en 1921 con su traslado y asentamiento en Macuto, pueblo costero, donde construye su 'castillete', y vive hasta poco antes de morir en compañía de Juanita. Entre 1922 y 1924 se dedica preferentemente a la construcción del 'Castillete' hoy Museo Armando Reverón.

Período Blanco

Lo inicia alrededor de 1924 al abandonar el impresionismo, adquiriendo gran importancia el color blanco, que utiliza en composiciones de corte abstracto (El Paisaje blanco,1934). La obra que marca el paso del periodo azul al blanco, que se extiende hasta 1934, es Fiesta en Caraballeda de 1924, donde utiliza como soporte tela de coleto, también incorpora a la obra elementos concoides, rocas, cocoteros, como referencias estructurales y figurativas en una atmósfera casi abstracta.

Período Sepia

Inicia en 1933 y se caracteriza porque empieza a pintar sobre papel con un estilo gestualista, que constituye una etapa de transición al periodo sepia, que se inicia en 1936. Pinta entonces obras de gran formato que escenifican varias figuras desnudas en un interior (La maja criolla, 1939) al tiempo que su producción se torna dramática con acentos de expresionismo.

Sustituye sus modelos, salvo Juanita, por muñecas de trapo fabricadas por él mismo (Serafina). Salvo el paréntesis de 1940-1945 en que pinta del natural paisajes portuarios con la frescura de los primeros años (El puerto de La Guaira, 1941), su obra es cada vez más introvertida y simbólica, al igual que su vida, cada vez más solitaria y ajena a la realidad; sus pinturas están bañadas por la luminosidad del sol y el resplandor de las estrellas bajo la noche tropical (Amanecer en el Caribe, 1944). 

En 1945 es internado por primera vez en un psiquiátrico, aumentan los desnudos y autorretratos (Desnudo acostado, 1947) y a partir de 1949 se observa una menor producción pictórica, a la vez que se centra en la técnica del dibujo, que se convertirá a partir de 1950 en la única utilizada; ya que, debido a su extrema pobreza y la imposibilidad de comprar los materiales necesarios, usó su propio excremento, con el que obtuvo los tonos sepia en algunas de sus pinturas.

Obra

Su obra es conocida por estar plagada de imágenes oníricas, desdibujadas, con un intenso trabajo de la luz y los colores, o la falta de ellos. Son muy celebradas también sus muñecas de trapo. Se le considera un maestro de la luz tropical, que plasmó en distintas superficies y con todo tipo de materiales. En la obra se distinguen tres periodos: período azul, período blanco y período sepia.
La cueva (1920). Óleo sobre tela 157 x 104 cm
Mujer del Río (1939). Óleo sobre tela 132,1 x 144,5 cm
Figura sentada (S/F). Témpera sobre papel 88 x 61,6 cm
Cocotero (S/F). Óleo y temple sobre coleto 50,3 x 58 cm
Figura con abanico (S/F). Carboncillo sobre papel sobre cartón. 98,8 x 82,5 cm
Pascual Navarro y modelo (S/F). Carboncillo sobre papel 55,5 x 37,9 cm
Plaza Bolívar de Caracas (S/F). Carboncillo sobre papel 47,5 x 62,5 cm
Muchacha ante el espejo, (S/F). Carboncillo sobre papel 105 x 72 cm
Paisaje del Calvario (1915)
Reja en la casa de Eduardo Calcaño (1916)
Uveros (1919). Óleo sobre tela. 29,8 x 31,5 cm
Familia Rodríguez Zocca (1919). 85,5 x 66 cm
Procesión de la Virgen del Valle (1920)
Fiesta en Caraballeda (1924). Óleo sobre lienzo. 67 x 95,5 cm
Figura (1927). Tempecm
Mujer desnuda leyendo.(1932). Expuesta en el Malba -- Buenos Aires, Argentina
Ranchos (1932). Óleo y temple sobre coleto. 47 x 62 cm.
Desnudo en el paisaje (1933). Pigmento diluible al agua sobre papel adherido a cartón piedra 76,6 x 114 cm
La hamaca - contraluz (1933). Pigmento diluible al agua y tierras de color sobre tela 118,2 x 146,2 cm
Lectura (1933). Gouache sobre tela, 91 x 99 cm
Juanita (1934). Temple sobre cartón 59,8 x 48,2 cm
Paisaje blanco (1934)
Juanita en traje de baño rojo (1934). Pintura al agua sobre papel adherido a cartón 114 x 79,9 cm
Juanita y el arriero (1934). Pigmento diluible al agua y caseína sobre cartón y madera 107 x 137,7 cm
Uveros (1934). Óleo sobre tela 53 x 64 cm
Desnudo (1934) Óleo y temple sobre arpillera 106 x 98 cm
Maja (1936). Tierra de color sobre coleto 105,2 x 141,5 cm
Sin título (Cocotero – Paisaje con cocoteros) (1938). Tiza y pigmento diluible al agua sobre tela 61,5 x 91,5 cm
Maja criolla (1939)
Desnudo (1939). Óleo sobre tela, 105 x 134 cm
Cinco figuras (1939). Óleo y temple sobre coleto 162,5 x 227,5 cm
Juanita en rosa (1940). Tierra de color sobre papel 75,5 x 55 cm
El puerto de La Guaira (1940). Óleo sobre tela, 62,5 x 122,5 cm
El playón (1942). Óleo y temple sobre coleto 114 x 148 cm
Paisaje con uveros (1942). Temple sobre coleto 86,3 x 96,2 cm
Paisaje de Macuto (1943). Óleo sobre tela 71,5 x 94,5 cm
Paisaje con locomotora (1942-1944). Témpera y carboncillo sobre tela 62,5 x 93,5 cm
Marina (1944). Óleo sobre tela 97,3 x 119,7 cm
Desnudo acostado (1947). Carboncillo, papel y tiza en papel encolado sobre cartón 88,4 x 137,4 cm
Autorretrato (1948). Tiza y carboncillo sobra manzonite 59 x 51 cm
Dos figuras (1948). Carboncillo y tiza sobre papel 73 x 31,5 cm
Cruz de mayo (1948). Pintura al agua, grafito y carboncillo sobre papel 83 x 96,9 cm
Navidad de muñecas (1949). Creyón, tiza y carboncillo sobre papel 116,7 x 88 cm
Niza (1952). Tiza y carbón sobre tela, 114 x 72 cm
Patio del sanatorio (1954). Tiza y pastel sobre papel sobre cartón 64,5 x 96,5 cm
Última crisis y muerte

