RICARDO PALMA
SEGUNDO FUNDADOR DE LIMA SEGÚN RAÚL PORRAS B |
RICARDO PALMA
Ricardo Palma, inscrito en su partida de bautismo como Manuel Ricardo Palma Carrillo, nacido el 07 de febrero de 1833 en la ciudad capital, Lima, y fallecido en Miraflores, Distrito de Lima Perú, próspero y de un gran movimiento comercial, cultural y turístico,el 06 de octubre de 1919.
Fue un escritor romántico, costumbrista, tradicionalista, periodista y político peruano, famoso principalmente por sus relatos cortos de ficción histórica reunidos en el libro Tradiciones peruanas. Cultivó prácticamente todos los géneros: poesía, novela, drama, sátira, crítica, crónicas y ensayos de diversa índole.
Hijo natural de Pedro Palma Castañeda y Guillerma Carrillo, aunque algunos creen que el nombre de esta señora que figura en la partida de bautismo el de la abuela materna y que su madre fue Dominga Soriano, con quien se casaría cuatro años más tarde, el 6 de abril de 1837 (cuando ella tenía 20 años, es decir, que habría dado a luz a los 16).
Nacido en el seno de una familia humilde en Lima. El matrimonio Palma Soriano "fracasó prontamente –según el historiador Oswaldo Holguín Callo– por las diferencias raciales, generacionales y culturales", y el pequeño Ricardo, que tenía 09 años, permaneció naturalmente en la casa paterna. Terminada la secundaria, siguió leyes en el Convictorio de San Carlos.
A los 15 años comenzó su carrera literaria, primero escribiendo poesía y dramas. Fue a esa edad que empezó a usar, junto con el primer nombre, su segundo, Ricardo, que después ya utilizaría solo, sin el primero original de Manuel. También desde joven se mezcló en política, y en 1857 secundó la sublevación del general Manuel Ignacio de Vivanco contra el presidente Ramón Castilla, por lo que fue separado del ejercicio de su cargo en el Cuerpo Político de la Armada del Perú.
Se inició como masón a los 22 años en la logia chalaca del Callao Concordia Universal, el 4 de julio de 1855, siendo venerable maestro Damián Alzamora, orador Antonio Álvarez del Villar y secretario José Antonio Barboza.
En la Armada, a la que ingresó como oficial tercero en 1853, sirvió en la goleta Libertad, el bergantín Almirante Guisse, el transporte Rímac —donde el primero de marzo de 1855 estuvo a punto de morir a consecuencia del naufragio de la nave— y el vapor Loa. Tomó parte en el desembarco de Guayaquil en 1859, durante la guerra con Ecuador. En noviembre de 1860 participó en el fallido asalto a la casa presidencial que acometió un grupo de civiles y militares de tendendica liberal, liderados por José Gálvez. El fracaso del golpe contra Castilla lo obligó a abandonar el Perú y el 20 de diciembre se embarcó con destino a Chile.
En Valparaíso, adonde arribó a fines de mes, frecuentó los salones literarios, fue miembro de la Sociedad de Amigos de la Ilustración y colaboró en la Revista del Pacífico y en la Revista de Sud-América. Los casi tres años que pasó en esa ciudad —durante los cuales realizó frecuentes viajes a Santiago— fueron literariamente «intensos y fructíferos». Allí conoció a José Victorino Lastarria, Guillermo Blest Gana y otros escritores, y en las revistas mencionadas publicó textos importantes: poesías, siete tradiciones y lo que después derivaría en los Anales de la Inquisición de Lima que aparecerían en la capital peruana a su regreso y con el que puede decirse que «comienza la plenitud literaria de Palma».
Regresó al Perú en agosto de 1863, después de ser amnistiado, y en julio del año siguiente fue nombrado cónsul en el Pará, Brasil, cargo que aparentemente no llegó a ejercer: obtuvo una licencia y viajó a Europa: El Havre, París, Londres. En 1865 retornó vía Estados Unidos —se quedó un tiempo Nueva York—, cuando Perú está ya en pleno conflicto con España. Con el puerto del Callao bloqueado, Palma desembarca probablemente en Paita y es nombrado asistente de Gálvez, ministro de Guerra y Marina. Ambos participan, desde la torre La Merced del Callao, en el combate contra la escuadra española el dos de mayo de 1866, en el que Galvéz murió cuando una bomba, disparada desde la fragata española Almansa o desde la Blanca, cayó en unos depósitos de pólvora. Palma se salva milagrosamente: había abandonado la torre minutos antes de la explosión.
