SIMÓN BOLÍVAR "PADRE DE LA PATRIA"

                                       SIMÓN BOLÍVAR



                   A SIMÓN BOLÍVAR PADRE DE LA PATRIA NUEVA
                                                    

                                                                         I

La patria no es madre sino hija. La patria no es fortuna sino deber.


La patria no es dicha sino agonía. Tenemos que forjarla de continuo con nuestro
trabajo, con nuestra fe, con nuestras almas. 

Tenemos que honrarla con nuestro afán, con nuestro sacrificio.

Ella, vive de nosotros, como nuestros padres, y como nuestras obras. Ella puede llevar   nuestro nombre, como Simón Bolívar le dio el suyo.

 Ella es la cifra y el sol de nuestra vida.  Por ella todo es poco.

A ella le dieron, antes, su fervor, su grandeza y su evangelio, los próceres, los héroes, los   patriarcas.  De los más vehementes  de la libertad ella procede.

 Los mayores recuerdos, las más dulces fragancias, los más nobles amores, viven en ella.

Su imagen está siempre con nosotros, sentada a nuestro lado en la mesa de trabajar,   junto  a nuestra cabeza en la almohada de dormir.

Ella anduvo; en el sueño y la fatiga de los libertadores; estuvo en las manos y en los ojos de los constructores; voló sobre los hombres atléticos y los cielos alucinados de los conductores.

Fue en fin, “melancólica constancia”, y ha de ser, en suma, “inquebrantable juramento”.


Su eternidad está en nosotros; corre por nuestra sangre; habla por nuestro idioma; vivirá en nuestras obras. Anida en el hogar, que es un santuario, y en la escuela que es un taller.

Enseña a no querer más honra, porque no hay mayor, que la de ser digno de ella.


Aspira a engrandecerse con nuestra grandeza, con nuestro encendimiento, con nuestra virtud.

Ennoblece con su arrebato, con su devoción, con las sombras ilustres que pueblan los aires del atardecer. América le da su raíz, su entonación y su corona.

 El vigor natural. En la entonación se juntan el paisaje, la historia, el sentimiento. Fulgura   en  la corona la luz, el numen y la unidad inmortal.

 La epopeya de América es de tal modo el himno de la libertad, que la canción nacional de 
 cada patria, puede servir para todas.

 Y, los héroes innumerables que a través de los tiempos tuvo cada una, se unen y se   confunden de tal manera, que todos no son sino uno solo, encarnación, símbolo, arquetipo   de la epopeya americana.    (De Autor desconocido)  


   HOY, RECIBAN ESTA INVOCACIÓN AL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR, COMO UN HOMENAJE EN NOMBRE DE TODOS LOS VENEZOLANOS QUE AMAMOS LA PATRIA QUE NOS LEGARA.


!HONOR Y GLORIA!




                                

               SIMÓN BOLÍVAR PADRE DE LA PATRIA NUEVA

                                                 

 La patria no es madre sino hija.  La patria no es fortuna sino deber.
 La patria no es dicha sino agonía. Tenemos que forjarla de continuo con nuestro
 trabajo, con nuestra fe, con nuestras almas. Tenemos que honrarla con nuestro afán, con   nuestro sacrificio.
 Ella vive de nosotros, como nuestros padres, y como nuestras obras. Ella puede llevar   nuestro nombre, como Simón Bolívar le dio el suyo.
 Ella es la cifra y el sol de nuestra vida.  Por ella todo es poco.
 A ella le dieron, antes, su fervor, su grandeza y su evangelio, los próceres, los héroes, los   patriarcas.  De los más vehementes  de la libertad ella procede.


 Los mayores recuerdos, las más dulces fragancias, los más nobles amores, viven en ella.
 Su imagen está siempre con nosotros, sentada a nuestro lado en la mesa de trabajar,   junto  a nuestra cabeza en la almohada de dormir.

 Ella anduvo; en el sueño y la fatiga de los libertadores; estuvo en las manos y en los ojos   de los constructores; voló sobre los hombres atléticos y los cielos alucinados de los   conductores.

 Fue en fin, “melancólica constancia”, y ha de ser, en suma, “inquebrantable   juramento”.
 Su eternidad está en nosotros; corre por nuestra sangre; habla por nuestro idioma; vivirá   en nuestras obras. Anida en el hogar, que es un santuario, y en la escuela que es un taller.

 Enseña a no querer mas honra, porque no hay mayor, que la de ser digno de ella.
 Aspira a engrandecerse con nuestra grandeza, con nuestro encendimiento, con nuestra   virtud.
 Ennoblece con su arrebato, con su devoción, con las sombras ilustres que pueblan los   aires del atardecer.  América le da su raíz, su entonación y su corona.

 El vigor natural. En la entonación se juntan el paisaje, la historia, el sentimiento. Fulgura   en  la corona la luz, el numen y la unidad inmortal.
 La epopeya de América es de tal modo el himno de la libertad, que la canción nacional de 
 cada patria, puede servir para todas.

 Y, los héroes innumerables que a través de los tiempos tuvo cada una, se unen y se   confunden de tal manera, que todos no son sino uno solo, encarnación, símbolo, arquetipo   de la epopeya americana.
 (De Autor desconocido)  


         HOY, RECIBAN ESTA INVOCACIÓN, AL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR, COMO UN HOMENAJE EN NOMBRE DE TODOS LOS VENEZOLANOS QUE AMAMOS LA PATRIA QUE NOS LEGARA.






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