BUDA GAUTAMA

                                                                   Buda Gautama
Sidarta, que significa «el que logra su propósito».

Sidarta Gautama, más conocido como Buda Gautama, Sakyamuni, o simplemente el Buda, fue un sabio en cuyas enseñanzas se fundó el budismo. 

Nació en la ya desaparecida república Sakia en las estribaciones del Himalaya. Enseñó principalmente en el noroeste de la India.

Debido a ciertas interpretaciones erróneas muy comunes, debe enfatizarse que Buda Gautama no es un dios ni el único ni primer buda (ver Buda (concepto)). Esto no solo fue asegurado por el mismo Sidarta Gautama, sino que también la cosmología budista hace esta distinción al afirmar que únicamente los humanos —pero no se limita a esta humanidad en particular— pueden lograr el estado de buda, pues en estos reside el mayor potencial para la iluminación.

Buda enseñó el camino medio entre la complacencia sensual y el ascetismo estricto —practicado en el movimiento Sramana— común a esta región de la India. Más adelante enseñaría a lo largo de las regiones del este de esta nación, tales como Magadja y Kosala.
Es la figura central del budismo y sus relatos, discursos y reglas monásticas son creencias budistas que, después de su muerte, fueron resumidas y memorizadas por sus seguidores. Existen diversas colecciones de dichas enseñanzas que le fueron atribuidas y transmitidas por tradición oral, hasta ser escritas aproximadamente cuatrocientos años después de su fallecimiento.

La palabra buda puede ser traducida como «el despierto» o «el iluminado». «Buda» también es usada como título que se le otorga al primer despertar de una Yuga (era). En la mayoría de las tradiciones budistas Sidarta Gautama es considerado como el Buda supremo —En escritura devanagari: सम्यक्सम्बोधि. Representación AFI para el Sánscrito: samyaksambodhi y en Pali: sammāsambodhi— de nuestra era.

Buda Sidarta Gautama en escritura devanagari es सिद्धार्थ गौतम बुद्ध. La transcripción fonética en los diversos sistemas es como sigue:
Pronunciación antigua en idioma sánscrito: /sidjártja gautamá búdja/
De acuerdo al sistema AITS: /siddhārtha gautama buddha/
De acuerdo al sistema AFI: [Sid̪d̪ʱārt̪ʰā Gaut̪ama Bud̪d̪ʱa]
Romanizado al castellano: Sidarta Gautama Buda
Traducido al español: Buda (inteligente, iluminado); Sidarta (la meta perfecta, el que logra su propósito); descendiente de Gotama (el mejor buey).

Las fechas de su nacimiento y muerte son inciertas; la mayoría de los historiadores de principios del siglo XX d. C. databan su existencia entre el 563 y 483 a. C., pero en opiniones más recientes se data su muerte entre el 486 y 483 a. C. y según otros entre el 411 y 400 a. C.  Sin embargo, en un simposio que sobre este tema tuvo lugar en 1988 la mayoría de los que presentaron sus opiniones definitivas dieron como fechas un periodo que puede encontrarse en el 400 a. C. restando o sumando 20 años, como la fecha aproximada de la muerte del Buda. No obstante, estas cronologías alternativas aún no han sido aceptadas por todos los historiadores. El descubrimiento en Lumbini de un posible santuario budista, el templo Maya Devi, que data aproximadamente del 550 a. C., podría hacer que la fecha del nacimiento del Buda retrocediera aún más.


Hay una variedad de diferentes fuentes biográficas tradicionales sobre la vida de Sidarta Gautama que a veces entran en conflicto.


Las biografías tradicionales sobre Sidarta Gautama generalmente incluyen numerosos milagros, profecías y eventos sobrenaturales. El carácter del Buda, en estas biografías tradicionales es, a menudo, el de un ser totalmente trascendente (lokotara en sánscrito) y perfeccionado, que lo es pese a los obstáculos de la vida mundana. En el Majavastu se dice que en el transcurso de muchas vidas, Gautama fue desarrollando habilidades suprahumanas, que incluyen: un parto sin dolor, maternidad virginal; además no precisaba: dormir, alimentarse, medicinas, bañarse; sin embargo lo anterior se comportaba «de acuerdo a esta existencia mundana» —esto es: tomaba duchas, departía en la mesa al momento de alimentarse, etc.— 

También se le atribuye la omnisciencia y el tener la capacidad de «eliminar el karma». Empero, es gracias a estas fuentes tradicionales que se conocen algunos detalles de su vida cotidiana. En los tiempos modernos ha habido intentos de crear una comprensión más seglar de la vida del Sakiamuni, al omitir los elementos sobrenaturales que se encuentran en las primeras y tradicionales biografías.

