SANTA ANA DE PARAGUANÀ, FALCÒN.
SANTA ANA DE PARAGUANÀ.
Santa Ana se viste de gala para recibir a los parroquianos durante sus fiestas en el mes de julio de cada año durante los días 25,26 y así, agradecer a Nuestra Patrona por los favores recibidos.
Era tradición, ofrecer hospedaje a QUIENES LO SOLICITABAN y/ o venían a las festividades de Nuestra Señora de Santa Ana a cumplir promesas.
Socorro y Ramona Morales únicas personas de aquellos tiempos que se dedicaban a ofrecer así como una especie de restaurant para atender a quienes venían de diferentes caseríos, o con el fin de estudiar y les servían de posada.
Chinda y Carmen Tomasa Barreno confeccionaban coronas con latas de aceite, y/o por encargos las vendían para diversas conmemoración del día de los difuntos.
María Quesada era la repostera por excelencia, elaborando los manjares a ofrecer a sus invitados en el matrimonio.
VICENTE BARRENO: ESCRITOR, TALLISTA DE PIEDRAS QUE TRAÌA DEL CERRO, Y, SE ENCARGABA DE CONFECCIONAR EL TESTAMENTO DE JUDAS .
ERAN además: Ramón Guadarrama, Perfecto Petit, Ángel Alcalá, Doña Rosa Jattar, Leoncio Núñez, Jorge Salima, comerciantes y vendedores de víveres, quienes junto a Aníbal Gómez, e Inocencio Ventura ofrecían la mercancía.
Finalmente, Inocencio Ventura, Perfecto Petit y Aníbal Gómez eran quienes ofrecían pistas de baile para los visitantes a tan magno evento: Nuestra Señora de Santa Ana. Sin dejar atrás a Enriqueta Navas, María Salima y MaCachìa especialistas en ofrecer sus bizcochuelos, pan dulce, suspiros y paledonias.
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