JENARO AGUIRRE ELORRIAGA, S.J
JENARO AGUIRRE ELORRIAGA, S.J
Por: Egly Colina Marín
Nace nuestro insigne personaje, el 11 de abril de 1911, en Marurì, España, tierra Vasca, en el seno de una familia cristiana.
Realiza los estudios primarios en su pueblo natal y los secundarios en el colegio San José, de los Padres Jesuitas, en la ciudad de Durango, Provincia de Vizcaya, España.
Siendo muy joven, siente el llamado de Cristo, y por ascendencia de su madre, ingresa en 1926 al Noviciado de la Compañía de Jesús, en Loyola, licenciándose en filosofía.
Llega por vez primera a tierra venezolana en 1934, para realizar prácticas docentes y, desde ese momento, sintió una empatía con el pueblo venezolano. Retorna a España para culminar los estudios de teología, y defender su tesis denominada: “Concepto de Mártir en los Santos Padres”.
Regresa a Venezuela junto a su hermano Manuel, también sacerdote. Juntos, se nacionalizan y abocan a las necesidades prioritarias del país; Genaro en el área educativa y Manuel en el campo social, permaneciendo como punta de lanza que deberá ser tomada en cuenta por los dirigentes nacionales. Desde entonces, comienza a gestar su proyecto educativo, el que posteriormente creará junto al Profesor Luis Delgado Alvarado: ASOCIACIÓN PRO FOMENTO DE LA EDUCACIÓN POPULAR “APROFEP” desde donde contribuyó definitivamente con la formación de profesores para los liceos oficiales.
Como docente, en 1943 comienza a ejercer su ministerio en las aulas del reputado Colegio “San Ignacio” en la ciudad de Caracas, y, en 1949 es nombrado Superior Provincial, de todos los jesuitas, y de varias obras pastorales: residencias estudiantiles, parroquias, casas de retiro, colegios, seminarios, revista Sic, y secretariado nacional social.
En 1953, hace la reválida en la Universidad Central de Venezuela (UCV), de su licenciatura en “Filosofía y Letras”, luego es nombrado por segunda vez, Rector del Colegio “San Ignacio”, obteniendo como fruto, la obra social “Organización Social Católica San Ignacio” y, en 1960 es elegido Presidente Nacional de la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) durante cinco períodos consecutivos hasta 1970.
Al dejar esta responsabilidad, el Episcopado Venezolano le encomienda dirigir el Secretariado Nacional de Educación de la Iglesia (SENADEI), y desde allí colabora con el Ministerio de Educación en la discusión y redacción de programas de educación sexual a nivel de básica y diversificada.
El Padre Jenaro Aguirre, fue primeramente un sacerdote, y, un especialista en la proclamación de la Palabra donde Dios le colocó: charlas, ejercicios espirituales, las Siete Palabras, homilías, etc., donde su encendido verbo tocaba el alma de quienes le escuchaban, dados sus innegables dotes de comunicador, así como poseedor de un espíritu superior, combativo e indómito.
Motivado por las enseñanzas del Evangelio, se adiestra en el área educativa siendo desde 1945 considerado “La Voz de la Iglesia”; y como su representante, debate el famoso decreto Presidencial “321”, donde se limitaba los derechos de la educación Católica. Con esta participación, su nombre quedó registrado como símbolo de Iglesia, y perpetuo luchador de los derechos de la educación.
Posteriormente, es invitado a intervenir en la discusión del proyecto de una nueva Ley de Educación, por la libertad de enseñanza vs el Estado único educador.
Se inicia entonces una lucha, que concluye en un convenio entre la AVEC y el Ministerio de Educación, en reconocimiento a la Iglesia, y así, subsidiar a planteles privados de bajos recursos. Numerosas fueron las condecoraciones y reconocimientos otorgados otorgadas al Padre Jenaro Aguirre. Fue un Venezolano auténtico y comprometido con la juventud a quien dedicó gran parte de sus desvelos. Paz a sus restos.
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