Tomó parte en la sublevación del coronel José Balta al año siguiente, y estuvo en prisión y desterrado brevemente en Guayaquil. Balta lo nombró su secretario particular después de ser elegido presidente en 1868. Al poco tiempo fue elegido también senador por Loreto, cargo que ejerció hasta 1872. El asesinato de Balta, ocurrido el 26 de julio 1872, marca el fin de la vida política de Palma, que pasa a dedicarse exclusivamente a la literatura. Tres años más tarde se retira a Miraflores y en 1878, se muda con su familia al balneario de Chorrillos.
Durante la guerra con Chile participó en la defensa de Lima. Cuando las tropas de ocupación incendiaron en enero de 1881 su casa, ubicada en el balneario de Miraflores, Palma perdió su biblioteca y algunos manuscritos, como el de la novela Los Marañones y sus memorias del gobierno de Balta. Perdida su casa, se traslada a Lima donde alquila una en la calle Veracruz.
Dos años más tarde, el dueño del diario La Prensa de Buenos Aires le ofreció el cargo de redactor literario del periódico, pero el presidente Miguel Iglesias logró convencerlo que aceptara la dirección de la Biblioteca Nacional, que se encontraba destruida como consecuencia de la guerra y que durante la ocupación había sido saqueda por los chilenos. Al ocurrir esos hechos en marzo de 1881, Palma, que era a la sazón subdirector de la Biblioteca, había redactado una carta de protesta, firmada por él y el director, Manuel de Odriozola. Esto motivó que el entonces contralmirante Patricio Lynch y comandante en jefe del ejército de ocupación, dictara prisión contra el escritor, que cumplió primero en el segundo piso de la misma Biblioteca ocupada y después en un buque en el Callao, donde pasó 12 días hasta que recuperó la libertad gracias a gestiones de diplomáticos franceses y brasileños. Odriozola, contra el que también había orden de arresto, «logró asilarse en la legación norteamericana».
Su labor al frente de esta institución constituyó uno de sus grandes logros. Fue en aquella época que se ganó el apelativo de el bibliotecario mendigo, porque, ante el magro presupuesto con el que contaba, decidió utilizar su prestigio y sus contactos para pedir a personalidades de diversos países que donaran libros. Gracias a su amistad con el presidente de Chile Domingo Santa María (1881-1886), consiguió recuperar unos 10 000 de manos chilenas.
El 28 de julio de 1884 inaugura la biblioteca, que dirige hasta febrero de 1912, cuando renuncia por discrepancias con el gobierno de Augusto Leguía, que, en reemplazo, nombra a su enemigo,Manuel González Prada. Verdad es que el escritor tendrá su desagravio: el nuevo gobierno del coronel Óscar R. Benavides lo nombrará director honorario de la Biblioteca en 1914, González Prada será destituido y su puesto lo ocupará el candidato de Palma, Luis Ulloa. Esto, sin embargo, no durará mucho: en febrero de 1916 González Prada recupera el cargo y el famoso escritor renuncia a su nombramiento honorario.
Fue miembro correspondiente de la Real Academia Española (1878) y de la Peruana de la Lengua —que presidió desde su fundación en 1887 hasta su renuncia en 1918, cuando pasa a ser director honorario—, y de otras prestigiosas instituciones.
Casado desde 1876 con Cristina Román Olivier, tuvieron 7 hijos (alguno fallecido prematuramente): Félix Vital, Angélica, una de las fundadoras del movimiento feminista peruano, Ricardo, Peregrina Augusta, Cristina, Cristián y Renée Cristina. Antes tuvo un hijo natural con Clemencia (o Clementina) Ramírez: Clemente Palma, quien se convertiría en un destacado escritor.
Trayectoria literaria
Debutó en la literatura en 1848 formando parte del grupo que él mismo llamaría más tarde la bohemia de su tiempo. Comenzó con poesía —unos versos románticos que aparecieron el 31 de agosto en El Comercio— mientras paralelamente escribía en diversas publicaciones críticas de espectáculos con numerosos seudónimos. Luego pasó a escribir obras de teatro —su primer drama, El hijo del sol (1849), no se llegó a representar—, pero alrededor de 1858 dejó de hacerlo a pesar de haber obtenido algún éxito en el público limeño.
Solo dos piezas de este periodo han sobrevivido: el drama Rodil (1851), redescubierdo cien años después de su publicación (Palma había destruido la mayoría de los ejemplares) y la comedia El santo de Panchita, que escribió junto con Manuel Ascencio Segura. Su primer libro de prosa, Corona patriótica, apareció en 1853. Dos años más tarde sale Poesías y en 1865, Armonías. Libro de un desterrado.
