MARCEL PROUST
Marcel Proust: Escritor francés cuya obra forma parte de las más destacadas e influyentes de la literatura del siglo XX. Nació en Paris, Francia el 10 de Julio de 1871, y muere en París, 18 de noviembre de 1922.
Marcel Proust fue el hijo mayor de Adrien Proust, un prestigioso epidemiólogo y Jeanne Weil. En 1880 tuvo su primer ataque de asma, afección que ya no le abandonaría y por la cual recibió continuos cuidados de su madre.
Marcel, niño débil, sufría especialmente la primavera, pues el polen liberado por las flores en los primeros días de la estación le provocaba crisis de asma. Hacia 1880, cuando contaba solo nueve años, Proust sufre su primera crisis de gravedad al volver de un paseo por el Bois de Boulogne junto a sus padres: se ahoga y la respiración no le vuelve, su padre lo cree muerto y solo in extremis logra salvarse.
Fue un novelista, ensayista y crítico francés cuya obra maestra, la novela En busca del tiempo perdido (título original en francés: À la recherche du temps perdu, compuesta de siete partes publicadas entre 1913 y 1927, constituye una de las cimas de la literatura del siglo XX, enormemente influyente tanto en el campo de la literatura como en el de la filosofía y la teoría del arte.
Marcel Proust realizó sus estudios secundarios en el liceo Condorcet, donde afianzó su vocación por las letras y tras cumplir el servicio militar en 1889 en Orleans, asistió a clases en la Universidad de La Sorbona y en la École Livre de Sciences Politiques.
Entre 1913 y 1927 escribe una serie de novelas llamadas "En busca del tiempo perdido" que consta de siete entregas, las tres últimas publicadas en forma póstuma, siendo premiada con el Goncourt la segunda, "A la sombra de las muchachas en flor" (1919). En pleno aislamiento social, Marcel Proust se dedicó enteramente a su obra, siendo publicados los últimos volúmenes en forma póstuma por su hermano Robert.
La importancia de la obra de Marcel Proust reside en el desarrollo psicológico de los personajes y en su preocupación filosófica por el tiempo, al que trató como un elemento al mismo tiempo destructor y positivo.
Para satisfacer a su padre, estudió Derecho y se recibió de abogado, pero se negó a ejercer y logró convencer a su padre de que no podría vivir de otra cosa que no fuesen las letras y la filosofía. Así que emprendió también su Licenciatura en Letras, que completaría en 1895. Durante sus estudios fue alumno, entre otros, de Albert Sorel, quien lo juzgó "no inteligente" en su examen, y de Henri Bergson, cuyas ideas sobre el tiempo influirían en su obra. Aun cuando consiguió obtener el título en la disciplina que más placía a su sensibilidad, tampoco en ella ejerció la profesión, sino que se sirvió de la fortuna familiar para continuar frecuentando salones mientras escribía pequeños textos que nunca tuvieron mucha repercusión.
En 1896, a los 25 años, publicó su primer libro: Los placeres y los días, recopilación miscelánea de poemas en prosa, nouvelles y retratos de estilo decadente, para el cual Proust consiguió que Madeleine Lemaire lo ilustrara y que Anatole France lo prologara. El libro pasó sin embargo desapercibido.
Y, si la crítica se pronunció a su respecto fue para juzgarlo con severidad, como fue el caso de Jean Lorrain, este, escritor y homosexual que escandalizaba por hacer públicas sus inclinaciones de forma exagerada, hizo una crítica feroz al libro y, además, daba a entender que Proust era amante de Lucien Daudet. Proust se sintió ofendido, no aceptaba que su homosexualidad se reconociera en sociedad, y lo retó a duelo, el cual afortunadamente no tuvo consecuencias pues parece que ambos dispararon al aire.
En 1893, Proust había conocido al aristócrata Montesquiou, poeta homosexual, de gran influencia en su vida y su obra. Montesquieu fue quien lo introdujo, entre 1894 y 1900, en el ambiente aristocrático, presentándolo en salones como el de la condesa Greffulhe, el de la princesa de Wagram o el de la condesa de Haussonville. Fue a partir de esta nueva experiencia mundana cuando Proust se hizo del material y de la disposición necesarias para componer su gran obra.
En 1896 Proust publicó a su cuenta Los placeres y los días, una recopilación de poemas en prosa, retratos y relatos largos en un estilo decadente, ilustrado por Madeleine Lemaire, dueña del salón que Proust frecuentaba con asiduidad junto con su amante franco-venezolano Reynaldo Hahn, el cual contribuyó al libro con partituras compuestas por él, y prologado por Anatole France.
El libro le atrajo a Proust una reputación de diletante mundano que no se disiparía hasta la misma publicación de los primeros tomos de À la recherche... a partir de 1913. Con el paso del tiempo, además de los diferentes problemas y la vida social agitada que llevaba, Proust continuó profundizando su pasión por la literatura, hasta que dio con la obra de un esteta inglés, John Ruskin, que cambiaría la orientación de su vida y de su carrera literaria.
El libro le atrajo a Proust una reputación de diletante mundano que no se disiparía hasta la misma publicación de los primeros tomos de À la recherche... a partir de 1913. Con el paso del tiempo, además de los diferentes problemas y la vida social agitada que llevaba, Proust continuó profundizando su pasión por la literatura, hasta que dio con la obra de un esteta inglés, John Ruskin, que cambiaría la orientación de su vida y de su carrera literaria.
