PABLO MORILLO

                                                     Pablo Morillo
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Pablo Morillo Morillo nació...
  Durante su etapa en la 
Real Armada Española participó en distintos combates, entre los que destacan: 
  La batalla del Cabo de San Vicente y la de Trafalgar. 
 Sirvió también en el Ejército Español y participó en las guerras de independencia de Venezuela y Nueva Granada, como jefe de la expedición, encargado de sofocar la rebelión. 
  La toma de Cartagena de Indias y las posteriores acciones militares que llevaron a la caída de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, y El restablecimiento del Virreinato.     
     Previamente, había participado en la guerra de Independencia española, en las dos batallas más importantes de su inicio y de su final: Bailén, la primera derrota napoleónica, y Vitoria, que forzó la retirada de las tropas francesas de España. También fue decisiva su intervención en Puentesampayo, al dirigir el ejército que derrotó al mariscal Ney y obligar al ejército francés a evacuar Galicia.
  Sirvió también en el Ejército español y participó en las Guerras de Independencia de Venezuela y Nueva Granada como jefe de la expedición encargado de sofocar la rebelión. En su haber destacan la toma de Cartagena de Indias y las posteriores acciones militares que llevaron a la caída de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, así como el restablecimiento del virreinato. En Venezuela consiguió detener el avance de Simón Bolívar hacia Caracas tras vencerlo en la tercera batalla de La Puerta. Con el posterior Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra de 1820 consiguió establecer una tregua y se abolió la guerra a muerte proclamada por Bolívar en 1813.

Carrera militar

                                         Guerra de Independencia española

   El 02 de junio de 1808 se incorporó a la milicia con el grado de subteniente de infantería formando parte del recién creado regimiento de infantería de Voluntarios de Llerena, y concurrió el 19 de julio a la memorable victoria en la batalla de Bailén sobre las tropas francesas invasoras enviadas por Napoleón Bonaparte. Allí, una vez más, sobresalió por su valentía y llamó la atención del general en jefe, Francisco Javier Castaños, que desde entonces se convirtió en su mentor. Tras la batalla, fue ascendido a teniente de infantería.  Finalizada la guerra de Independencia de España y repuesto Fernando VII al trono, el 14 de agosto de 1814 recibió su nombramiento como capitán general de Venezuela.

         Pacificación y reconquista de Nueva Granada y Venezuela

  En 1815 estaba reunida en la bahía de Cádiz una expedición pacificadora que tendría a Morillo como jefe, pero las noticias de la revolución del Cuzco en la retaguardia del Ejército Real, la derrota de la Real Armada en el Río de la Plata en la Campaña Naval de 1814, y la consiguiente caída de Montevideo en manos de los patriotas, así como la alarma por la guerra de exterminio —guerra a muerte— en la insurrección de las provincias de Costa Firme hicieron que la expedición española fuera destinada hacia Venezuela y Nueva Granada. 
  Por fin, el 9 de mayo por medio de un real decreto el rey Fernando VII informó del destino de la expedición de Morillo a Venezuela.
  Luego de tocar tierra el 07 de abril en Puerto Santo, cerca de Carúpano, en el oriente de Venezuela, y de entrevistarse con el brigadier Francisco Tomás Morales, quien comandaba unos 7000 soldados realistas,​ Pablo Morillo se reembarca con 3000 o 5000 hombres para anclar en Pampatar, isla de Margarita el 09 de abril, reduciendo así al último foco patriota venezolano, que pese a contar con una guarnición de hasta 3000 hombres se rinde con poca oposición. Bermúdez y 300 hombres, incluyendo la mayoría de los oficiales, evacuaron la isla hacia Cartagena de Indias.

  El día 10 desembarcaron las tropas restantes y el 11 ocuparon La Asunción. Morillo fue muy piadoso con los oficiales y soldados rebeldes que se rindieron, a pesar de las exigencias de Morales de que fuera severo con ellos. Organizó varios batallones y guarniciones con los soldados rendidos y llegó a cenar con el gobernador de la isla, Juan Bautista Arismendi.Posteriormente, cuando se dirige a Cumaná explota el San Pedro Alcántara que se hundió entre Coche y Cubagua el 25 de abril. La pérdida de mil tripulantes y un millón de pesos que transportaba el navío significo que Morillo rápidamente viajara al continente y dejara en Pampatar una pequeña guarnición. 
  
  Luego, sigue a La Guaira, Caracas y Puerto Cabello antes de partir el 05 de julio al Virreinato de Nueva Granada​ donde tras tomar la plaza fortificada concluye el asedio a Cartagena de Indias, que le valió el título de Conde de Cartagena. El asedio había durado 105 días, durante los cuales 6000 civiles fallecieron en el interior de las murallas de la ciudad, la mayoría a causa del hambre y las epidemias.
   En Venezuela dejó una guarnición de 5000 españoles y 3000​ a 4000 venezolanos, estos últimos acostumbrados al clima y veteranos de la lucha de 1813-1814;​ nombrando al coronel Salvador de Moxó y Quadrado presidente del Consejo de Guerra y al brigadier José Ceballos capitán general interino de Venezuela. Poco después, Moxó fue elevado al grado de mariscal de campo de los Ejércitos del Rey y nuevo gobernador y capitán general de Venezuela​ con la clara misión policial y militar de reinstaurar el orden, acabar con las guerrillas rebeldes y desmovilizar a los combatientes.​ 