Su obra poética no estuvo exenta de polémica: en 1890 publicó A San Martín, poema que provocó la protesta del gobierno chileno, que lo consideró ofensivo para su país. El último poemario de Palma, Filigranas. Aguinaldo a mis amigos, apareció dos años más tarde. En 1865, compiló la antología Lira americana. Colección de poesías de los mejores poetas del Perú, Chile y Bolivia.
Como periodista, colaboró en numerosos medios nacionales y extranjeros. A los 15 años, la misma edad en la que hizo su debut literario, dirigió El Diablo, un periódico político y satírico. Esta última vena la seguiría explotando en su colaboración con la hoja El Burro (1852), en 1867 sería redactor principal de otro periódico satírico y político, La Campana y diez años más tarde fundaría, junto con Acisclo Villarán y Manuel Atanasio Fuentes (conocido como El Murciélago), La Broma(1877-1878). Fue redactor de El Liberal, El Mercurio, La Revista de Lima —tardío órgano literario del romanticismo, que llegó a dirigir—; colaborador de El Correo del Perú, donde publicará numerosas tradiciones, El Correo de Lima, La Patria, El Liberal, La Prensa (Buenos Aires) , El Perú Ilustrado, y de muchos otros periódicos y revistas, tanto peruanas como de otros países.
Palma destacó también en el género histórico. De su pluma salieron los Anales de la Inquisición de Lima (1863), el polémico Monteagudo y Sánchez Carrión. Páginas de la historia de la independencia (1877) y su Refutación a un compendio de historia del Perú (Lima 1886). En esta obra, Palma, que era masón, lanzó un ataque contra los jesuitas tan virulento que motivó la prohibición, por el Congreso peruano, del establecimiento de esta orden religiosa en el país y su expulsión.
Como lingüista —Palma fue presidente de la Academia Peruana de la Lengua desde su fundación, el 5 de mayo de 1887— abogó por la admisión de nuevos vocablos, lo que quedó reflejado en sus libros Neologismos y americanismos (1896) y Papeletas lexicográficas (1903).
Los relatos breves sobre diversos temas, que comenzó a escribir a principios de los años 1859, más tarde derviarían en susTradiciones peruanas (en rigor, la primera vez que usó el nombre de “tradición peruana” fue para un texto de 1854 titulado Infernum el hechicero y que nunca fue recogido en las series). La primera serie de esta obra magna de Palma la publicó en 1872, el mismo año en el que, a raíz del asesinato del presidente José Balta, decide abandonar la política y consagrarse definitivamente a las letras.
Los textos que componen las Tradiciones —y que se puede decir que constituyen un nuevo género, intermedio entre el relato y la crónica— están construidos a partir de hechos históricos o anécdotas populares de carácter ligero y burlesco que constituyen un género literario particular. Al primer volumen, le seguió, dos años después, otro con la segunda serie. En total, las series fueron seis, a las que hay que agregar Ropa vieja y Ropa apolillada.
El título de Tradiciones peruanas, con el que se conocen hoy el conjunto de esos libros, fue utilizado por primera vez en la edición barcelonesa de cuatro tomos (1893-1896). Pero este no fue el fin de la serie: más tarde publicó Tradiciones y artículos históricos, Cachivaches, Mis últimas tradiciones peruanas y cachivachería y Apéndice a mis últimas tradiciones peruanas, más la edición El Palma de la juventud. Las hijas de Palma, ya muerto el escritor, se encargaron de hacer la edición definitiva, en seis volúmenes, de las Tradiciones peruanas, que contó con el apoyo del gobierno de su país.
Las Tradiciones han sido objeto de variados análisis, y mientras algunos han visto en ellas a un nostálgico del pasado colonial, otros han considerado que la ironía con la que describe ese pasado esconde una crítica social. Sea como fuere, e independientemente de las discusiones en torno a sus méritos literarios, es innegable el impacto que esta obra tuvo en la narrativa hispanoamericana.
Su estilo de escritura tradicionista es historia en Lima. La tradición cultivada fuera de Lima y por otra pluma que no sea la de Palma, no se da bien, tiene poco perfume, se ve falta de color.
El historiador Raúl Porras Barrenechea, por su parte, calificó a Palma de segundo fundador de Lima, por haber creado la imagen de esta ciudad y una visión particular sobre su pasado, que a pesar de sus errores no ha podido ser remplazada todavía.
