MARTÍN TOVAR PONTE
MARTÍN TOVAR PONTE
Nacido el 27 de octubre de 1772, en el seno de una familia de la élite criolla venezolana, siendo su padre el conde de Tovar y su madre María Manuela de Ponte y Mijares, fue bautizado con los nombres de Martín Antonio José Francisco Ignacio Bruno Nicolás Damián de la Madre Santísima de la Luz.
Realizó estudios de gramática en el Seminario de Caracas y en 1788 ingresó en la universidad, en la cual permaneció algún tiempo sin llegar a graduarse. Luego de esto, su padres deciden enviarle a España a formarse en la carrera de las armas, pero él, prefirió dedicarse a la administración de las haciendas familiares. En 1796 contrajo matrimonio con Rosa Galindo y Pacheco. Tras descubrirse la conspiración de Gual y España en 1797, las autoridades españolas lo designaron guarda de reos, aceptando el cargo con la intención de ayudar a los prisioneros. Tanto se excedió en esto que el capitán general Pedro Carbonell le reclamó su actitud.
Normalizada la situación, ese mismo año regresó a sus ocupaciones en las haciendas. Posteriormente, participó en la llamada Conspiración de los Mantuanos, que tuvo lugar entre julio y noviembre de 1808. Arrestado a fines de ese mes, junto con otros muchos, fue llevado al cuartel San Carlos donde permaneció 40 días en prisión. A comienzos de 1810 fue elegido diputado en representación de San Sebastián de los Reyes al Congreso de Venezuela que se reunió en Caracas el 02 de marzo de 1811. Tovar se halló presente en él desde la sesión inaugural, y fue firmante del Acta de Independencia del 05 de julio de 1811 y de la primera Constitucional el 21 de diciembre de ese año.
El 09 de mayo de 1812 tiene su primera experiencia militar en Los Guayos, frente a las tropas de Domingo de Monteverde; en junio de ese mismo año, el generalísimo Francisco de Miranda lo comisionó para viajar a las Antillas en busca de armamentos y municiones para el ejército; pero al fracasar en su misión decide regresar a La Guaira a principios de julio; poco después, las fuerzas de Monteverde invaden Caracas y Martín Tovar logra salvarse, embarcándose gracias a la intervención del cónsul norteamericano.
Desterrado, primero a las Antillas y luego a Estados Unidos, donde vivió cerca de un año, regresando a Venezuela sólo después de la retoma de Caracas por parte de Simón Bolívar. En 1814 combatió contra Francisco Rosete al lado de José Félix Ribas, en las acciones de Charallave (20 de febrero), Ocumare (20 de marzo). Como comandante del escuadrón de agricultores de Caracas luchó en San Mateo el 25 de marzo de 1814 contra José Tomás Boves; igualmente el 16 de abril de ese mismo año intervino en la batalla de Arao.
Posteriormente, agotado por su participación en la guerra regresa a Caracas, en los días previos a la toma de la capital por los realistas, enviando a su esposa y sus hijos menores a refugiarse en La Guaira ante el inminente ataque de los realistas a la ciudad. Los realistas al tomar Caracas en julio de 1814, ofrecieron una recompensa de 6.000 pesos a quien lo delatara; sin embargo, logró escapar hacia Saint Thomas, donde posteriormente se reunió con su familia. No obstante, las autoridades de esa isla lo expulsaron en 1816 a la de Tórtola, acusado de ser un agente declarado de los patriotas.
En 1817 regresa a Angostura, siendo nombrado el 07 de noviembre de ese año, prior del Tribunal del Consulado creado por Bolívar; y el 16 de ese mismo mes miembro del Concejo de Estado. Entre 1819 y 1824 cumplió varias comisiones en las Antillas y desempeñó diversos cargos como el de ministro y secretario de la Corte de Almirantazgo, juez de secuestros, en Margarita; y más tarde en Caracas, miembro de la comisión encargada de calificar a los emigrados admisibles en Colombia.
Tovar asistió a la Convención de Ocaña reunida en abril de 1828, y allí se alineó junto al partido de los antibolivarianos; pero al ser disuelta la Convención, algunos opositores al régimen fueron desterrados; entre ellos Martín Tovar Ponte, quien al conocer esta decisión del gobierno, solicitó ser juzgado. Durante su tercer destierro vivió nuevamente en Saint Thomas hasta su retorno definitivo en 1830.
!HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!
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