MANUEL MARÍA PONCE CUELLAR


                                                                                                  MANUEL MARÍA PONCE DE CUÉLLAR


Manuel María Ponce Cuéllar, el más universal de los compositores clásicos para guitarra de todos los tiempos, nació “por un decreto del destino”, en la ciudad minera de Fresnillo, estado de Zacatecas, al norte de México, el 8 de diciembre de 1886.

Sus padres, Felipe de Jesús Ponce, quien realizaba trabajos de modesto tenedor de libros en la estación minera de Proaño, la de mayor producción de plata en el país; y doña María de Jesús Cuéllar, originarios de Aguascalientes, retornaron a la hidrocálida ciudad con la protección del gobernador de esa entidad Francisco Rangel, cuando el infante Manuel María, el duodécimo de sus hijos, apenas contaba con algunos meses de edad.

La afición de doña María de Jesús por la música influyó decididamente en el destino de cuatro de sus hijos: María del Refugio, Josefina, José Braulio y Manuel María Ponce Cuéllar. Este último inició sus estudios de piano con su hermana Josefina, conocida como “Pepita”, recibiendo, asimismo, instrucción musical de María del Refugio, “Cuquita” reconocida docente, pianista, compositora y redactora del texto “Estudio Pianístico Beethoven”. Manuel María a los seis años de edad interpretaba enzarzadas melodías como “La zacatecana” y “Amor secreto” con la guía de solfeo del maestro Hilarión Eslava. A los diez años sus padres y hermanos mayores le situaron como pupilo con el licenciado Cipriano Ávila, abogado y maestro de piano.

Manuel María Ponce Cuéllar fue integrante del Coro Infantil del Templo “San Diego” de Aguascalientes, ayudante de Órgano y titular de este instrumento desde 1898. En 1901 viajó a Ciudad de México, iniciando estudios con los maestros Vicente Mañas, Eduardo Gabrielli y Paulo Bengardi. Seguidamente ingresó en el Conservatorio Nacional de Música donde permanece hasta finales de 1902.


En los dos años siguientes Manuel María se organiza para emprender su carrera profesional realizando conciertos en las ciudades mexicanas de San Luis Potosí, Guadalajara y en Saint Louis, en el estado de Missouri, Estados Unidos. A finales de 1904, con carta de recomendación del maestro italiano Eduardo Gabrielle, viajó a Italia donde sostuvo encuentros con el pedagogo Marco Enrico Bossi, director del Conservatorio de Música de Bologna quien le recomienda estudiar en el prestigioso centro docente musical “Liceo Rossini” de Bologna donde perfeccionó sus estudios pianísticos con el musicólogo Luigi Torchi  y con el maestro Cesare Dall´Olio

A finales de 1905 viaja a Berlín, en esta capital complementará sus estudios profesionales, su desempeño como discípulo del maestro Krauser fue provechoso para uno y otro. En 1907, retornó a México, avecindándose durante ese año en su hogar de Aguascalientes. En esta temporada ofrece con el acompañamiento de Arturo Aguirre al violín y Luis G. Zayas en el chelo, un regio concierto en la ciudad hidrocálida. En 1908, por recomendación de su amigo Luis Moctezuma ocupó la cátedra de piano que había quedado vacante por el ingreso de Alberto Villaseñor como director del Conservatorio Nacional de Ciudad de México.


Acompañado por el celebrado “Cuarteto Saloma”, en 1909, emprende una gira artística por el norte del territorio mexicano que incluyó las ciudades de Aguascalientes, Zacatecas y San Luis Potosí. En febrero de 1910, la intelectualidad mexicana al conmemorarse el centenario del nacimiento del pianista y compositor de origen polaco Frédéric Chopin, organizó con la rectoría del Conservatorio Nacional de Música, un cálido homenaje, a este insigne compositor y consagrado ejecutante del piano. Entre las figuras de relieve que participaron en el acto conmemorativo estuvieron Manuel María Ponce Cuéllar, Luis Moctezuma, Pedro Luis Ogazón, Ana María Charles, Ernesto Elorduy y Carlos del Castillo.

En 1912, durante la administración del presidente mártir Francisco I. Madero, Manuel María Ponce Cuéllar ofrece el primer recital público de sus pupilos y, el 24 de junio, celebra un concierto con música del compositor impresionista Claude Debussy. 

Durante los neurálgicos años de revueltas sociales que sumieron a la nación mexicana en el caos, Manuel María Ponce Cuéllar siguió briosamente con su incansable actividad docente. Instruyó y preparó a un selecto grupo de artistas que, con el correr de los tiempos, se transformarían en elementos de primer orden para la enseñanza musical en México. Entre éstos destacan Carlos Antonio Chávez y Ramírez, y Antonio Gomezanda.