Correspondencia
Sus hijas: Augusta y Renée editaron en 1949 la primera recopilación de sus cartas:publicaron dos tomos con el epistolario de Palma de 1862-1918. En 1969 Carlos Miró sacó una selección de la correspondencia del escritor titulada Cartas indiscretas y, finalmente, entre 2005 y 2007 la Universidad Ricardo Palma publicó tres tomos de sus cartas bajo el título de Epistolario general. Aunque esta edición es la más completa hasta el momento, no se trata todavía de la la definitiva, pues no contiene las que guarda Biblioteca Nacional del Perú. Además, algunos investigadores piensan que, dado que en 1997 una conocida firma de subastas de Londres puso a la venta un lote de 50 cartas que había enviado a un amigo argentino y que fueron adquiridas por la propia Biblioteca Nacional del Perú, todavía habrá nuevos hallazgos.
Figura contradictoria
George W. Umphrey y Carlos García-Prada, estudiosos de la obra de Palma, caracterizaron la contradictoria figura del escritor con las siguientes palabras:
...“Ricardo Palma era un mestizo representativo del siglo diecinueve, vale decir, un americano nuevo, inestable, en vía de formación: un espíritu sin orientación clara, precisa, definida, que se hallaba atraído por valores y realidades opuestas de fuerza para él irresistible: un espíritu en busca de su propio equilibrio. Esto lo vemos en su carácter, en su vida, en sus escritos. Quería una síntesis que no comprendía bien, y que en él actuaba de continuo. Era americano y procedía del pueblo, pero se doblegaba ante el prestigio de la aristocracia española, peninsular o americana.
Se intitulaba ‘liberal’ y hacía campañas anticlericales, pero lisonjeaba a las clases conservadoras, y simpatizaba aún con los carlistas de España; se condolía de los pobres y de los humildes, pero pelechaba con los poderosos y se enorgullecía de los honores que le conferían a cambio de sus zalemas literarias; amaba el orden, la limpieza y el primor, pero se ‘perecía’ por lo abigarrado y por lo sucio si le parecían pintorescos y divertidos; cultivaba el idioma con esmeros de académico, pero lo ‘matizaba’ de vulgarismos, si ello le daba sabor a sus travesuras y picardías”. Aunque Palma se retiro a vivir en la tranquilidad de su hogar no pudo evitar que la juventud de América le rindiera homenaje, pues él era uno de los más destacados de América, sirviendo así de ejemplo para estos.
Muchas instituciones educacionales (la Universidad Ricardo Palma, escuelas varias), culturales, medicinales y de otra índole llevan su nombre. Hay hoteles, calles, una estación de metro, un feria del libro (que tuvo su 33ª edición en 2012), un centro de esparcimiento bautizados en su honor.
Billete de 10 intis, 1985.
Billete de 500000 intis, 1988.
Fundación Ricardo Palma.
Monumentos han inmortalizado su figura, y estudiosos han llenado miles de páginas analizando su obra. El Banco Central puso en circulación un billete con un retrato de Palma de 10 intis en 1985 (con reverso de agricultor indígena y cosecha de algodón), que en 1988 se convirtió en uno de 500 000 (con la Iglesia de la Caridad, sede del Primer Congreso Constituyente, en el reverso); dejó de circular en 1991.
Obras
- El hijo del sol, teatro, 1849
- Consolación, primer ensayo de prosa romántica, 1851
- Rodil, drama en tres actos, publicación: Lima, 1851; estreno: Lima, 12 de enero de 1852
- La hermana del verdugo, "abominación patibularia en cuatro actos"; estreno: Lima, 19 de junio de 1851
- La muerte o la libertad, teatro; estreno: Lima, 27 de julio de 1851
- Corona patriótica, "apuntes biográficos" con los que debuta en el género histórico, Lima 1854
- Poesías (con el nombre de Manuel R. Palma), Lima, 1855
- El santo de Panchita, sainete, junto con Manuel Ascencio Segura, estreno: Lima, 1859
- Anales de la Inquisición de Lima, ensayo histórico, Lima, 1863
- Congreso constituyente, sátira publicada bajo el seudónimo de Un Campanero, 1867
- Armonías. Libro de un desterrado, poesía, París, 1895
- Lira americana. Colección de poesías de los mejores poetas del Perú, Chile y Bolivia, París, 1895
