MIGUEL PEÑA PÀEZ****
Miguel Peña Páez
- Hijo mayor del primer matrimonio del comerciante canario don Ramón Peña y Garmendia, con María Antonia Páez de igual origen.
- Estudió en la Universidad Real y Pontificia de Caracas, donde recibió el título de abogado o Doctor en Leyes,
- Fue asesor jurídico de la comisión de España para discutir con Inglaterra el destino definitivo de la isla de Trinidad (1808), en la transición de ésta de manos españolas a inglesas, cuando comenzaban a surgir las ideas de independentistas,
- Peña se sumó a la Sociedad Patriótica, y el 4 de abril de 1811 pronunció un discurso contundente que definió la historia de Venezuela, pues pedía la inmediata independencia del país.
- Participó en la lucha por la independencia al lado de Simón Bolívar y Francisco de Miranda.
- Elegido secretario del Interior y presidente del Consejo de Valencia, su ciudad natal. Siendo presidente del congreso de Cúcuta, como participante firmó la primera constitución de Colombia.
La Constitución de 1830 aprobada por el Congreso Constituyente de Valencia, el 22 de septiembre de 1830, hay invocar la presencia señera del combativo patriota, considerando que fue el Presidente del Congreso en esos momentos siendo diputado por la Provincia de Carabobo.
En la etapa genitiva de la República de Venezuela independiente y soberana de 1830, cuando todo parecía presagiar calamidades y problemas y era tiempo de prueba para los mejores, la actitud y el comportamiento del Dr. Miguel Peña, fue la de un político de elevadas miras, la de un hombre de Estado en la acepción más pura del término y la de un legislador constituyente que sabía a ciencia cierta que era necesario trabajar con los materiales aportados por la realidad circundante para llevar a feliz término la exigente tarea de echar las bases constitucionales y políticas sólidas e inconmovibles de la naciente República.
Para esta delicada encomienda estaba especialmente preparado el valenciano, versado y diestro conocedor del Derecho Constitucional y las Ciencias Políticas de su tiempo. Hábil y elocuente en el manejo parlamentario supo batirse con adversarios y enemigos muy inteligentes y capaces, pendientes siempre de hacerle morder el polvo de la derrota.
Tanto desde el punto de vista técnico, en las sutilezas y en el fondo, la Constitución de 1830 lleva la huella profunda de su genio y de su pasión venezolana. En aquella gloriosa y también dolorosa contienda genésica, su verbo elocuentísimo iluminó los augustos salones de la hoy "Casa de la Estrella", emocionando siempre a la concurrencia con el encendido brillo de su preclaro talento.
Separación de Valencia y Caracas
Valencia sufría la opresión –de 300 años- que mantenía Caracas, al punto que los caraqueños clausuraron el puerto de Borburata para así construir el puerto de La Guaira e impedir que los valencianos tuvieran acceso al mar, como reseña Cubillán Fonseca.
Por ello, Miguel Peña y Fernando Peñalver consideran la separación de ambas ciudades, pues de ahí "venía la miseria de la provincia". Y comienza una lucha por traerse la capital a la provincia, trabajo que logran al declararse la Ciudad Federal en Valencia, proceso que ocurrió entre 1811 y 1812. En 1824, Bolívar aboga ante el Congreso de Nueva Granada para que creara la Provincia de Carabobo, cuyo primer Gobernador fue Fernando Peñalver.
Fin de la Gran Colombia
Miguel Peña fue nombrado consejero del general José Antonio Páez y en esa calidad tuvo un papel clave en la separación de Venezuela de la Gran Colombia y en el proyecto de monarquía e imperio napoleónico que Antonio Leocadio Guzmán le propuso a Bolívar en Lima en 1826.
Bolívar le escribió a Páez: “Usted sabe muy bien que Guzmán no ha ido a Lima sino a proponerme de parte de usted la destrucción de la República a imitación de Napoleón, como usted mismo lo dice en su carta, que tengo en mi poder, original. Con el coronel Ibarra y Urbaneja me ha mandado usted proponer una corona que yo he despreciado como merecía".
Con La Cosiata, el aborto del proyecto original, comienza una gran conspiración en contra de Bolívar para separar a Venezuela de la Gran Colombia, Peña conspira activamente con el general Páez para alcanzar la secesión de Venezuela, y "sin ningún pleito, ni guerra, sino con diplomacia, movió todos los arbitrios para destruir sueño de Bolívar", explica Cubillán Fonseca.
Sin embargo, para el 19 de enero de 1827 Bolívar había decretado un manto de olvido sobre las actuaciones de todos los participantes en La Cosiata, este indulto permitió que Miguel Peña pudiera participar en la Convención de Ocaña para 1828, aunque las intenciones de Peña ya no eran tan cercanas a Bolívar, se le había nombrado como participante para oponerse a líderes que apoyaban ideas federalistas, entre ellos Santander, pero Peña se había acercado a líderes con ideas separatistas entre ellos el general Paéz.
Así, se conforma el Congreso Constituyente en la "Casa de la Estrella", cuando Venezuela se separó de la Gran Colombia. En ese momento Valencia vuelve a ser capital de la República, pero ese mismo año Páez es convencido para que regresara a Caracas "con la Capital detrás" , y Valencia pierde definitivamente este título, el 30 de mayo de 1831.
Y de la obra de Ecarri Bolívar se extrae: "cuando al presidente Páez le preguntan, saliendo de Valencia, si Peña lo acompañaría, dijo en forma de chanza, aunque de mal gusto: El Dr. Peña es como el gato, que acompaña al amo hasta la puerta".
El amigo de Bolívar
Peña acompañó a Bolívar en la creación de la Gran Colombia (1821), participó en la Convención de Ocaña (1828), de la que se desprenden señalamientos en su contra por haber "conspirado" en contra del Libertador a su regreso de la Convención de Ocaña, pero como acota Ecarri: "ahí está la carta que dejó Bolívar meses antes de su muerte, pidiéndole encarecidamente a Peña que regrese a la Corte Suprema de Justicia, acepte la embajada colombiana en EE.UU. o que lo acompañe al Consejo de Estado para cogobernar con él".
También fue víctima de quizá el precedente más antiguo de inhabilitación con excusas administrativas, que se desprendió de una acusación por usufructuar un cambio de divisas por un empréstito agrícola.
El Monseñor Gregorio Adam dijo en una ocasión: "Si la Independencia se la debemos a Caracas, la República de Venezuela se la debemos a Peña y a Valencia". www.wikipedia.org
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