LEONCIO MARTÍNEZ (LEO)
Compila: Egly Colina Marín
Nació en Caracas, Estados Unidos de Venezuela, el año 1889. Era la época inquieta y
esperanzada cuando desempeñaba la Primera Magistratura de la República el Dr. Juan Pablo
Rojas Paúl, y el pueblo de Caracas, echaba por tierra las estatuas del Ilustre
Americano, en rechazo a su autocratismo Guzmancista, las que habían sido
restauradas bajo el régimen de la aclamación.
Para el entonces, Leo
abre los ojos en una atmósfera luminosa de rechazo a los regímenes despóticos y
de adhesión fervorosa a los signos de la administración civilista.
Se deduce que en la residencia de Leo, ubicada en Maripérez, durante sus años de infante, debió haber escuchado repetidos elogios a la gestión civilizadora del eminente médico, Dr. Juan Pablo Rojas Paúl, entre
cuyas realizaciones se destacan la fundación de la Academia de la Historia y la
construcción del Hospital Vargas.
Como periodista, Leo
se inicia en 1900, al publicar en el periódico humorístico “La Linterna Mágica” sus primeras
ilustraciones. Luego, vienen las colaboraciones con caricaturas políticas y en
la famosa revista literaria, un poema titulado “No lo asaltó la muerte
pidiéndole a la vida”, dedicado a Julio Ruelas, pintor, dibujante e ilustrador
mexicano.
De 1908 datan las
ilustraciones del Cojo Ilustrado, gran revista venezolana. En 1909 circula en
el país el periódico “El Independiente”
y Leo colabora como caricaturista, donde uno de sus primeros dibujos le
ocasiona la detención, e igualmente lo publicado en el periódico “FRU-FRÜ”.
En lo sucesivo, se distinguirá como uno de los
periodistas más activos y hostilizados por la dictadura de Juan Vicente Gómez y
en los inicios liberales de del régimen del General Eleazar López Contreras. En
estos dos períodos, su obra se encuentra condensada en la Revista “Fantoches”.
Leo se distinguió no solo por su verbo periodístico, empeñado en las libertades ciudadanas, sino también por ser un excelente poeta, un cuentista de bello estilo y profundo contenido venezolano y un crítico de arte responsable y honesto.
Leo se distinguió no solo por su verbo periodístico, empeñado en las libertades ciudadanas, sino también por ser un excelente poeta, un cuentista de bello estilo y profundo contenido venezolano y un crítico de arte responsable y honesto.
Entre sus poemas encontramos como pieza inmortal de
antología su “Balada del Preso Insomne”
escrito en una de sus temporadas en La Rotunda y El Hombre de los Ojos de Gato”
De sus trabajos y de
sus luchas han escrito figuras de las letras y del arte venezolano: Arturo
Uslar Pietri, Aquiles Nazoa, Ramón J Velásquez, Pedro León Zapata, etc… Fuente:wikipedia.org
¡HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!
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