La escritura de À la recherche..Tras la muerte de sus padres, sobre todo tras la de su madre en 1905, su frágil salud se deterioró en demasía a causa del asma y de la depresión por la pérdida materna. Permaneció recluido durante quince años en el 102 del Boulevard Haussmann en París, donde hizo cubrir las paredes de corcho para aislarse de ruidos y dedicarse sin ser molestado a su obra maestra, À la recherche du temps perdu. Vivía exclusivamente de noche, tomando café en grandes cantidades y casi sin comer –según cuenta Celeste Albaret, su criada en esos años, en un libro de memorias–, sin cesar nunca de escribir y de practicar sobre su texto interminables correcciones, supresiones y añadidos de papeles que Celeste se encargaba de pegar en las páginas correspondientes, que podían alcanzar, en consecuencia, considerables extensiones.
Apenas terminada la guerra, se publicó el segundo volumen, A la sombra de las muchachas en flor –ahora aceptada por la NRF, luego de las sentidas disculpas de Gide–, que al año siguiente obtendría el premio Goncourt, no sin cierta controversia debido a la decisión del jurado. En 1922 se publicó Sodoma y Gomorra. En el mes de septiembre Proust sufrió de crisis asmáticas. El 10 de octubre fue la última vez que salió a la calle, y una semana después de declarársele una neumonía, el 18 de noviembre de 1922, murió.
Fue enterrado en el cementerio de Père-Lachaise, donde yace junto a los restos de su padre y de su hermano. Todavía habrían de pasar cinco años antes de que se terminaran de publicar las demás partes: La prisionera (1923), La fugitiva(1925) y El tiempo recobrado (1927). Muchas obras –incluida su extensa correspondencia– serían recopiladas y publicadas de manera póstuma, la última en 2012.
El estilo literario
En general la obra de Proust posee un estilo literario muy característico e inconfundible, influido por el impresionismo y con marcado carácter simbolista. Domina un tipo de descripción atomizada y narrativamente recurre a un tempo lento y moroso, de párrafo amplio y complejo; su manera de abordar cualquier cuestión es siempre indirecta, en espiral.
Huyendo del realismo artístico y sus excesos naturalistas, Marcel Proust mostrará su transfiguración de la realidad por medio de distintas formas de subjetivismo, como por ejemplo la forma imaginativa de tratar el tiempo y sus observaciones y descripciones impresionistas, pero todas estas técnicas quedan resguardadas a la sombra de la principal característica de la obra de Proust: el fluir proteico de la conciencia, reducida a la durée bergsoniana.
Proust hace uso del monólogo indirecto, el cual supone la presencia de un narrador omnisciente que presenta pensamientos no articulados por la palabra y regularmente conduce al lector a través de una estructura episódica que también es una modificación de la clásica estructura tradicional, por dos razones: por el uso de la analepsis oflashback y por su especial contenido temático. El contenido de la novela no es lineal, y solo reduciéndolo a la caricatura puede denominarse argumental, porque no narra sucesos, como en la escuela tradicional, sino el efecto que producen en la sensibilidad, el pensamiento, la imaginación y la memoria. La obra de Proust presenta también diálogos simultáneos que suceden en un mismo tiempo-espacio.
Los cambios de narración, de lugar, de tiempo, de perspectiva y de narrador, hechos a partir de recuerdos, ofrecen una impresión especial. La novela proustiana posee un tiempo psicológico, manipulado por el narrador.
Obras
Por orden cronológico:
- 1896: Los placeres y los días [Les plaisirs et les jours]
- 1904: traducción de la obra de J. Ruskin The Bible of Amiens [Le Bible d'Amiens], con prefacio y notas.
- 1904: "La muerte de las catedrales" ["La mort des cathédrales"], artículo publicado en Le Figaro el 16/8.
- 1906: traducción de la obra de J. Ruskin Sesame and Lilies [Sésame et les lys].
- 1913-1927: En busca del tiempo perdido [À la recherche du temps perdu]
- 1913: Por el camino de Swann [Du côté de chez Swann]
- 1919: A la sombra de las muchachas en flor [À l'ombre des jeunes filles en fleurs]
- 1921-1922: El mundo de Guermantes I y II [Le côté de Guermantes]
- 1922-1923: Sodoma y Gomorra I y II [Sodome et Gomorrhe]
- 1925: La prisionera [La prissonière] (póstuma)
- 1927: La fugitiva [Albertine disparue] (póstuma)
- 1927: El tiempo recobrado [Le temps retrouvé] (póstuma)
- 1919: Parodias y misceláneas [Pastiches et mélanges]
- 1927: Crónicas [Chroniques] (póstuma)
- 1952: Jean Santeuil [íd.] (póstuma)
- 1954: Contra Sainte-Beuve [Contre Saint-Beuve] (póstuma)
- 1971-1993: Correspondencia, recopilación en veintiún tomos por Philip Kolb. (póstuma)
- 2009: Chardin y Rembrandt [Chardin et Rembrandt] (póstuma)
- 2012: Le Mensuel retrouvé (póstuma)
fuente:www.wikipedia.org
!HONOR, A QUIEN HONOR MERECE!
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