RENÉ DE CHATEAUBRIAND



             RENÉ DE                             CHATEAUBRIAND

François-René, vizconde de Chateaubriand nace el 04 de septiembre de 1768 en Saint-Malo, Bretaña, comuna de Francia metropolitana, situada en la región de Bretaña en el departamento de Ille y Vilaine, de donde es una subprefectura.


Balneario conocido por su ciudad cercada y su relación con el mar, siendo una de las más visitadas de Bretaña y su población alcanza los 200 000 habitantes en verano. 

Fruto de una rica historia marítima, es un puerto importante (de recreo, de pesca, de comercio y de viajeros) y un centro económico. Su centro histórico tiene la particularidad de estar amurallado completamente, con una construcción que remonta al siglo XII. 

Diplomático, político y escritor francés considerado el fundador del romanticismo en la literatura francesa, creció en el castillo que su familia poseía en Combourg, Bretaña. 

En 1786 se alistó en el ejército y conoció a Luis XVI y la Pompa de Versalles. Para 1789, año del estallido de la Revolución, Chateaubriand había empezado a escribir y era conocido  en los círculos literarios parisinos.

La conflictiva situación le llevó a observar con atención los acontecimientos que se sucedían y a ir anotando los debates que se producían en la Asamblea Nacional, mostrábase  partidario de la monarquía constitucional y absolutamente contrario al proceso revolucionario, aun antes de que miembros de su propia familia —de la vieja aristocracia bretona— fueran ejecutados y él, perseguido.

En 1791, huyendo de la Revolución, estuvo de visita unos meses en EE. UU., donde tuvo oportunidad de conocer a George Washington  pero ello, le inspiró sus novelas exóticas Les Natchez (escrita en 1800 pero publicada en 1826), Atala (1801), René (1802) y Yemo de 1805, una pequeña apología al antiguo dios semita Yemo. Regresó a Francia, cuando supo de la decapitación de Luis XVI, para enrolarse en el ejército realista, L'Armée des Émigrés, siendo herido en Thionville.
Restablecido, Chateaubriand se vio forzado a exiliarse en Londres, por la derrota en 1792 de su ejército. Allí permanecería siete años, durante el Reinado del Terror, lo que inspiró su primer trabajo, Essai historique sur les Révolutions (1797). Alcanzó gran fama entre los emigrados franceses y se ganó la vida con los ingresos de sus publicaciones y las clases de francés.
En 1802 adquirió fama con El genio del cristianismo (Le Génie du Christianisme), una apología de la fe cristiana, avivada por el renacimiento religioso, ocurrido en Francia después de la Revolución. Se convirtió en un admirador de Napoleón, con quien tuvo ocasión de hablar de política exterior y de las campañas militares, sobre todo de la llevada a cabo en Egipto. En este tiempo, la restauración del estado confesional con la firma del Concordato con la Santa Sede, en 1801 le dio pie a creer que, de alguna forma, se restauraba el orden anterior a la Revolución.
Fue designado secretario de la delegación en Roma por Napoléon y después ministro de Francia en Le Valais, aunque no aceptó finalmente el cargo después de la ejecución del duque de Enghien en 1804. Separado del poder, se dedicó a viajar, por Francia primero y, después, en un largo periplo que lo llevó a conocer Grecia, Jerusalén, el norte de África y España. 

Volvió a su tierra más convencido que nunca de su condena a la tiranía del emperador, en un giro que lo había llevado desde el realismo más trasnochado hacia posiciones cercanas al liberalismo.[cita requerida] .

Un artículo suyo en Le Mercure de France contra Napoleón provocó las iras de éste. Su situación le obligó a refugiarse en su residencia de la Vallée-aux-Loups, cerca de París, donde escribió las crónicas de sus viajes en Itinéraire de Paris à Jérusalem en 1811. Ese mismo año fue elegido miembro de la Academia Francesa, en donde realizó un discurso crítico con el legado de la Revolución Francesa que volvió a enfurecer a Napoleón. Pero eso no le impidió, en 1814, volver a lanzar sus dardos en su obra De Bonaparte et des Bourbons.
                                                      La caída del Imperio:

Chateaubriand volvió a la actividad política y sus opiniones ultramonárquicas le proporcionaron múltiples enemigos. En el gobierno de los Cien Días fue Ministro de Estado y se convirtió en par de Francia. En esta cámara, votó la pena de muerte para el mariscal Ney en diciembre de 1815. Al regreso de Napoleón desde la isla de Elba, Chateaubriand pidió a Luis XVIII que permaneciese en el trono enfrentándose a Napoleón, pero aquel huyó a Gante y, con él, Chateaubriand.
Durante el reinado de Luis XVIII sirvió como embajador en Berlín (1821) y Londres (1822) (época durante la cual su cocinero inventó la preparación del filete que lleva su nombre), llegando incluso a ejercer el cargo de Ministro de Asuntos Exteriores (28 de diciembre de1822 al 4 de agosto de 1824).

Del realismo moderado había pasado a formar parte del partido de los ultramonárquicos de cuyo periódico, Le Conservateur, fue director. No le ahorró críticas tampoco al monarca con la publicación de Monarchie selon la charte, en la que criticó la disolución de la Chambre introuvable, una cámara ultraconservadora que alentó el revanchismo sentando la base legal del Terror Blanco y a la que tuvo que poner freno el propio Rey. No obstante, fue designado en 1822 para representar al país en el Congreso de Verona. 

Influyó decisivamente para que la Santa Alianza jugase el restablecimiento del absolutismo en España tras el Trienio Liberal, forzando al Primer Ministro, Joseph de Villèle, a enviar a Luis Antonio de Borbón, duque de Angulema, a España en la denominada expedición de los Cien Mil Hijos de San Luis, aun en contra de las posiciones de Inglaterra..
Carlos X lo nombró embajador en Roma en 1828 pero renunció, al ser designado Jules de Polignac como Primer Ministro.
En 1830 se negó a jurar lealtad a Luis Felipe, lo que significó el fin de su vida política. Se retiró para escribir sus Memorias de ultratumba (Mémoires d'outre-tombe, publicadas a título póstumo entre 1848 y 1850), obra que se considera su trabajo más elaborado y que redactó durante cuarenta años. Murió en París en 1848, fue enterrado en la isla de Grand-Bé, un lugar al que sólo puede accederse a pie desde Saint-Malo cuando baja la marea.

Obra

  • 1797: Essai sur les révolutions (Ensayo sobre las revoluciones);
  • 1801: Atala;
  • 1802: René;
  • 1802: Génie du christianisme (El genio del cristianismo);
  • 1804: Les martyrs (Los mártires);
  • 1811: Itinéraire de Paris à Jérusalem (Itinerario de París a Jerusalén);
  • 1814: De Buonaparte et des Bourbons (De Bonaparte y de los Borbones);
  • 1826: Aventures du dernier Abencerage (El último abencerraje);
  • 1826: Les Natchez (Los Natchez);
  • 1844: Vie de Rancé (Vida de Rancé);
  • 1848: Mémoires d'outre-tombe (Memorias de ultratumba), póstuma.
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