Hasta el momento de su muerte gozó de pleno dominio de sus facultades artísticas. Doce fueron los cuadros que realizó en el Sanatorio. Sus modelos eran los propios enfermos, las enfermeras o los jardines del hospital. Uno de sus últimos cuadros, que pertenece al Museo de Bellas Artes se llamó «Paisaje».

La última de sus crisis tiene lugar en 1953, siendo internado nuevamente en la clínica de Báez Finol, el mismo año en que le era conferido el Premio Nacional de Pintura. Confortado por este tardío estímulo, trabajaba con ahínco para una exposición que había anunciado el Museo de Bellas Artes, cuando le sobrevino la muerte mientras se encontraba en el sanatorio San Jorge.

Después de su muerte

En 1955 se organiza una exposición retrospectiva de su obra en el Museo de Bellas Artes de Caracas. Fue una muestra de 399 obras realizadas entre los años 1910 y 1954. Se llevó una selección realizada de estas obras a Estados Unidos. Fueron 55 obras que se presentaron en el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston en diciembre de ese año y que se clausuró en octubre de 1956 en la Galería de Arte Corcoran de Washington. En 1960 se instituye la Bienal Armando Reverón.

Reconocimientos
Su trayectoria, objetos y obras artísticas fueron declarados Bien de Interés Cultural de la República Bolivariana de Venezuela al cumplirse 125 años de su nacimiento. Se ha solicitado la inclusión de sus restos mortales al Panteón Nacional. Su casa en Macuto (Estado Vargas) fue declarada Museo Armando Reverón. En 1999, lamentablemente fue destruida por la tragedia de Vargas. En octubre de 2014 se anunció un proyecto a través del Instituto Autónomo de Infraestructura que contempla un circuito integral turístico con la reconstrucción de El Castillete. Una réplica de la edificación servirá como centro cultural, donde se dictarán talleres, cursos, charlas y además, como una pequeña cinemateca. 

Una universidad llevaba su nombre: Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón y ahora tiene por nombre: Universidad Nacional Experimental de las Artes, donde se encuentra la Plaza Armando Reverón y que cuenta con el Centro de Estudios y Creación Artística Armando Reverón.

Película
Una película basada en la vida de Reverón se estrenó en 2011 bajo la dirección del Venezolano Diego Rísquez. El actor y dramaturgo Luigi Sciamanna fue el encargado de dar vida a Armando Reverón. La película se tituló Reverón y su música estuvo a cargo del galardonado realizador venezolano Alejandro Blanco-Uribe. El guión es del escritor Armando Coll. Fuentes: wikipedia/ www.bcv.org.ve

                    ¡HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!





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