HERNÁN CORTÉS

                                                                                          Hernán Cortés Monroy Pizarro A

Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano (Medellín, Corona de Castilla, 1485-Castilleja de la Cuesta, Corona de Castilla, 02 de diciembre de 1547.

Fue un conquistador español que lideró la expedición que causó el final del Imperio mexica y la conquista de México también puso bajo gobierno de la Corona de Castilla el territorio del actual México a principios del siglo XVI. 

Por sus éxitos, Cortés fue nombrado primer marqués del Valle de Oaxaca, gobernador y capitán general de la Nueva España.
Fue hijo único de un hidalgo extremeño, llamado Martín Cortés y de Catalina Pizarro Altamirano. Su madre fue prima segunda de Francisco Pizarro, quien posteriormente conquistó el imperio inca. Como otros hidalgos, su padre lo envió a los catorce años a estudiar leyes en Salamanca, ciudad que abandonó dos años más tarde, movido por su afán de aventuras.

Tras varios intentos fallidos, por una parte, de embarcar para las Indias, y, por otra, de participar en las campañas de Gonzalo Fernández de Córdoba en Italia, finalmente, en la primavera de 1504, zarpó hacia la isla de La Española, donde se instaló como plantador y funcionario colonial. Sin embargo, debió de regresar a España, pues el 29 de agosto de 1506 su padre abonó el importe de su pasaje a Santo Domingo en la nave San Juan Bautista, propiedad de Luis Fernández Alfaro.

Matrimonios y descendencia

  • En abril de 1528 Cortés contrae segundas nupcias con doña Juana Ramírez de Arellano de Zúñiga, hija del conde de Aguilar y sobrina del Duque de Béjar. Doña Juana se establece en el pueblo de Cuernavaca, viviendo en el palacio construido en 1526. De este matrimonio nacieron seis hijos:Catalina Pizarro, nacida en 1514 o 1515 en Santiago de Cuba, o quizás más tarde en la Nueva España. Su madre fue Leonor Pizarro, probable pariente de Cortés. Fue legitimada junto con sus hermanos Martín y Luis en una bula papal de Clemente VII en 1529.
  • Martín Cortés, nacido en Coyoacán en 1522. Su madre fue La Malinche, la compañera y traductora indígena de Cortés. Fue legitimado junto con sus hermanos Catalina y Luis en una bula papal de Clemente VII en 1529.
  • Luis Cortés, nacido en 1525, y es hijo de la española Antonia o Elvira Hermosillo, y quien también será legitimado junto con Martín y Catalina. Se casó con doña Guiomar Vázquez de Escobar, sobrina del conquistador Bernardino Vázquez de Tapia.
  • Leonor Cortés y Moctezuma, nacida en 1527 en la Ciudad de México. Hija de Tecuichpo o Ichcaxóchitl, quien fuera bautizada con el nombre de doña Isabel de Moctezuma, hija de Moctezuma II. Rechazada por su madre desde el nacimiento, fue su padre quien la reconoció posteriormente. Se casó con el vizcaíno Juan de Tolosa, conquistador de Zacatecas.
  • María Cortés, hija de una princesa mexica cuyo nombre se ignora. Bernal Díaz del Castillo menciona que nació con alguna deformación.
  • Luis Cortés y Ramírez de Arellano, nacido en Tezcoco en 1530 y fallecido poco después de nacer.
  • Catalina Cortés de Zúñiga, nacida en Cuernavaca en 1531 y fallecida poco después de nacer.
  • Martín Cortés y Ramírez de Arellano, nacido en Cuernavaca en 1532. Sucesor de su padre como Marqués del Valle de Oaxaca.
  • María Cortés de Zúñiga, nacida en Cuernavaca entre 1533 y 1536. Su padre había pactado su casamiento con Alvar Pérez Osorio, hijo del Marqués de Astorga, sin embargo, estos cancelaron a último momento, causándole un grave enfado a Cortés, del que incluso se presume le causó la enfermedad de la que muere. Después María se casó con Luis de Quiñones, quinto Conde de Luna.
  • Catalina Cortés de Zúñiga, nacida en Cuernavaca entre 1533 y 1536. Fallecida soltera en Sevilla después de muerto su padre.
  • Juana Cortés de Zúñiga, nacida en Cuernavaca entre 1533 y 1536. Se casó en 1564 con don Fernando Enríquez de Ribera, segundo Duque de Alcalá.

