GREGORIO DE LA RIVERA
Gregorio Rivera, es el ánima que ayuda todo lo que se ha perdido. ¿Por qué? Porque él mismo recuperó con el arrepentimiento su alma "que ya estaba perdida".
Gregorio espiaba a su mujer durante las 24 horas del día. Algunas veces decía, que se iba para Mucuchies o Tovar y se presentaba en la casa media hora después de abandonar el hogar. Un día encontró a la esposa, que había salido del baño y estaba arreglándose y montó en cólera.-
¿Para dónde vas? ¿Con quién estás saliendo? ¿Cuénteme lo que haces cuando yo estoy afuera? La mujer cansada y furiosa, le gritó: -¡Basta, Gregorio, basta! ¡ya me tienes cansada con esos malditos celos...!- Fue entonces cuando Gregorio Rivera sacó un puñal y trató de matarla. Ella escapó hacia la puerta de la calle y logró salir gritando:
-¡Auxilio! Auxilio! Me quieren matar-. Corrió entonces hacia el convento de las Clarisas y pidió a las monjas que le abrieran, "porque mi marido me quiere asesinar... "
Estaba prohibido entonces darle asilo en los conventos a mujeres casadas, salvo cuando se encontraran en peligro de muerte.
El capellán autorizó protección para la señora de Gregorio Rivera, pero pasaron unos diez minutos y se presentó el hombre gritando desde la calle que "le devolvieran a su mujer". La Madre Superiora, fue a abrir la puerta, pero después del suceso contó, que se detuvo, pues tuvo un horrible presentimiento y pensó que "al abrir el portón me asesinarán".
Gregorio Rivera, siguió desde la calle insultando a las monjas y pidiendo que "me devuelvan a mi mujer". A los cinco minutos se cansó de tocar y gritar y se fue para la capilla que estaba cerca, pero al entrar vio al capellán que arrodillado estaba rezando, y sin pensarlo dos veces le disparó por la espalda y lo mató.
Gregorio dejó el templo, tomó el caballo y huyó. Salió de la ciudad de Mérida y toda la noche galopó hacia la Sierra pero se dio cuenta que lo perseguía una bestia horrible, que según sus propias palabras, "lanzaba fuego por la boca".
Corrió toda la noche y de pronto perdió el sentido; cuando despertó se encontró en la puerta de la iglesia, a pocos metros de donde había asesinado al sacerdote. Lo apresaron y lo condenaron a muerte. Nunca supo como regresó, pero dijo a los jueces: "mi alma se perdió, pero quiero recuperar lo perdido".
-¡Auxilio! Auxilio! Me quieren matar-. Corrió entonces hacia el convento de las Clarisas y pidió a las monjas que le abrieran, "porque mi marido me quiere asesinar... "
Estaba prohibido entonces darle asilo en los conventos a mujeres casadas, salvo cuando se encontraran en peligro de muerte.
El capellán autorizó protección para la señora de Gregorio Rivera, pero pasaron unos diez minutos y se presentó el hombre gritando desde la calle que "le devolvieran a su mujer". La Madre Superiora, fue a abrir la puerta, pero después del suceso contó, que se detuvo, pues tuvo un horrible presentimiento y pensó que "al abrir el portón me asesinarán".
Gregorio Rivera, siguió desde la calle insultando a las monjas y pidiendo que "me devuelvan a mi mujer". A los cinco minutos se cansó de tocar y gritar y se fue para la capilla que estaba cerca, pero al entrar vio al capellán que arrodillado estaba rezando, y sin pensarlo dos veces le disparó por la espalda y lo mató.
Gregorio dejó el templo, tomó el caballo y huyó. Salió de la ciudad de Mérida y toda la noche galopó hacia la Sierra pero se dio cuenta que lo perseguía una bestia horrible, que según sus propias palabras, "lanzaba fuego por la boca".
Corrió toda la noche y de pronto perdió el sentido; cuando despertó se encontró en la puerta de la iglesia, a pocos metros de donde había asesinado al sacerdote. Lo apresaron y lo condenaron a muerte. Nunca supo como regresó, pero dijo a los jueces: "mi alma se perdió, pero quiero recuperar lo perdido".
Gregorio Rivera fue ajusticiado y a los pocos días apareció una perla que se había desaparecido en un río. El propietario contó que invocó su ánima. Después se siguieron acumulando historias de cosas perdidas que aparecían cuando se rezaba por el ánima de Gregorio. En Mérida hay una capilla con un vitral en donde aparece Rivera y si se te perdió algo, recuerda esta historia. fuente: así son las cosas por: Oscar Yánez
Muere en Mérida (Edo. Mérida) en 1740.q.p.d.
AGREGORIO DE LA RIVERA ES LA PERSONA PARA INVOCAR POR LAS COSAS PERDIDAS. MI MADRE LE TENIA MUCHA FE Y LA TRANSMITIO A NOSOTROS SUS HIJOS.
ResponderEliminarPUEDO DAR FE DE SU PODER Y LO MILAGROSO DE INVOCARLO.
a USTED SE LE PIERDE ALGO. PUES BIEN NO SE PREOCUPE. EN ESOS MOMENTOS DE ANGUSTIA DISIPE TENSIONES Y DESPREOCUPESE DEL ASUSNTO POR UNOS MINUTOS. ES ENTONCES CUANDO USTED VERA Y CONSTATARA LO QUE LE DIJO. DE PRONTO SE LE OCURRIRA BUSCAR EN EL LUGAR MENOS PENSADO, PERO LO EXTRAORDINARIO ES QUE GREGORITO PARECE QUE GUIA SUS MANOS AL LUGAR INCICADO. Y AHI ESTA EL OBJETO PERDIDO.
eso es 100% cierto
EliminarYo que tengo mucha fe a Gregorio Rivera siempre que lo invoco para pedirle un favor siempre me lo concede podían comvertirlo en santo ya que es tan milagroso....🙏🏿🕊
ResponderEliminarJose Gregorio de la rivera nos devolvió un dinero perdido no fue más que su alma que hizo que nos pagaran era algo perdido Gracias muchas gracias por el favor
ResponderEliminarJose Gregorio de la rivera nos devolvió un dinero perdido no fue más que su alma que hizo que nos pagaran era algo perdido Gracias muchas gracias por el favor
ResponderEliminarEs verdad. Doy fe. A nosotros también . Apareció hasta un autobús q habían robado, y apareció en otro estado y de otro color. Pero apareció. Y muchas cosas
ResponderEliminarGragorio de la Rivera es lo maaaaaaaaximo chapulin !!! De veras que nunca falla... es super preciso y si tienes fe, te aparece lo perdido. Eso si... debes pagarle lo prometido, sino...mas nunca te consigue nada... "Gracias Gregorio de la Rive, y que Dios te lo pague " x tantas veces... yo casi siempre le ofrezco 100... o si es super importante 200....
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