MAESTRO VICENTE EMILIO SOJO*****
VICENTE EMILIO SOJO
Juan Ramón Colina Suárez
Vicente Emilio Sojo nació en Guatire el 8 de diciembre de 1887, hijo único de Luisa Sojo y Francisco Reverón López. Compositor, interprete, recopilador, arreglista, fundador, director y maestro de música. La austeridad en la que nació y creció trajo como consecuencia solo cursar primero y segundo grado de primaria, únicamente; y el trabajo desde niño: vendedor ambulante, torcedor de tabaco y de adulto, pintor de brocha gorda. La niñez y adolescencia la vivió entre Guatire, Petare y Chacao, después de 1906 se establece en Caracas, donde su precaria economía no cambiará, sino hasta después de lograr fama como músico.
En 1926 se casa con Ifigenia Montero Puche, de cuya unión nacieron cuatro hijos, dos de ellos llegaron a la adultéz: Efrén Vicente y Pablo. Enviudó en 1932, y casó nuevamente en 1948 con Hilda Crouzet, pero no fue fructífero, se divorciaron al año. Para ese momento, estaba involucrado en la política, porque no era ajeno a los cambios que vivía el país.
Sojo formó parte en 1936 del Partido Democrático Nacional (PDN). En en 1941, miembro fundador de Acción Democrática; con este partido será electo diputado, a la Asamblea Nacional Constituyente de 1947, donde más de una vez “metió la mano” por algún perseguido político durante la dictadura militar (1948-1958), y por último, en democracia será electo Senador de la República por dos períodos entre 1959 y 1968, pero nunca se consideró político... él era músico.
Aprendizaje Musical:
Su maestro de escuela don Régulo Rico lo invitó a formar parte de su orquesta, la Unión Filarmónica, idea que no entusiasmó a la madre del muchacho, pero, apoyado por su tío Casimiro Sojo, que era guitarrista. Aprendió entonces a tocar Bombardino, Trompeta, Trombón, Clarinete, Tuba y Flauta. Por otra parte, devoraba libros, trataba de aprender de otros músicos amigos; y, se interesa en comprender los temas que causan polémica en el pueblo, por lo que se convierte en autodidacta.
En su juventud, observa a maestros como Julián Tovar y Carlos Acevedo, logrando por motu propio el aprendizaje de la guitarra clásica, instrumento básico para cualquier serenatero. Tras nueve años de aprendizaje con Régulo Rico, y establecido en Caracas, Sojo busca su integración a la élite musical de la gran ciudad, en 1910 ingresa a la Escuela de Música y Declamación, que formaba parte del Instituto de Bellas Artes de Caracas, recibe clases de Armonía con el maestro Andrés Delgado Pardo, aunque él, dirá años más tarde, que su verdadero maestro fue Hilarión Eslava y su “Tratado de Armonía”; se inicia la etapa documentada y catalogada del Compositor.
En 1914 se funda la Sociedad Amigos de la Música, donde Sojo figura acompañado de: Juan Bautista Plaza, José Antonio Escobar y María Luisa Escobar, entre otros músicos. Tuvo una duración efímera al igual que otros intentos de músicos de la época.
Maestro:
En 1921 es nombrado profesor de Teoría y Solfeo en aquella misma Escuela. Profesionalismo, responsabilidad y dedicación, serán sus características principales, y a todos enseña por el método aprendido. En 1936, la escuela se separa definitivamente de Bellas Artes y cambia su nombre a Escuela Superior de Música. Allí la iniciativa y fama adquiridas lo llevan a ocupar la dirección del Instituto. Con él vendrá la renovación de la enseñanza musical en Venezuela. Aumenta las cátedras; le da rango superior al aprendizaje de la Guitarra, con el maestro Raúl Borges a la cabeza, ésta cátedra se llenará de destacados exponentes: Antonio Lauro, Diego Riera, Alejandro de La Torre y Alirio Díaz.
Al frente de la Cátedra de Historia de la Música estaba Juan Bautista Plaza que hará un trabajo extraordinario en lo que respecta a la edición de material bibliográfico y de restauración de obras manuscritas. La Cátedra de Armonía, la trasforma en Cátedra de Composición y se pone al frente de ella hasta su retiro en 1964. Sus alumnos serán los compositores y maestros más relevantes del siglo XX, sobresalen: Antonio Estévez, Antonio Lauro, Angel Sauce, Evencio Castellanos, Clemente Laya, Gonzalo Castellanos, Luis Felipe Ramón y Rivera, Modesta Bor, Moisés Moleiro, Teo Capriles, José Antonio Abreu, Nazyl Báez Finol, Inocente Carreño, Federico Ruiz y Simón Díaz, entre otros.
Fundador:
En 1928 luego de formar un improvisado grupo de canto carnavalesco, Sojo concreta la idea de fundar el Orfeón Lamas, y para su complemento y la necesidad de llenar un vació en el genero culto, funda en 1930 la Orquesta Sinfónica Venezuela.
