CLEOPATRA
CLEOPATRA
Última reina del Antiguo Egipto |
Cleopatra Filopator Nea Thea o Cleopatra VII (en griego, Κλεοπάτρα Φιλοπάτωρ; c. 69-30 a. C.) Fue la última reina del Antiguo Egipto y de la dinastía ptolemaica, también llamada Lágida, fundada por Ptolomeo I Sóter, un general de Alejandro Magno. Fue la última del llamado período helenístico de Egipto.
Cleopatra era probablemente hija de Cleopatra V Trifena y de Ptolomeo XII Auletes, de quien heredó el trono en el año 51 A.C., cuando tenía 17 años, junto con su hermano Ptolomeo XIII quien además, sería su esposo de 12 años de edad (hecho frecuente en los matrimonios regios ptolemaicos).
A Cleopatra se le ha atribuido una belleza excepcional; sin embargo, grabados y dibujos hallados dan testimonio de que su encanto radica en su personalidad más que en su aspecto físico.
El padre de Cleopatra, Ptolomeo XII, conocido como "Auletes", era un soberano nada querido por su pueblo por la despreocupación que mostraba ante los graves problemas que asolaban a Egipto, por su manifiesta corrupción y por ser más amante de las fiestas que de las cuestiones de Estado. Conseguía mantenerse en el trono, gracias a la ayuda romana que recibía, merced a sus continuos sobornos y promesas de tributos diversos.
Roma estaba encantada de «ayudar» a Ptolomeo XII porque Egipto era para el Imperio una presa muy tentadora y hacía tiempo que tenía los ojos puestos en el oro de ese país. En cada conflicto, Roma se prestaba gustosa como árbitro. En el año 58 a. C., con ocasión de un levantamiento popular, Ptolomeo, exiliado por su hija Berenice, se desplazó a Roma en busca de ayuda militar para sofocarlo. Quedaron como regentes del país su esposa Cleopatra y su hija mayor Berenice IV, quienes gobernaron durante un año hasta que Cleopatra murió.
Los alejandrinos colocaron en el trono como única reina a Berenice IV y enviaron una delegación a Roma para que ésta arbitrase en el conflicto que enfrentaba padre e hija.
Los alejandrinos colocaron en el trono como única reina a Berenice IV y enviaron una delegación a Roma para que ésta arbitrase en el conflicto que enfrentaba padre e hija.
Ptolomeo XII consiguió el apoyo de Roma luego de haber pagado a Pompeyo una gran suma de dinero y prometerle que durante años le pagaría tributos. Consiguió derrotar al ejército de Archelaus, segundo marido de Berenice IV, y fue devuelto al trono. Uno de sus primeros actos fue mandar ejecutar a su hija Berenice, era el año 55 a. C.
Ptolomeo XII Auletes reinó desde ese día hasta su muerte en el año 51 a. C; dejándole el trono a su hija Cleopatra VII Filópator y a su hijo Ptolomeo XIII Dioniso II (51-47 a. C.), que contaba aproximadamente con doce años, con quien ella tuvo que casarse por testamento de su padre. Ptolomeo XII dejó como tutor de ambos al regente de Roma, que en ese momento era Pompeyo, quien debía hacer cumplir el testamento y casar a los hermanos. Claro que esta unión era puramente legal, ya que según se dice Cleopatra, extremadamente inteligente y ambiciosa, dejaba fuera de todas las decisiones a su hermano.
Cleopatra tenía varios hermanos: Berenice IV, de la que ya se ha hablado, y Cleopatra VI como hermanas mayores —esta última desapareció no se sabe cómo durante el reinado de su hermana Berenice—, una hermana menor llamada Arsínoe IV y dos hermanos menores llamados Ptolomeo XIII y Ptolomeo XIV, con los que se casó sucesivamente, según la ley de los lágidas, a cuya dinastía pertenecían, y que permitía el matrimonio entre hermanos. La educación de todos ellos fue puramente griega, según costumbre ptolemaica.
Cleopatra fue la primera de esta dinastía que aprendió a hablar el idioma egipcio; pero no solo conocía este idioma, sino también griego, hebreo, sirio y arameo y quizás latín. Fue instruida así mismo en los campos de la literatura, música, ciencias políticas, matemáticas, astronomía y medicina. Además, tenía fama de poseer modales dulces y refinados y una sugerente voz, cosas que hacían de ella una mujer muy seductora según Plutarco.