Carrera militar:


En 1511 participó en la expedición de conquista de Cuba dirigida por el gobernador Diego de Velázquez, de quien recibió tierras y esclavos en la isla. Llegó a ser nombrado alcalde de Santiago de Cuba, aunque fue después encarcelado por el gobernador, acusado de conspirar en su contra. Liberado, se casó con la cuñada del propio Diego Velázquez, de nombre Catalina Juárez.

A finales de 1518 Velázquez le confió el mando de la tercera expedición, tras las de Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva, para continuar sus descubrimientos en la costa de Yucatán. Pero Velázquez pronto desconfió de él.

Cuenta Bernal Díaz del Castillo, autor de Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, que un bufón de Velázquez, llamado Cervantes el loco, le dijo a su señor, a la manera de los bufones: «A la gala de mi amo Diego, Diego, ¿qué capitán has elegido? Que es de Medellín de Extremadura, capitán de gran. Más temo, Diego, no se te alce con la armada, que le juzgo por muy gran varón en sus cosas».
Hernán Cortés seguía, sin embargo, con los preparativos de la expedición, y debido a su gran elocuencia, dotes de persuasión y sugestión, pronto logró reclutar a más de 600 hombres para su causa.

La conquista del Imperio mexica

Finalmente, el 10 de febrero de 1519, la flota abandonó las costas de Cuba. Consistía aquella armada en 11 naves, con 518 infantes, 16 jinetes, 13 arcabuceros, 32 ballesteros, 110 marineros y unos 200 indios y negros como auxiliares de tropa. Llevaban 32 caballos, 10 cañones de bronce y cuatro falconetes. Por capitanes iban Alonso Hernández Portocarrero (al que entregaría más tarde la india doña Marina), Alonso DávilaDiego de OrdásFrancisco de MontejoFrancisco de MorlaFrancisco de SaucedoJuan de EscalanteJuan Velázquez de León (pariente del gobernador), Cristóbal de OlidGonzalo de Sandoval y Pedro de Alvarado

Muchos de estos eran veteranos de la guerra de Italia. Por piloto principal iba Antón de Alaminos con experiencia en las dos expediciones anteriores de Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva.Adelantándose a que le cesase Diego Velázquez, la armada de Cortés partió precipitadamente del puerto de Santiago de Cuba el 18 de noviembre de 1518. Como iba escasa de bastimentos, tuvo que aprovisionarse de estos en el puerto de Trinidad y otros lugares.

Primeros contactos con los pobladores

Inmediatamente después de presentarse al batab (gobernante local de la ciudad) Cortés le pidió que dejaran su religión y adoptaran el cristianismo mandando a sus hombres a destruir los ídolos religiosos mayas y poner cruces e imágenes de la Virgen María en el templo. Una biografía del rey Carlos I escrita en 1603 relata el momento así: El primer contacto con las civilizaciones mesoamericanas lo tuvo en la isla de Cozumel, un importante puerto naviero y centro religioso maya que formaba parte de la jurisdicción de Ecab, y donde se encontraba el santuario dedicado a Ixchel, diosa de la fertilidad. Los españoles llegaron durante el Período Posclásico de la Cultura maya poco después de la caída de Mayapán en 1480, que llevó a la fragmentación de la península de Yucatán en 16 pequeños estados, cada uno con su propio gobernante denominado halach uinik, y en constante conflicto entre sí.
La expedición de Cortés continuó bordeando la costa guiada por el piloto Antón de Alaminos hasta llegar el 14 de marzo de 1519 a la desembocadura del río Tabasco (hoy Grijalva), en las cercanías de la ciudad de Potonchán (Putunchan), perteneciente a los putunes o grupo maya-chontal y gobernada por el «halach uinik» Taabscoob. Allí se produjo la crucial Batalla de Centla relatada desde el punto de vista español por López de Gómara en el capítulo Combate y toma de Potonchan de su libro La Conquista de México:
Cortés se adelantó haciendo señas de paz, les habló por medio de Jerónimo de Aguilar, rogándoles los recibiesen bien, pues no venían a hacerles mal, sino a tomar agua dulce y comprar de comer, como hombres que andando por el mar, tenían necesidad de ello; por tanto, que se lo diesen, que ellos se lo pagarían muy cortésmente.
Los españoles atacaron entonces la ciudad por dos flancos, produciéndose una sangrienta batalla que finalizó en la derrota de Potonchán y la entrada de Cortés y sus hombres: Luego de la derrota, las autoridades de Tabasco le hicieron a Cortés ofrenda de víveres, joyas, tejidos, y un grupo de veinte esclavas, que fueron aceptadas, cambiados sus nombres al ser bautizadas y repartidas entre sus hombres. Entre estas esclavas había una llamada Malintzin, a la que los españoles renombraron Marina, conocida también como La Malinche, que seria crucial en la conquista de México. Su gran inteligencia, su dominio de las lenguas mayenses y náhuatl, su conocimiento de la psicología y costumbres de los indios, y su fidelidad hacia los españoles, hicieron de la Malinche una de las más extraordinarias y controvertidas mujeres de la historia de América.