Manuel María Ponce Cuéllar, quien razona que es tiempo para que América muestre a las naciones del viejo mundo, la frescura y originalidad de la creación de este mundo.
Su talento le lleva a realizar la colosal tarea de reivindicar temas del folclore mexicano, en conjunción con contenidos extraídos del romanticismo europeo; pero, predominando siempre, un orden nacional que caracterizará toda la obra creativa de Manuel María. En este tiempo publica su repertorio de “Canciones Mexicanas”. De esta época data su éxito universal “Estrellita”.


En 1915, voluntariamente se exilia en Cuba en compañía del violinista Pedro Valdéz Fraga (1872-1939) y del poeta y periodista Luis Gonzaga Urbina, (Ciudad de México, 8 de febrero de 1864 – 18 de noviembre de 1934). En este país concibe su obra melódica titulada “Suite Cubana” integrada por los movimientos “Plenilunio”, “Paz de Ocaso” y “Serenata Marina”. 

El 04 de diciembre de 1916 vuelve a México. A finales de enero de 1917, está de nuevo en La Habana y, el 03 de junio de ese mismo año, arriba al puerto de Veracruz para establecerse definitivamente en su país. Ocupa las funciones de profesor de Piano en el Conservatorio Nacional de Música y crea la “Academia Beethoven”. El 03 de septiembre contrae nupcias con su novia de siempre, la contralto Clementina Maurel.
El gobierno federal le designó director de la Orquesta Sinfónica Nacional. Sustituía en el cargo al compositor Manuel S. Acuña, (1907-1989). 


El trabajo pedagógico de Manuel María Ponce Cuéllar es intenso durante los neurálgicos años que presencian la trágica muerte del presidente Carranza en Tlaxcalantongo, y el advenimiento de Álvaro Obregón, a la jefatura del Estado.

Finalmente, el 11 de julio de 1932, obtiene la licenciatura en composición. De su época parisina son los Lieder con letra de Rabindranath Tagore, Mariano Brull Caballero, (Camagüey, Cuba, 24 de febrero de 1891 – La Habana, Cuba, 8 de junio de 1956) y Michail Lermontow, (1814-1841); los Preludios para violoncelo, el Cuarteto para instrumentos de Arco, La Sonata para violoncelo y la Sonata breve para piano.


Acrecentado en su fama de erudito musical, muchos críticos ensalzaron su obra. Otros, propagaron a través de sus ejecuciones artísticas su trascendencia. Dos insignes concertistas de la guitarra clásica española Andrés Segovia y Narciso Yepes, le consideraban como el compositor invariable de sus repertorios.


Manuel María Ponce Cuéllar fue un hombre de cultura ecuménica. Sus viajes, conocimiento de personalidades y estudios de especialización le otorgaron a su obra jerarquía universal, desenvolviéndose en ambientes marcados por cambios requeridos por la humanidad. Inmerso en la corriente impresionista, utilizó esa técnica para ensayar combinación de instrumentos con la finalidad de obtener una superior riqueza tímbrica. 


Impresionista por influencia directa de sus maestros Claude Debussy y Maurice Ravel, fue a su vez, un nacionalista por vocación, entregándose a la tarea de entrelazar a través de la música, una identidad de las corrientes populares con la música universal, revelando ante el mundo de su tiempo, la policromía musical de su pueblo, en una obra suya coherente.

Manuel María Ponce Cuéllar fue un catedrático a dedicación exclusiva. Enseñó en la academia, en el conservatorio y en la calle. Su presencia doctoral siempre estuvo vigente en su país y en naciones de otras latitudes. En Montevideo estrena el 16 de septiembre de 1941 el “Concierto del Sur”. En Buenos Aires, Argentina ofrece bajo los auspicios de la Asociación Wagneriana, el Concierto del Sur y ensaya nuevamente “Chapultepec”, obra suya que data de 1921.


Manuel María Ponce Cuéllar, compositor, director, pedagogo, escritor y crítico musical, fue un creador, un orfebre de la música que reivindicó el folclore mexicano, utilizando la técnica del “lenguaje impresionista” de combinaciones contrapuntísticas. Su obra para guitarra clásica es universal.

Manuel María Ponce Cuéllar fue un adelantado a su época, legando para la posteridad una obra escrita que abarca un total de 250 partituras. Escribió música para guitarra, obras para piano, música de cámara, música para orquestas, conciertos, opera, música folclórica, canciones infantiles, y canciones populares. 


Su muerte ocurrió el 24 de abril de 1948. Sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón de Dolores de la Ciudad de México. 

Aguascalientes, su tierra adoptiva, atesora devotamente este legado a través del Archivo del Instituto Cultural bajo la experta y consagrada dirección del doctor Víctor Manuel González Esparza, quien suministró a la Fundación Internacional José Guillermo Carrillo, por intermedio de su representante en la República Mexicana, Sofía Liliana Vargas Ortega, la información requerida para la elaboración de esta nota biográfica.

             !HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!


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