                                 Reconquista de Nueva Granada y el Régimen del Terror

   Este periodo histórico que comienza con la toma de Cartagena y concluye con las condenas a miembros de la insurrección de Nueva Granada se denomina en Colombia «Régimen del Terror».
Pablo Morillo en principio aplica una política de indultos que suspende, tras quedar conmocionado al recibir la noticia de la traición de Arismendi, gobernador de la isla Margarita, y al que había perdonado de la sentencia de muerte, y que sin embargo se rebelaba a su partida, pasando además a cuchillo a toda la guarnición española. En represalia Morillo puso en marcha tribunales militares de justicia, de tres tipos: Tribunal de «guerra permanente», que dictaba sentencias de muerte contra los patriotas; el «Consejo de Purificación», que juzgaba a los insurgentes no merecedores de la pena capital, y la «Junta de Secuestros» para juzgar, ajusticiar y expropiar a todos aquellos que estuvieran involucrados con la causa de Independencia.
  Se expropia propiedades y bienes de estas personas, se quema en público sus libros, y hasta sus retratos. Algunas ejecuciones fueron bastante crueles, como la de Camilo Torres, antiguo presidente de la confederación, fusilado en la cara, cortada su cabeza y exhibida durante varios días a la entrada de Santafé, en San Victorino, mientras los gallinazos comían sus carnes.
  Entre los ajusticiados estuvo Francisco José de Caldas uno de los científicos más brillantes que tenía la Nueva Granada. Al oír su sentencia de muerte, una tradición afirma que Caldas habría pedido clemencia a Morillo, cuya respuesta habría sido «España no necesita de sabios». 
   Con los clérigos y religiosos que habían colaborado con la causa independentista se procedió mucho más suave. La mayoría fueron juzgados por el «Consejo de Purificación», en cuanto habían apoyado indirectamente la causa patriota, pero que no habían liderado la misma. Por último, la ordenanza venida de Europa con el ejército expedicionario de Morillo alejó también a caudillos y huestes realistas, veteranos de la guerra a muerte, y que no vieron satisfechas sus propias expectativas. 
  Tras recuperar la Nueva Granada, Morillo debe regresar a Venezuela en 1817  quien recibe nuevas instrucciones del Gobierno liberal de España de negociar un armisticio con los colombianos, y se entrevista con Bolívar en Santa Ana de Trujillo el 27 de noviembre de 1820, firmando el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra y dando fin al periodo histórico colombo-venezolano denominado de guerra a muerte. Dicho tratado fue importante en la causa patriota, ya que España, a través de Morillo, si bien no renunciaba a sus derechos sobre las tierras del Virreinato de Nueva Granada, reconocía de alguna manera la existencia del estado independiente recién creado por Bolívar.​ Luego de la firma del armisticio Morillo se retiró a España, dejando en su lugar al general La Torre y a unas fuerzas realistas desalentadas. El tratado, que no duró los seis meses estipulados, fue utilizado por Bolívar para rearmarse y consolidar de facto la libertad venezolana con la batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821.
  Después de algún tiempo, en 1832 Morillo nuevamente se hace cargo de la Capitanía General de Galicia, desempeñado en dos ocasiones, esta segunda vez en 1836, pero su deteriorada salud y la necesidad de su presencia en la corte lo obligaron a volver a Madrid. Participa en la primera guerra carlista en apoyo de la reina regente Cristina, luchando en contra de los partidarios absolutistas de Carlos María Isidro de Borbón. No llega a ver el final de esta guerra, su deteriorada salud lo obliga a buscar atención en Bareges bajo permiso de la reina, y en estas circunstancias muere el 27 de julio de 1837 a la edad de sesenta y dos años, dejando a su viuda sin bienes y con cinco hijos menores. Refiriéndose a él...
Falleció este ilustre caudillo, tan rico en honores, como tan pobre en hacienda, que no pudo cubrir a su muerte la dote de su mujer, habiendo consagrado toda su vida a la grandeza e independencia de su patria y al servicio leal y desinteresado a su Rey. ¡Ejemplo digno de admiración y de eterna memoria por su elevado patriotismo y sus eminentes virtudes cívicas y militares!
Rodríguez Villa el 1 de mayo de 1908.
  Inicialmente fue enterrado en el cementerio de Luz-Saint Sauveur en París, hasta que por mediación del gobierno constitucional de la reina Isabel II fue trasladado al cementerio de San Isidro de Madrid el 8 de agosto de 1843, donde desde entonces reposan sus restos.

Distinciones

  Ciento cincuenta acciones personales de guerra reconocidas, condecorado con once cruces de distinción, reconocidas cuatro heridas, dos mortales; alcanza el grado de teniente general; dos títulos de Castilla; dignidad de Prócer; Gran Cruz de Carlos III; Orden Militar de San Fernando, de Justicia, de Isabel la Católica, caballero de San Hermenegildo, regidor perpetuo de La Coruña. www.wikipedia.org

             !HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!

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