«[...] Es importante destacar que Buda Gautama nunca fue visto como un simple mortal, pese a las modernas enseñanzas de tradición ter avada, lo contrario es, con frecuencia, una concesión que se hace para los escépticos alumnos occidentales. Por ejemplo: es descrito repetidamente como poseedor de las 32 mayores y de las 80 menores marcas o signos de un "majapurusa" (súper hombre).

Los antiguos hindúes por lo general no se preocupaban mucho por las cronologías como sí por la filosofía. Los textos budistas reflejan esta tendencia, ofreciendo más claridad sobre las enseñanzas del Buda Gautama que sobre las fechas de los acontecimientos de su vida. Estos textos contienen descripciones de la cultura y la vida cotidiana en la antigua India. La mayoría de los estudiosos consideran a Kapilavastu, en el actual Nepal, como el lugar de nacimiento del Buda Gautama.

El día del nacimiento del Buda es ampliamente celebrado en los países de tradición teravada, a dicha celebración se le conoce como Vesak. El aniversario del Buda Gautama es llamado «Buda Purnima». Diversas fuentes sostienen que la madre del Buda Gautama murió al momento de su nacimiento, otras dicen que fue unos cuantos días más tarde y otras sostienen que fue luego de siete días. El niño recibió el nombre de Sidarta, que significa «el que logra su propósito».

... Durante las celebraciones del nacimiento, el ermitaño vidente Ásita descendió desde su residencia en la montaña y anunció que el niño se convertirá en un gran rey (chakravarti) ​​o en un gran monje asceta (sadu). Según los relatos tradicionales, esta profecía fue pronunciada después de que Sidarta puso sus pies en el cabello de Ásita y este último examinó sus marcas de nacimiento. Al quinto día después del nacimiento de Sidarta, Sudodana celebró una ceremonia de imposición de nombre e invitó a ocho eruditos brahmanes para que predijesen el futuro de su hijo. 

Todos dieron una doble predicción: o que el bebé se convertiría en un gran rey o bien llegaría a ser un gran hombre santo. Kaundinya, el más joven brahmín —que más tarde llegaría a ser el primer arjat, diferente a Sidarta Gautama—, logró hacerse a la fama de ser el único que predijo inequívocamente, que Sidarta se convertiría en un Buda.


Si bien la tradición y la leyenda posteriores caracterizan a Sudodana como un monarca heredero, descendiente de la dinastía solar de Iksuakú, muchos estudiosos piensan que Sudodana era el jefe electo de una confederación tribal.

Los textos tardíos indican que Gautama no estaba familiarizado con las enseñanzas religiosas dominantes de su tiempo hasta que se fue en su búsqueda religiosa, la cual, se dice, pudo haber sido motivada por la preocupación existencialista de la condición humana.
La boda real del príncipe Sidarta y la princesa Yasodara, celebrada con gran esplendor en el palacio dorado, agasajo ofrecido por su padre el rey Sudodana. La celebración duró muchos días. Pakistán, área de Gandjara, entre los siglos III y IV d. C.; pizarra; Museo Rietberg, Zúrich. 

Sidarta fue criado por su tía materna más joven Mahapajapati Gotami. La tradición dice que él estaba destinado desde su nacimiento a ser un príncipe y que había construido tres palacios —para ser ocupados por temporadas—, aunque la más reciente opinión erudita pone en duda tal hecho. El rey Sudodana, su padre, deseaba que su hijo se convirtiese en un gran rey y lo protegió de las enseñanzas religiosas, del conocimiento de la existencia del sufrimiento (Duka).

Cuando llegó a la edad de 16 años, según se narra, su padre arregló su matrimonio con una prima de su misma edad llamada Yasodharā. Según los relatos tradicionales, ella dio a luz al unigénito de llamado Rajula. Se dice que durante 29 años Sidarta vivió como príncipe en Kapilavastu hasta el incidente de los «cuatro encuentros». Aunque el padre de Sidarta se aseguró en proveerle todo lo que podía necesitar o desear, las escrituras budistas cuentan que el futuro Buda sintió que la riqueza material no era el objetivo final de la vida.

La «gran partida» de Sidarta Gautama, rodeado de un halo. Es acompañado por numerosos guardias, parejas de amantes (Maithuna), y deidades menores (Devata) que han venido a rendirle homenaje. 