- Pasionarias, poesía, con prólogo de Luis Benjamín Cisneros; Havre, 1870
- Tradiciones, primera serie de su obra magna, Imprenta del Estado, Lima, 1872
- Don Juan del Valle Caviedes, el poeta de la Ribera, ensayo, 1873
- Tradiciones. Segunda serie, Imprenta Liberal de El Correo del Perú, Lima, 1874
- Tradiciones. Tercera serie, Benito Gil Editor, Lima, 1875
- Tradiciones. Cuarta serie, Benito Gil Editor, Lima, 1877
- Verbos y gerundios, poesía, Lima, 1877
- Monteagudo y Sánchez Carrión. Páginas de la historia de la independencia, ensayo, Lima, 1877
- Tradiciones. Quinta serie, edición de Carlos Prince, Lima, 1883 (Prince, además, publica asimismo las cuatro anteriores)
- Tradiciones. Sexta serie, edición de Carlos Prince, Lima, 1883
- El demonio de los Andes, tradiciones sobre el conquistador Francisco de Carvajal, Imprenta de Las Novedades (periódico en el que Palma colaboraba), Nueva York, 1883 (2ª edición: Casa Maucci, Barcelona / Buenos Aires, 1911)
- Enrique Heine. Traducciones, realizadas sobre la versión francesa de Gérard de Nerval, 1886
- Refutación a un compendio de historia del Perú, contra el libro del jesuita Ricardo Cappa, Lima, 1886
- Poesías, antología que recoge la mayoría de su lírica; lo acompañó, como prólogo, del estudio La bohemia limeña de 1848 a 1860. Confidencias literarias; 1887
- Ropa vieja, séptima serie de Tradiciones; Imprenta del Universo, de Carlos Prince, Lima 1889
- Cristián, librito de homenaje publicado en edición privada por los Palma al hijo del escritor fallecido a los diez meses; Lima, 1889
- Tradiciones peruanas, primera edición extranjera de esta obra; Buenos Aires, 1890
- A San Martín, poema, Lima, 1890
- Ropa apolillada, octava y última serie de Tradiciones; Imprenta del Universo, de Carlos Prince; Lima, 1891
- Filigranas. Aguinaldo a mis amigos, su último poemario, Lima, 1892
- Tradiciones peruanas, 4 volúmenes, Montaner y Simón, Barcelona, 1893-96
- Neologismos y americanismos, Lima, 1896
- Recuerdos de España, sobre su viaje de 1892; Buenos Aires, 1897 (reeditadas con el título Recuerdos de España, precedidos de La bohemia de mi tiempo, Lima, 1899)
- Tradiciones y artículos históricos, Lima 1899
- Cachivaches, artículos literarios y bibliográficos; Lima, 1900
- Dos mil setecientas voces que hacen falta en el Diccionario. Papeletas lexicográficas, Lima, 1903
- Mis últimas tradiciones peruanas y cachivachería, Casa Maucci, Barcelona / Buenos Aires, 1906
- Apéndice a mis últimas tradiciones peruanas, Casa Maucci, Barcelona / Buenos Aires, 1910
- Poesías completas, Barcelona, 1911
- Tradiciones selectas del Perú, A. J. Sagrestán y Cía., Callao, 1911
- Las mejores tradiciones peruanas, seleccionadas y prologadas por Ventura García Calderón y acompañadas de una breve autobiografía; Casa Maucci, Barcelona, 1917
- El Palma de la juventud, Lima, 1921* Epistolario, 1862-1918, edición de Augusta y Renée Palma con prólogo de Raúl Porras Barrenechea, dos tomos; Editorial Cultura Antártica, Lima, 1949
- Tradiciones peruanas, edición auspiciada por el gobierno peruano y supervisada por sus hijas; 6 volúmenes, Espasa-Calpe, Madrid, 1923-25
- Tradiciones peruanas, la primera edición peruana completa de las tradiciones de Palma; 6 volúmenes, Editorial Cultura Antártica, Lima, 1951
- Tradiciones peruanas completas, a cargo de Edith Palma, nieta del escritor e hija de Clemente Palma; Aguilar, Madrid, 1952 (varias reediciones; incluye también los Anales de la Inquisición de Lima, La bohemia de mi tiempo y Recuerdo de España, artículos, los "prólogos” humorísticos que acompañaban algunas series, y numerosos apéndices)
- Cartas indiscretas, edición de Carlos Mirón; F. Moncloa, 1969
- Epistolario general, tres volúmenes con prólogo, notas e índices de Miguel Ángel Rodríguez Rea; Universidad Ricardo Palma, Editorial Universitaria, Lima, 2005-2006
- Tomo 1: cubre los años que van de 1846 hasta 1891, 2005; Tomo 2: de 1892 a 1904, 2006; Tomo 3: de 1905 hasta 1919, 2006.- fuente:www.es.wikipedia.org
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