Cayo Julio César
Roma también estaba en guerra civil y ese mismo año Pompeyo huyó a Egipto buscando refugio —donde creyó que sería bien recibido por el faraón Ptolomeo XIII— tras su derrota en Farsalia a manos de Julio César, a quien se había enfrentado en un intento por quitarle el poder. A su llegada, el faraón ordenó asesinarle, por consejo de Potino, pensando obtener así el consiguiente apoyo de César que le permitiera vencer al bando de Cleopatra. Sin embargo, al general romano, que arribó a Alejandría unos días más tarde en persecución de su rival, no le agradó la decisión, pues su intención era capturarle con vida o quizás incluso perdonarle. Y lloró ante la cabeza cortada de su amigo y rival, que se le presentaba. Fue un mal comienzo para las relaciones de César y el soberano egipcio.
En uno de los combates, el ejército de Aquilas intentó apoderarse del Gran Puerto de la ciudad, donde estaban anclados 72 navíos de guerra egipcios y 50 trirremes romanos. Para evitar que cayeran en sus manos, César prefirió quemar dichas naves, provocando un gran incendio que alcanzó la ciudad, y el resultado final fue la pérdida de muchos e importantes edificios, pero es falso que uno de ellos fuese el famoso Museo con su Biblioteca. Ardieron barcos con 40.000 rollos de papiro, pero la Biblioteca siguió existiendo durante todo el periodo romano y fue favorecida por los emperadores hasta la fundación de Constantinopla. Entonces, César se instaló en Alejandría, donde llevaba una vida tranquila y culturalmente activa, además de obtener la alianza de la reina Cleopatra. Ésta recuperó el trono, protegida por su aliado romano, y Ptolomeo XIII residía cerca de ellos aunque más como rehén que como soberano.
La influencia egipcia durante estos años de Julio César en Roma también se reflejó en la administración, la sociedad, la cultura e incluso la religión. Cabe citar, por ejemplo, la recaudación directa de los impuestos por el Estado (que evitaba los anteriores abusos de los publicanos); el inicio de la administración racional (y no la mera explotación) de las provincias; la adopción, con pequeñas correcciones, del calendario de Canopo (llamado desde entonces juliano); y la introducción del culto a Isis. La propia Cleopatra estuvo dos veces (46 y 45-44 a. C.) en Roma junto con Cesarión y viviendo como concubina en la villa de César. Nunca fue aceptada por el pueblo romano, quien la miraba con desconfianza. Además, César desafió a la opinión pública y rindió homenaje oficial a la reina egipcia.
Durante la segunda estancia Julio César fue víctima del asesinato (15 de marzo del 44) proyectado y ejecutado por un grupo de familias senatoriales republicanas que trataban de frustrar sus planes políticos. Cleopatra, que acababa de perder a su poderoso aliado, no pudo hacer otra cosa que abandonar la capital imperial y regresó con su hijo a Egipto.
Julio César y Cleopatra pasaron juntos varios meses en Egipto y fruto de su relación nacería, el 23 de junio de 47 a. C., Ptolomeo XV, más conocido como Cesarión, el apodo que le dieron los alejandrinos.
Julio César y Cleopatra pasaron juntos varios meses en Egipto y fruto de su relación nacería, el 23 de junio de 47 a. C., Ptolomeo XV, más conocido como Cesarión, el apodo que le dieron los alejandrinos.
Marco Antonio
A partir del año 43 a. C., tras su regreso a Egipto, Cleopatra, temiendo que su hermano-esposo Ptolomeo XIV, que ya contaba con 15 años de edad, quisiera tener más poder del que a ella le convenía, lo envenena y establece a Cesarión como su corregente a la edad de 4 años. El estado en que encontró a su reino fue muy desalentador. Sufría plagas y hambre. Los canales del Nilo habían sido descuidados durante sus dos años de ausencia y esto hizo que las cosechas fueran malas y las inundaciones no fueran bien aprovechadas.
Marco Antonio era un general y político romano, amigo de Julio César, que había sido comandante jefe en su ejército. A raíz del asesinato de éste, persiguió a los culpables, Marco Bruto y Cayo Casio y además supo enfrentar al pueblo romano contra ellos y ganarse el apoyo y la inclinación de las gentes hacia él. Al surgir otros dos rivales, el 23 de noviembre de 43 a. C., la Lex Titia oficializaba el pacto entre los tres por un período de cinco años: acababa de crearse el Segundo Triunvirato, que reunía a Antonio, Octavio (heredero político designado por Julio César) y Lépido, antiguo jefe de la caballería de César que se pasó al lado de Antonio. Se desencadenó de esta manera una guerra civil entre los partidarios del triunvirato y los seguidores republicanos.