 La Malinche fue intérprete, consejera y concubina de Hernán Cortés, con el cual tendría un hijo Martín Cortés, del mismo nombre que el hijo legítimo que Hernán Cortés tendría catorce años después con Juana de Zúñiga. Marina y Gerónimo de Aguilar suplieron a Melchorejo como intérpretes, debido a que éste había decidido boicotear a los españoles y estaba incitando a los indígenas a resistir la conquista.
Cortés instaló su campamento enfrente de la ciudad de Quiahuiztlán habitada ancestralmente por los totonacas, y poco después lo convirtió en ciudad, con el nombre de Villa Rica de la Vera Cruz (ubicada 70 km al norte de la actual Veracruz), por haber desembarcado los españoles en aquel paraje un viernes Santo.En Tabasco, los españoles supieron de la existencia de un país hacia poniente que los amerindios denominaban «México». La flota fue, bordeando la costa mexicana, en dirección noroeste, y un día se presentaron varias canoas mexicas que venían de parte de Moctezuma, el «tlatoani» o emperador del Imperio mexica, con capital en Tenochtitlán. Cortés les mostró sus armas de fuego, sus caballos para, por una parte amedrentarlos, pero por otra parte trató de ser amable y afable con ellos, hablándoles de paz. Los embajadores traían pintores, y dibujaron todo lo que vieron con objeto de que el emperador fuese informado fielmente y viese como eran estos «teules» (Término nahuatl derivado del maya «tzules» que hacía referencia a entidades del inframundo) Moctezuma volvió a enviar presentes de joyas y objetos preciosos, pero Cortés seguía insistiendo en visitar a su emperador, el cual volvió a denegar el permiso.
Los nuevos pobladores rogaron a Cortés que se proclamase capitán general, dependiendo directamente del rey y no de Velázquez, a quien no le reconocía mando sobre aquellas nuevas tierras. Después de negarse varias veces, terminó aceptándolo. Nombró alcalde, regidores, alguaciles, tesorero y alférez, consumando, pues, la desvinculación de la autoridad del gobernador de Cuba sobre la expedición. Este acto es considerado como la fundación de una de las primeras ciudades europeas en América continental.
Cortés notó entonces que el Imperio mexica tenía enemigos y que esto facilitaba sus planes. Comenzó a elaborar una estrategia, con el fin de aprovechar las rencillas y odios que se tenían hacia el dominio Mexica, por grande número de provincias, a fin de lograr la conquista de tan vasto imperio. Pero para ello tenía que imponer también su voluntad y su mando sobre la facción del gobernador Diego de Velázquez, que sostenía que Cortés no tenía autorización para poblar, sino sólo para rescatar y descubrir, y que deberían volver a Cuba terminada la expedición. La mayoría de los capitanes y la tropa apoyaban a Cortés, ya que intuían las grandes riquezas que podía haber enTenochtitlan.
La primera nación mesoamericana con la que Cortés estableció una alianza militar fue la Cultura Totonaca, con capital en Cempoala, una avanzada ciudad de unos 20 000 habitantes. A mediados de 1519, treinta pueblos totonacas se reunieron con Cortés en Cempoala para sellar la alianza y marchar juntos a la conquista de Tenochtitlan. Los totonacas aportaron 1300 guerreros a la empresa de Cortés quién, por su parte, aportaría unos 400 españoles, armas de fuego y quince caballos.
El acuerdo se realizó sobre la base de que, una vez derrotado el Imperio mexica, la Nación Totonaca sería libre. No obstante, luego de la conquista de México, los totonacas, diezmados por la alianza militar y las enfermedades, nunca volvieron a ser lo que fueron. Varios de ellos terminaron encomendados como siervos a los señores españoles en sus propias tierras, particularmente en el naciente cultivo de caña de azúcar, quedando Cempoala deshabitada y su cultura extinguida y olvidada. La Cultura Totonaca volvió a ser descubierta a fines del siglo XIX, por el arqueólogo e historiador mexicano Francisco del Paso y Troncoso. www.wikipedia.org


PARTE II«Quema» (barrenado) de las naves

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