EL INDIO ARAUCANO
EL INDIO ARAUCANO
POR: José Emilio Castellanos / Nueva York
Oswaldo Gómez, El Indio Araucano, quien fuera conocido en su infancia como “Cayupi” un nombre afectivo entre los legendarios indios mapuche, arribó a sus 94 años manteniendo su potente y melodiosa voz, cargado de historias y leyendas, con una memoria prodigiosa.
El Indio quiso precisar en nuestra conversación, que su nacimiento se registró el 13 de Marzo de 1921, en Quintra Malal, poblado de los indios maapuche en La araucanía, a pocos kilómetros de Angol, población ubicada a unos 570 kilómetros al Sur de Santiago.
Fue el penúltimo de 21 hermanos. Quedó ciego a los 8 años y luego perdería dos veces la voz, en sus inicio como cantante profesional. Una voluntad de hierro lo caracterizaría desde la infancia, lo que queda evidenciado en repetidos pasajes de su vida.
En nuestra conversación de varias horas ha venido detallando cada una de las incidencias donde se mezclan pasajes duros y dramáticos junto a otros de bondades que le abrirían el camino a la fama.
Tras perder la vista es enviado a la capital a un Colegio para sordomudos e invidentes, en Santiago de Chile, “Santa Lucia”, donde es internado ante lo cual se revela y se escapa con la complicidad del proveedor de alimentos. Llevaba consigo una carta que su maestra (Elena Figueroa) desde su poblado natal en La Araucanía, le enviaba a un compañero de estudios, el general Daniel Arriagada quien, para el momento de su fuga, ocupaba la posición de jefe de los carabineros.
– ” Al salir a la calle se lo dije a un policía, el policía me llevó donde el general, el general me atendió muy bien y me llevó al colegio de carabineros. El mismo, personalmente, me hizo recorrer los mejores oculistas de Chile, entre ellos estaba Luque, Santiago Barranechea, pero todos vieron que no había nada que hacer. Pasé las de Caín en Santiago. Mi vida fue terrible. Me fui para Angol, mi pueblo. Mi madre había muerto. Yo ya tenía diez, doce años”.
Me narra que veía solo siluetas, y asi se guiaba al ayudar a su padre conduciendo los bueyes en las tareas del campo. Sus amigos eran niños mapuches, y él era conocido como “Cayupi”.
– “Allí fue cuando un dia, cantando en un rio, unos turistas me vieron y oyeron cantando y me tiraron unas monedas, y me tiraban monedas cuando yo andaba nadando en el rio y me oían cantar, y me dijeron que me fuera a Temuco”.
Vendrían luego una serie de hechos fortuitos, tiempos de triunfos, tiempos duros, su actuaciones tocando la armónica en Temuco, hasta su entrada en los escenarios, cuando resulta ganador en el concurso La Voz de Oro de Chile con el tema “El pregón de las flores”, evento que se llevó a cabo en el Teatro Caupolicán, de Santiago.
Vino luego su decisión de dejarse crecer la cabellera para usar el cintillo mapuche (trarilonko o wincha), su tambor y vestimenta. Su voz, potente y brillante, con timbre de tenor spinto, carecía de escuela, pero eso era superado por su carisma, hasta que decide estudiar vocalización, logrando una voz de tenor abaritonado.
Así hasta que es contratado por un empresario que iba a inaugurar un Palacio de los deportes y andaba buscando figuras de lucha libre. Al verlo, decidió incluirlo en su espectáculo, comenzando una temporada de giras en territorio chileno.
En 1944 El Indio llega a Buenos Aires dando inicio a su carrera internacional que lo llevará a escenarios de todo el continente americano y Europa, hasta su etapa final, cuando fija residencia en Estados Unidos. Una carrera de triunfos, descalabros financieros ( pocas veces recibió el pago que le correspondía por parte de las disqueras), unas cuantas composiciones de su autoría, sus cantos en lenguas indígenas, de las que sobresalen sus versiones en lenguas mapuche y guaraní.
Con El indio Araucano he tratado precisar hechos enmarcados en más de medio siglo de historias en la América Latina, ciertas incoherencias publicadas en algunas páginas cibernéticas en relación a fechas de acontecimientos, pasajes de su sus años en Venezuela, donde tuvo un centro nocturno (El refugio del Indio), en La Habana, donde perdió sus bienes y capital al ser incautados por la Revolución, Puerto Rico y República Dominicana, sus tres matrimonios y su vida actual, en New Jersey, donde se le cantando en el coro de una Iglesia, manteniendo el timbre y la fuerza de su voz , la que educara en sus inicios como profesional para acabar con el engolamiento de la época.
En aquellos días cuando concluía la Segunda Guerra Mundial y Argentina era conducida por Juan Domingo Perón en su primer gobierno, grabó un disco para la RCA Víctor que nunca llegó al público. Incluía la Mattinata de Leoncavallo. Al parecer la matriz fue destruída cuando El Indio grabó otra selección de música con otro sello disquero en su primera gira por otros países más al Norte.www.wikipwdia.org
!HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!
Interesante y vivificante esta historia de un cantante favorito en mi epoca juvenil.
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