Marco Antonio llamó en su ayuda a la reina Cleopatra, para que acudiera con sus naves a Tarso, en la actual Turquía, pero la reina no quería que Egipto entrara en una guerra civil de los romanos y tampoco se fiaba de él. Finalmente cedió a la reunión con la condición de que ésta se desarrollara en su propio barco, considerado donde fuere que estuviese anclado como suelo egipcio. Se encontraron en Tarso en el (41 a. C.). Aunque Egipto estaba al borde del colapso económico, Cleopatra navegó con los remos de plata, las velas púrpuras y todo el lujo al que estaba habituada, hasta se vistió como Afrodita, la diosa del amor. El encuentro duró cuatro días.
El resultado de este viaje fue que ambos personajes se enamoraron, que Cleopatra convino en prestar la ayuda económica que le pedía a cambio de que Antonio ejecutase a su hermana Arsinoe IV, a quien consideraba una continua amenaza, como así se hizo, y que Marco Antonio decidió quedarse en Egipto al lado de Cleopatra.
La pareja pasó junta en Egipto el invierno de 41-40 a. C. disfrutando de los máximos lujos y fiestas continuas. Pero los asuntos de Roma llamaban al general y en el año 40 a. C. tuvo que regresar a la capital del Imperio. Allí cumplió con la promesa de casarse con Octavia, hermana de Cayo Julio César Octavio Augusto, el futuro primer emperador de Roma y sobrino nieto de Julio César. Octavio (que así se le llamaba entonces) era gran amigo de Marco Antonio, aunque con el tiempo y los acontecimientos, esta amistad se vio truncada.
Tras la marcha de Marco Antonio a Roma, Cleopatra dio a luz dos niños gemelos, Cleopatra Selene II y Alejandro Helios. No volvieron a encontrarse hasta cuatro años después. Él regresó a Egipto en otoño del 37 a. C., durante el curso de una campaña contra los partos, y contrajo matrimonio con Cleopatra (sin repudiar a Octavia). Marco Antonio cedió a su esposa Chipre, Fenicia y Creta, y Egipto volvió a tener una extensión similar a la de los tiempos de los primeros Ptolomeos. Tuvieron otro hijo (Ptolomeo Filadelfo), llevaron juntos una vida de lujo y derroche, y nombraron a sus vástagos herederos de varios Estados satélites como Armenia y Cirene (34 a. C.)
Marco Antonio, engañado por un falso informe sobre la muerte de Cleopatra, se suicidó dejándose caer sobre su propia espada.
Muerte de Cleopatra
Los planes de Octavio eran tomar a la reina como prisionera y exhibirla en Roma durante la tradicional ceremonia conocida como Triunfo, simbolizando con ello la superioridad y la victoria sobre la humillada enemiga a la que el pueblo de Roma tanto odiaba. Esto aumentaría más si cabe su respaldo popular a impulsar decisivamente sus aspiraciones políticas.
Cleopatra se percató del final que la esperaba tras entrevistarse con Octavio, un hombre frío y calculador que a diferencia de César y Antonio no podría seducir o sugestionar de ningún modo. Viendo, pues, su futuro como esclava, tal vez en el reino del que había sido soberana (convertido ahora en la provincia romana de Egipto), Cleopatra eligió morir y tomó la decisión de suicidarse. Según la versión más extendida, pidió a sus criadas Iras y Charmion que le trajeran una cesta con frutas y que metieran dentro una cobra egipcia, responsable de su muerte, a finales de agosto del año 30 a. C.
Otras versiones relatan que se quitó la vida al conocer el suicidio de su esposo. Antes de fallecer escribió una misiva a Octavio en la que le comunicaba su deseo de ser enterrada junto a Marco Antonio, y así se hizo. Se desconoce el lugar de su sepultura. Zahi Hawass la ubica en Taposiris Magna, a 30 km de Alejandría, aunque las excavaciones realizadas en junio de 2008 descartaron esta hipótesis.
Cleopatra en el arte y la literatura
Su vida y su trágica muerte, así como sus amores con los dos personajes romanos, Julio César y Marco Antonio, ha servido de inspiración en todas las épocas a literatos, pintores, escultores y cineastas. En total, entre los años 1540 y 1905 se han escrito 200 obras de teatro, cinco óperas y cinco ballets.
En 2001, el Museo Británico dedicó una exposición a Cleopatra y hubo un interesante debate sobre su belleza. Según las informaciones más fiables, el atractivo de esta reina radica en su cultura, cuidada presencia y modales seductores, con una voz muy agradable, y no en su belleza. Sus rasgos faciales eran más bien imperfectos, con una prominente nariz. www.wikipedia.org
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