El ambiente musical de la capital mejoraba luego de intentos fallidos e improvisados; con la Escuela , el Orfeón y la Orquesta se consolidaría un verdadero movimiento musical en la Venezuela contemporánea; el ejemplo dará pie al surgimiento de corales, filarmónicas, estudiantinas, sinfónicas, que han logrado incluso el reconocimiento internacional. El Orfeón estuvo en acción hasta 1962, mientras que la Sinfónica sigue en pie, dando frutos.
El maestro preocupado por la perdida del sentimiento nacionalista llevará adelante una campaña recopilatoria de las obras de los siglos XVIII, XIX y principios del XX. Durante 30 años viajará junto a Teo Capriles por todos los lugares de Venezuela donde hubiese carreteras, para así sustraer lo más exquisito de la música popular y religiosa, para luego armonizarlas y darlas a conocer al mundo por cualquier medio. Al final serán más de doscientos cincuenta títulos recabados.
El ambiente musical de la capital mejoraba luego de intentos fallidos e improvisados; con la Escuela , el Orfeón y la Orquesta se consolidaría un verdadero movimiento musical en la Venezuela contemporánea; el ejemplo dará pie al surgimiento de corales, filarmónicas, estudiantinas, sinfónicas, que han logrado incluso el reconocimiento internacional. El Orfeón estuvo en acción hasta 1962, mientras que la Sinfónica sigue en pie, dando frutos.
Recopilador:
Sojo está en el esplendor de su carrera y tiene la dicha que en 1935 se descubran entre las paredes de la antigua construcción de la Escuela, una serie de partituras de la época colonial, al dirigir el recinto, Sojo delega en Juan Bautista Plaza y varios alumnos aventajados la restauración de estas joyas que se fueron publicando en cuadernos y grabaciones a lo largo de diez años de trabajo.El maestro preocupado por la perdida del sentimiento nacionalista llevará adelante una campaña recopilatoria de las obras de los siglos XVIII, XIX y principios del XX. Durante 30 años viajará junto a Teo Capriles por todos los lugares de Venezuela donde hubiese carreteras, para así sustraer lo más exquisito de la música popular y religiosa, para luego armonizarlas y darlas a conocer al mundo por cualquier medio. Al final serán más de doscientos cincuenta títulos recabados.
Entre esas melodías olvidadas, estaba lo mejor logrado en Guatire hasta la época, allí convergería la inspiración de: Elías Calixto Pompa (K-Listo), Henrique León, Régulo Rico, Gregorio Ascanio, Julián Tovar, Blas María Tovar, Carlos Acevedo y Jesús María Muñoz (chucho); además de las coplas de la Parranda de San Pedro y San Juan.
!HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!
Compositor
Su admiración por Mozart, los aires de cambio de principios del siglo XX, sus estudios autodidactas sobre nuestro pasado musical, las necesidades de la Escuela , el Orfeón y la Orquesta ; marcaran la amplitud de su extraordinario catalogo.
Entre sus composiciones destacan: Misa Coral (1918), Misa Cromática (1922), Misa Blanca a Santa Eduvigis (1925), Palabras de Cristo en el Calvario (1925), Misa Breve (1933), Misa para Santa Cecilia (1953); y “Por la cabra rubia” y “Serenata”, primeras composiciones polifónicas profanas sin acompañamiento escritas en Venezuela. Además de salves, motetes, cánticos y todo lo que inspirara un sentimiento.
Entre sus composiciones destacan: Misa Coral (1918), Misa Cromática (1922), Misa Blanca a Santa Eduvigis (1925), Palabras de Cristo en el Calvario (1925), Misa Breve (1933), Misa para Santa Cecilia (1953); y “Por la cabra rubia” y “Serenata”, primeras composiciones polifónicas profanas sin acompañamiento escritas en Venezuela. Además de salves, motetes, cánticos y todo lo que inspirara un sentimiento.
Trascendencia:
Durante toda su vida, trabajó intensamente y con fructíferos logros, los reconocimientos no se hicieron esperar desde todos los ámbitos de la sociedad, incluso la creación de un premio con su nombre, así lo sorprende la muerte el 11 de agosto de 1974 en la ciudad de Caracas.
Su legado a través de las áreas desarrolladas y sus escritos, fue el crecimiento del sentimiento nacionalista, junto al reconocimiento internacional de un movimiento musical sólido, continuado por sus discípulos, la Fundación Orquesta Sinfónica Venezuela, la Fundación Vicente Emilio Sojo, la Escuela Superior de Música, hoy llamada “José Angel Lamas” y una red de instituciones consecuencia de su ejemplo.
Fue Maestro de maestros y es él músico más representativo de la Venezuela Contemporánea.
!HONOR A QUIEN HONOR MERECE!
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