ANTONIO ESTÉVEZ

Antonio Estévez nació en la ciudad de Calabozo, oficialmente Villa de Todos los Santos de Calabozo, es una ciudad de Venezuela situada en el estado Guárico, capital del municipio Francisco de Miranda y antigua capital del estado, en los Estados Unidos de Venezuela, el 01 de enero de 1916 y muere en la ciudad capital Caracas, República de Venezuela, el 26 de noviembre de 1988. 

Compositor y director de orquesta venezolano. Inició sus estudios musicales en Caracas en 1923, pero los continúa en su ciudad natal en 1925. En 1930 regresa a Caracas, donde prosiguió con sus estudios musicales generales y clarinete en la Escuela de Música y Declamación de Caracas, también llamada Escuela de Santa Capilla o Escuela José Ángel Lamas. Ingresó a la Banda Marcial de Caracas en 1932 y a la Orquesta Sinfónica Venezuela en 1934, tocando como segundo oboe

Trabajó y estudió bajo la tutela de Pedro Elías Gutiérrez y Vicente Emilio Sojo, su maestro de composición. Se gradúa como intérprete de oboe en 1942 y como compositor en 1944. En 1945 obtiene una beca para continuar sus estudios en Estados Unidos y Europa.
Regresa a Caracas en 1948, donde desarrolla un estilo de música nacionalista junto a otros compositores como: Ángel Sauce, Evencio Castellanos, Inocente Carreño, y Gonzalo Castellanos Yumar.
Viaja a Londres en 1961 y luego a París en 1963, donde frecuenta a Jesús Soto. Cambia su estilo y experimenta con la música electrónica. Regresa a Venezuela en 1971.
Fundó el Orfeón Universitario de la Universidad Central de Venezuela en 1943 obteniendo el Premio Nacional de Música en los años 1949 y 1987 y Premio Anual Sinfónica en 1954. Con el apoyo del Centro Simón Bolívar, funda y dirige hasta 1979 el Instituto de Fonología Musical.

Composiciones

Su obra más conocida es la Cantata Criolla, estrenada el 25 de julio de 1954, ganando el Premio Nacional de Música y es quizás la obra nacionalista venezolana más importante del siglo XX. Otras obras conocidas son Mediodía en el LlanoCromovibrafonía y Cromovibrafonía múltiple que compuso para la exposición de obras de Soto en Montreal y el Museo de Arte Moderno de Ciudad Bolívar.
Mediodía en el Llano nace en el año 1942 cuando, siendo aún alumno del sexto año de composición, Vicente Emilio Sojo le encarga al curso una suite orquestal. Estévez responde al encargo con su Suite Llanera. Es precisamente con ésta composición, que en el mismo año Estévez se estrena como director de orquesta. Originalmente tenía tres partes: Amanecer, Mediodía y Atardecer, ya que pretendía aprovechar la ocasión para tratar de describir de manera impresionista esos tres acontecimientos llaneros.
Es también ésta, una de las pocas veces que se interpreta completa la Suite Llanera, con excepción de una transmisión radial en Estados Unidos. Estévez eliminará los movimientos extremos, dejando sólo la parte central, lo que hoy es el poema sinfónico Mediodía en el Llano

¿Por qué eligió Estévez precisamente esta parte de la suite? 

El compositor lo explicó así: Aunque me parece el más árido, es también muy venezolano. Venezolano en un sentido muy amplio, ya que nunca habíamos escuchado música sinfónica venezolana; no teníamos modelos al respecto, excepto algunas cosas del propio Sojo. (Dory, C. 1994:11)

En Mediodía en el Llano Estévez logró, con una escritura sinfónica austera y equilibrada, una feliz combinación de elementos nacionales con el estilo impresionista, que se conjugan en una contemplativa elegía al paisaje fundamental de la tierra venezolana. Es importante destacar, que aunque la obra general de Estévez va estar marcada por un eclecticismo inagotable, en este momento, la referencia a Mediodía en el Llano es la de una obra de juventud, como se dijo anteriormente, creada cuando apenas cursaba sexto año con Sojo, y que por lo tanto su experiencia como compositor y arreglista era eminentemente coral; la experiencia orquestal era prácticamente nula, y en el campo instrumental resaltaba en solitario su Divertimento para vientos madera (flauta, oboe, clarinete y fagote), que incluso, años más tarde, el mismo compositor lo calificaría de muy mozartiano. Ante esta óptica, se aprecia como Mediodía en el Llano se agiganta para dar una dimensión de la pulcritud composicional y orquestal de Estévez. En el próximo ejemplo, (Fig. 2), se acentúan el elemento disonante y el color tímbrico. 

Cuando llega Estévez a los Estados Unidos, a mediados de 1945, el músico tuvo una gran decepción ya que Igor Stravinsky no estaría dictando cursos en la Universidad de Columbia, y las posibilidades de estudios particulares eran impensables tanto por el factor económico como por el hecho de que Stravinsky vivía en Los Ángeles. De cualquier forma, Estévez se inscribió en la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York, y con el claro propósito de actualizarse en todo lo que a información musical contemporánea se refiere, realizó cursos de orquestación, arreglos, composición, piano y dirección orquestal entre otros. Visitó museos y teatros con frecuencia permitiendo breves descansos entre las largas sesiones de estudio musical y ensayo de su instrumento, el oboe.

Luego de Columbia, la meta se convierte momentáneamente en Tanglewood, Massachusetts, famoso por sus festivales internacionales de música y por los cursos de dirección que grandes artistas de la batuta impartieron allí. Le seguía obsesionando el sonido de Stravinsky, quien seguía siendo para Estévez una referencia fonográfica de Caracas...

Una última parada lo lleva a Italia, para finalmente regresar a Venezuela, no sin antes pasar por Nueva York a buscar su piano. Cuando Estévez pisa suelo venezolano en Noviembre de 1948, no es ni remotamente el joven calaboceño que llegó a Caracas con la intención de estudiar música. Es un compositor íntegro, que con arduo trabajo y mucho esfuerzo iba a cambiar el rumbo de la composición en Venezuela. 

  • De sus grandes obras, cinco esperaban estreno: 
  • El Concierto de Orquesta,
  • La Cantata Criolla, 
  • El Poema Lírico para Coro y Orquesta, 
  • Las 17 Piezas Infantiles para Piano y 
  • La Obertura Sesquicentenaria. 

  • Cinco obras, cinco Premios Nacionales de Música. 
  • Premio Nacional de Música 1950, por el Concierto Para Orquesta; 
  • Premio Nacional de Música Vicente Emilio Sojo 1954 por La Cantata Criolla; 
  • Premio Nacional de Música 1956 por el Poema Lírico para Coro y Orquesta;
  • Premio Nacional de Música 1957 por las 17 Piezas Infantiles para Piano y 
  • Premio Nacional de Música.1963 por la Obertura Sesquicentenaria.

Fuente:www.saber.ula.ve


               ¡HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!



























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