VICENTE HUIDOBRO
Uno de los impulsores de la poesía de vanguardia en América Latina. |
VICENTE HUIDOBRO
Poeta chileno fundador del Creacionismo, movimiento poético vanguardista, y además, uno de los impulsores de la poesía de vanguardia en América Latina. Nació en Santiago, el año 1893 y, muere en Cartagena, Chile, el año 1948.
Vicente Huidobro proviene de una familia de la élite oligárquica, vinculada a la gran propiedad agrícola, a la banca y a la política. Cursó la enseñanza primaria con institutrices privadas y la secundaria en el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús.
Aunque fue crítico con la enseñanza jesuítica, tomó de ella una postura elitista ante la vida. Desde su juventud realizó frecuentes viajes por Europa, que le valieron un profundo enriquecimiento cultural y una depuración de sus gustos estéticos. Particularmente intenso desde la experiencia intelectual fue el largo período en que residió en París, ciudad a la que llegó en 1916, en pleno desarrollo de la Primera Guerra Mundial.
En la capital francesa conoció a literatos y artistas como Picasso, Juan Gris, Max Jacob y Joan Miró, entre otras figuras de la cultura del momento. Escribió en revistas literarias junto a poetas como Apollinaire, Pierre Reverdy, Tristán Tzara, André Breton y Louis Aragón; es decir, lo más granado de la poesía francesa del momento.
El Creacionismo
Al periodo parisino corresponde la fundación del Creacionismo, corriente que situaba al creador artístico a la altura de un demiurgo capaz de insuflar a su creación un aliento vital tan poderoso que se podría medir, incluso, con las creaciones de la propia Naturaleza. Es la famosa tesis que sintetizó en la fórmula: ¿Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas!? / Hacedla florecer en el poema.
Lógicamente, esta concepción llevaba aparejada la necesidad de crear nuevas imágenes -tan coloristas como animadas y sorprendentes- e, incluso, un novedoso lenguaje poético capaz de romper con todos los niveles de la lengua y de generar también su propia sintaxis.
- Con estos presupuestos estéticos, Vicente Huidobro se presentó en Madrid en 1918, donde fundó un destacado grupo de poetas creacionistas consagrados a la elaboración de textos que seguían fielmente los postulados del ya respetado maestro chileno que ya era un poeta fecundo, que arrastraba tras sí una interesante producción literaria:
- Seis poemarios impresos en su país natal (Ecos del alma, La gruta del silencio, Canciones en la noche, Pasando y pasando, Las pagodas ocultas y Adán),
- Uno aparecido en Buenos Aires (El espejo de agua) y
- Otro publicado en París (Horizon Carré). A ellos se añadirían pronto cuatro nuevos poemarios (Poemas árticos, Ecuatorial, Tour Eiffel y Hallali).
Entre el 16 de mayo y el 2 de junio de 1922, Vicente Huidobro presentó una exposición de trece poemas en forma de caligramas en el Teatro Eduardo VII de París. En el catálogo de la exposición estaba su retrato dibujado por Pablo Picasso y una crítica elogiosa de sus poemas escrita por el español Gerardo Diego. Su aceptación en París fue un éxito personal y de Chile, favorecido por el hecho de que el poeta escribiera indistintamente en francés y en español.
Regresó por un largo período a Chile en 1925. En el terreno político fundó un diario, Acción, desde el que defendía sus ideas contrarias al militarismo. Candidato a presidente, fracasó estrepitosamente en los comicios de 1925, lo que le causó no poca amargura.
Alrededor de 1930 fue cuando dio los toques finales a sus dos obras cumbres, dos poemarios que desde el momento mismo de su aparición estaban llamados a situarse en los puestos cimeros de la literatura universal.
El gran poeta había conocido a Ximena, una joven estudiante de quince años de edad, por la que abandonó a su mujer (con la que llevaba casado más de quince años) y a sus hijos. Ximena no sólo era menor de edad, sino hija de un poderoso prócer chileno, quien se opuso tajantemente a su unión con el poeta. Pero en 1928, cuando Ximena Amunátegui acababa de alcanzar la mayoría de edad, el poeta viajó a Chile, la raptó a la salida del Liceo y se marchó de nuevo a París, en donde la feliz pareja se instaló en el barrio de Montparnasse.
"Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar". Su epitafio.
Entre 1935 y 1938 polemizó con Pablo Neruda y estuvo en España durante la Guerra Civil. Regresó a Chile en 1938, donde continuó su incansable labor creadora publicando ese mismo año la novela Sátiro o El poder de las palabras. Se trata de una novela de gran penetración psicológica. Junto con otros autores como Braulio Arenas y Fernando Alegría colaboró en la revista Multitud; recopiló antiguos poemas dispersos de 1923 en Ver y palpar y El ciudadano del olvido, ambos libros dados a conocer en 1941 y considerados como obras fundamentales en su creación poética
A finales de la Segunda Guerra Mundial, regresó a Europa para alistarse con el ejército francés, con el que participó en las últimas batallas y obtuvo el grado de capitán. Entonces su figura comenzaba a ser una leyenda en Chile, donde en 1945 se publicó una Antología. Su experiencia bélica le dejó una herida que no llegó nunca a curar y que lo condujo a la muerte cuando estaba de vuelta en su país natal, falleciendo a orillas del mar en Cartagena, el 02 de enero de 1948.
Su hija Manuela se preocupó de sacar a la luz las últimas creaciones de su padre en el mismo año de su muerte publicando Últimos poemas. Siguieron diversas ediciones y re-ediciones de sus obras; todavía en 1993 José A. de la Fuente editaba Vicente Huidobro: Textos inéditos y dispersos. www.wikipedia.org
!HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!
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