BENJAMÍN FRANKLIN (1)
BENJAMÍN FRANKLIN (1)
LAS VIRTUDES
Franklin buscaba cultivar su carácter mediante un plan de trece virtudes que desarrolló cuando tenía 20 años (en 1726) y que continuó practicando de una forma u otra por el resto de su vida.
En su autobiografía lista sus trece virtudes como:
Templanza: no comas hasta el hastío; nunca bebas hasta la exaltación.En su autobiografía lista sus trece virtudes como:
Silencio: habla sólo lo que pueda beneficiar a otros o a ti mismo; evita las conversaciones insignificantes.
- Orden: que todas tus cosas tengan su sitio; que todos tus asuntos tengan su momento.
Determinación: resuélvete a realizar lo que deberías hacer; realiza sin fallas lo que resolviste.
Frugalidad: gasta sólo en lo que traiga un bien para otros o para ti. Ej.: no desperdicies nada.
Diligencia: NO pierdas tiempo; ocúpate siempre en algo útil; corta todas las acciones innecesarias.
Sinceridad: NO uses engaños que puedan lastimar, piensa inocente y justamente, y, si hablas, habla en concordancia.
Justicia: NO lastimes a nadie con injurias u omitiendo entregar los beneficios que son tu deber.
Moderación: evita los extremos; abstente de injurias por resentimiento tanto como creas que las merecen.
Limpieza: toleres la falta de limpieza en el cuerpo, vestido o habitación.
Tranquilidad: no te molestes por nimiedades o por accidentes comunes o inevitables.
Castidad: frecuenta raramente el placer sexual; sólo hazlo por salud o descendencia, nunca por hastío, debilidad o para injuriar la paz o reputación propia o de otra persona.
Humildad: imita a Jesús y a Sócrates.
Franklin no trataba de trabajar en todas ellas al mismo tiempo. Más bien, trabajaba en una y solo una cada semana, «dejando todas las demás a su suerte ordinaria».
Aunque Franklin no vivió completamente según sus virtudes y, según él mismo admitía, incumplió sus preceptos muchas veces, creía que intentarlo lo hizo una mejor persona y contribuyó enormemente a su éxito y felicidad, por lo cual, en su autobiografía, dedicó más páginas a este plan que a cualquier otro punto. Allí escribió: «Yo espero, por lo tanto, que alguno de mis descendientes pueda seguir el ejemplo y cosechar el beneficio».
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