Las biografías continúan narrando que pese a los esfuerzos de su padre para ocultarle a los enfermos, los ancianos y el sufrimiento; el Sakyamuni dejó el palacio para reunirse con sus súbditos y, estando en ello, durante su recorrido vio a un hombre viejo. Cuando su cochero Chana le explicó que todas las personas envejecían, el príncipe continuó los siguientes trayectos fuera del palacio. Estando en ello, encontró a un hombre enfermo, un cadáver en descomposición y un asceta. Estos «cuatro encuentros» deprimieron a Sidarta Gautama, por eso se esforzó en vencer al envejecimiento, la enfermedad y la muerte llevando la vida de un asceta.

Acompañado por Chana y montando su caballo Kantaka, Gautama renunció a su palacio y se dedicó a llevar una vida mendicante. Se dice que, «el sonido de los cascos del caballo fue apagado por los dioses» para evitar que los guardias notasen su partida.

Sidarta y cinco de sus compañeros se disponen a endurecer aún más la austeridad que practicaban. Intentaron lograr la iluminación mediante la privación del uso de todo bien material, incluidos los alimentos, y la práctica de la mortificación. Llegó a estar esquelético a causa de no ingerir prácticamente ningún alimento, con excepción de una hoja o una nuez por día. Es por esto que le faltaron las fuerzas un día en que fue a bañarse y por poco muere ahogado. Este incidente lo lleva a reconsiderar su sendero hacia la iluminación. Estando en ello, le llega un recuerdo de su infancia donde ve a su padre arando el campo y logra un estado concentrado y atento que era dichoso y refrescante: el dhyana.

Aprendió dos cosas de suma importancia: primero, que el ascetismo extremo no conducía a la liberación total, sino que era preciso algo más; y segundo, que, alcanzado cierto punto, ningún maestro era capaz de enseñar nada más. Partió decidido a no seguir buscando fuentes externas de sabiduría, sino a encontrarlas dentro de sí mismo.


Otra versión mítica de esta etapa de su vida nos dice que Sidarta, en sus extremas prácticas de ascetismo, después de algunos días sin comer ni beber agua y pocos minutos antes de su muerte, escuchó a un maestro que estaba enseñándole a una niña a tocar el sitar (instrumento musical). Dicho maestro le dijo que si la cuerda estaba muy floja no sonaría, pero si la cuerda se encontraba muy tensa se rompería: la cuerda debía estar en su justa tensión para que pudiera dar música y armonía. 

Es en ese momento que Sidarta comprendió el «camino medio»: tanto el ascetismo extremo como la vida de placeres del palacio eran dos extremos, y la verdad se hallaría en la justa medida entre el placer exacerbado y el ascetismo extremo.


De acuerdo con los primeros textos budistas, después de darse cuenta que la abstracción meditativa (dhyana) era el camino correcto hacia el despertar, y ya que el ascetismo extremo no funcionó, Gautama descubrió lo que en el budismo se conoce como camino medio: una senda de moderación, lejos de los extremos del hedonismo y la mortificación, esto lo llevó a descubrir el Noble camino óctuple, así llamado y descrito por el Buda Gautama en su primer discurso el Dhammacakkappavattana Sutra. 

Conforme al budismo, en el momento de su «despertar», Sidarta llevó a cabo una comprensión completa sobre la causa del sufrimiento y sobre cómo eliminarlo. A esta comprensión se le conoce como las Cuatro nobles verdades, que son los pilares sobre los que se apoyan las enseñanzas budistas. Comprendió que ya no pesaba sobre él, la ilusión del falso yo (Anatema): su verdadero ser estaba más allá de las dualidades del aferramiento y la repulsión; había trascendido el espacio y el tiempo; la vida y la muerte, que había detenido el eterno girar de la rueda del Samurrara. 

Es a través del dominio total de estas verdades que alcanzar el supremo estado de liberación o el nirvana es completamente posible para cualquier ser humano. El Buda describió al nirvana como la perfecta paz de una psique que está libre de todo tipo de: ignorancia, avidez, odio y otros estados dolorosos o «insalubres» para la psique (Klesa). 

El nirvana también es considerado como «el desvanecimiento del mundo» en el que todo resto de personalidad o juicio se evaporan. En tal estado se adquieren las diez características que todo buda posee.

Según un relato del Ayacana Sutra (Samyutta Nikaya VI.1) —una escritura sagrada del Pali y otros cánones— inmediatamente después de su despertar, el Buda reflexionó si debía o no enseñar el darma a los demás. Le preocupaba que los seres humanos, al estar tan dominados por la ignorancia, la avidez y el odio, nunca podrían reconocer un camino que es tan sutil y profundo como difícil de entender. Sin embargo, según el relato Brahma Sahampati, se convenció que al menos uno lo entendería. El Buda se enterneció y aceptó enseñar. www.wikipedia.org








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