ALICIA DE BATTENBERG *
ALICIA DE BATTENBERG
Alicia de Battenberg, después por matrimonio princesa Alicia de Grecia y Dinamarca .Victoria Alice Elizabeth Julia Marie von Battenberg, nació el 25 de febrero de 1885 - y murió el 05 de diciembre de 1969, fue la madre del príncipe Felipe, duque de Edimburgo y suegra de la reina Isabel II del Reino Unido.
Después de casarse con el príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca en 1903, vivió en Grecia hasta 1917, cuando fue exiliada la mayor parte de la familia real griega. Al retornar pocos años después, su marido fue culpado -en parte- por la derrota de Grecia en la Guerra Greco-Turca (1919-1922) y la familia se vio forzada de nuevo al exilio hasta la restauración de la monarquía griega en 1935.
Se le diagnosticó esquizofrenia en 1930, por lo que fue internada en un sanatorio y a su regreso vivió separada de su marido. Después de su recuperación, dedicó con devoción la mayor parte del resto de su vida al trabajo de caridad en Grecia. Permaneció en Atenas durante la Segunda Guerra Mundial, auxiliando a los refugiados judíos, por lo cual fue reconocida como «Justo entre las Naciones» en Yad Vashem. Tras la guerra, continuó viviendo en Grecia y fundó una orden de enfermeras religiosas ortodoxas, conocida como Christian Sisterhood of Martha and Mary. Después de la caída del rey Constantino II de Grecia y la imposición del régimen militar en 1967, fue invitada por su hijo y su nuera a vivir en el Palacio de Buckingham, en Londres, donde murió dos años después.
Alicia pasó su niñez entre Darmstadt, Londres, Jugenheim y Malta, donde ocasionalmente fue enviado su padre como oficial de la Marina Real. Su madre notó su lentitud para aprender a hablar y se preocupaba porque su pronunciación no era muy clara. Finalmente le fue diagnosticada sordera congénita, cuando su abuela identificó el problema y la llevó a ver a un especialista en oídos. Con el estímulo de su madre, Alicia aprendió a leer los labios y a hablar en inglés y alemán. Recibió educación privada y como parte de sus estudios le enseñaron francés. Posteriormente, previo a su compromiso, aprendió griego.
Alicia conoció al príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca durante la coronación del rey Eduardo VII en 1902 y se enamoró de él. Andrés —llamado Andrea en el ámbito familiar— era el cuarto hijo del rey Jorge I de Grecia y su esposa Olga. Se casaron en una ceremonia civil el 06 de octubre de 1903, en Darmstadt. La pareja tuvo cinco hijos. Todos los hijos de Alicia y Andrés tuvieron descendencia. Después de su matrimonio, Andrés continuó con su carrera militar y Alicia se involucró en labores de caridad.
En 1930, tras sufrir una severa depresión, le fue diagnosticada esquizofrenia paranoide en el sanatorio del doctor Ernst Simmel en Tegel, Berlín. Fue forzada a separarse de su familia e internada en el sanatorio del doctor Ludwig Binswanger en Kreuzlingen, Suiza. Esta era una institución famosa y respetada, que contaba con algunos pacientes célebres, que incluían a Vaslav Nijinsky, el bailarín de ballet clásico y coreógrafo, que estuvo internado allí al mismo tiempo que Alicia.
Segunda guerra mundial
Después de la caída del dictador italiano Benito Mussolini en septiembre de 1943, el ejército alemán ocupó Atenas, donde una minoría de judíos griegos había buscado refugio. La mayoría —aproximadamente 60 000 de una población total de 75 000— fue deportada a campos de concentración nazis, donde todos, excepto 2000, murieron. Durante este período, Alicia ocultó a la viuda judía Rachel Cohen y a dos de sus cinco hijos que buscaban evadir a la Gestapo y la deportación a los campos de exterminio. El marido de Rachel, Haimaki Cohen, había prestado ayuda al rey Jorge I de Grecia en 1913. A cambio, el rey le había ofrecido cualquier servicio que le pudiera prestar en caso de necesitarlo Cohen alguna vez. El hijo de Cohen recordó esto durante la amenaza nazi y apeló a la princesa Alicia, que junto con su cuñada Elena, era uno de los dos miembros de la familia real griega que quedaban en Grecia. Ella honró la promesa y salvó a la familia Cohen.
Viudez
Alicia volvió a Inglaterra en abril de 1947, para asistir en noviembre a la boda de su único hijo varón, el ahora teniente Felipe Mountbatten, con la princesa Isabel, hija mayor y presunta heredera del rey Jorge VI. Todavía conservaba algunas de sus joyas, que fueron utilizadas para fabricar el anillo de compromiso de la princesa.
En enero de 1949, fundó una orden de enfermería de religiosas ortodoxas griegas, la Christian Sisterhood of Martha and Mary, que seguía el modelo del convento que su tía, la mártir Isabel Fiódorovna, había fundado en Rusia en 1909. Sin embargo, la orden finalmente fracasó al carecer de aspirantes adecuadas.
Cada vez más sorda y con la salud quebrantada por fumar incesantemente, dejó Grecia por última vez después del Golpe de estado de los Coroneles, el 21 de abril de 1967. La reina Isabel II y el duque de Edimburgo la invitaron a residir permanentemente en Gran Bretaña, en el Palacio de Buckingham. El rey Constantino II de Grecia y la reina Ana María se fueron al exilio ese diciembre, después de un fracasado contragolpe monarquista.
Fallecimiento y entierro
A pesar de las insinuaciones de senilidad al final de su vida, Alicia permaneció lúcida, pero físicamente frágil. Murió en el Palacio de Buckingham el 05 de diciembre de 1969, sin dejar ningún bien, y antes de morir había expresado su deseo de ser enterrada en el Convento de Santa María Magdalena en Getsemaní, en el Monte de los Olivos de Jerusalén —cerca de su tía Isabel Fiódorovna, una santa de la iglesia ortodoxa rusa—.
El 31 de octubre de 1994, los dos hijos sobrevivientes de la princesa Alicia, el duque de Edimburgo y la princesa Sofía de Hannover, fueron a Yad Vashem —Memorial del Holocausto— en Jerusalén, para ser testigos de una ceremonia donde se la honró como «Justo entre las Naciones» —máxima distinción del estado de Israel para personas no judías—, por haber ocultado a los Cohen en su casa de Atenas durante la Segunda Guerra Mundial.
El príncipe Felipe afirmó acerca de la protección de su madre a judíos perseguidos: «Sospecho que nunca se le ocurrió que su acción fuera de algún modo especial. Era una persona con una profunda fe religiosa y lo habría considerado una reacción natural humana hacia el prójimo en un momento de aflicción». www.wikipedia.org
!HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!
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