JULIETA ROJAS DE BLANCO
Desde el año 1974 cuando conocí a la Profesora Julieta Rojas De Blanco, siempre la admiré por su gran inteligencia, su generosidad y entrega a la profesión. Tuve la oportunidad de trabajar con ella en el mismo Liceo Luis Ezpelosín, en Catia, Caracas y disfrutar de su amistad; y puedo dar fe que era una persona muy alegre y entusiasta hasta en los momentos más rigurosos.
A través de ella, conocí a su esposo, al gran declamador Balbino Blanco Sánchez, y nuestro posterior amigo; siempre juntos; yo diría, que eran el complemento ideal uno del otro. Ella, una profesora capacitada, responsable, puntual y una madre para sus alumnos. El, un caballero, digno de una familia, orgullo de su tierra y diría que un misionero de la palabra, porque sin recursos elementales, llevó su voz a toda Venezuela y al Exterior, que los Venezolanos consideramos una herencia cultural, patrimonio del país.
La vida, de Julieta, siempre estuvo llena de anécdotas singulares de sus innumerables viajes con la familia trabajando el verso, los poemas con el estilo particular del “Negro” como ella refería, así como también, de sus alumnos quienes atesoraban sus conocimientos y bellos recuerdos de las clases ya que los hacía vivir cada obra literaria. Jamás se olvidaban de estas vivencias.
Fue una mujer feliz, realizada profesionalmente, como esposa y madre. Dejó una estela de simpatía y mil gracias de parte de sus alumnos. Quienes la conocían, inmediatamente eran atraídos por su particular estilo de conversación y presencia.
Muere en Caracas, dejando un gran vacío en donde su desempeño profesional la hizo brillar.Descansa en Paz.
¡HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!
Gracias Egly por esta biografía. No la había visto y me gusta mucho. Un abrazo!
ResponderEliminarPude haber paseado con ella por las calles de la Ciudad Eterna... más temprano que tarde estaré caminando con ella en otras anchas alamedas... con el suave y siempre sonriente "Negro" a su lado... y otros...QDEP
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